Yo soy la puerta. Osho

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Yo soy la puerta - Osho


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sin duda, el más grande, el máximo. El yo no es algo que debe protegerse; es algo que debe destruirse. Es la barrera que impide alcanzar el potencial máximo de uno, que impide alcanzar el conocimiento máximo.

      Por lo tanto, no puedo decir que he alcanzado el autoconocimiento. Diré que he alcanzado el no-autoconocimiento, y éste es el único conocimiento posible. Ningún otro conocimiento existe. El énfasis de todos aquellos que dicen haber alcanzado el autoconocimiento, es sobre el yo y no sobre el conocimiento. Mi énfasis es sobre el conocimiento. Por eso es que niego, de modo enfático, el yo.

      ¿Cómo me relaciono con el cosmos y con otra gente? Una relación, como tal, existe entre dos seres. Yo soy uno que no está relacionado, uno que no está dentro de una relación. Una relación siempre se da entre dos. Esto puede parecer paradójico, pero en toda relación, uno permanece sin relacionarse, porque una relación existe entre dos. Los dos están. Por lo tanto, una relación es sólo una fachada que oculta la dualidad. Por momentos, uno se engaña pensando que está relacionado, pero, de nuevo, uno es. Uno ha vuelto a caer sobre sí mismo, y no hay relación.

      Por ejemplo, cuando estamos involucrados en el supuesto amor, parecemos estar relacionados. Creamos la falacia de una relación, pero, de hecho, sólo nos engañamos a nosotros mismos. Los dos seguirán siendo dos. Independientemente de la cercanía, los dos siguen siendo dos. Incluso en la comunión sexual, serán dos. Este estado de ser dos sólo genera la falacia del estado de ser uno solo. El estado de ser sólo uno jamás puede existir entre dos seres. El estado de ser uno únicamente puede existir entre dos no-seres.

      En cuanto a mí, no estoy relacionado con la realidad cósmica, en absoluto. Y, con eso, no quiero decir que estoy aislado. Me refiero a que no hay nadie que pueda existir en una relación. En cuanto a la realidad cósmica, yo soy uno, y la realidad cósmica es una conmigo.

      Desde mi lado, yo soy uno, pero en cuanto a los otros, no soy uno desde su lado. Ellos están relacionados. Alguien está relacionado como amigo, alguien está relacionado como enemigo, alguien está relacionado como hermano, y alguien está relacionado como discípulo. Puede ser que ellos estén relacionados conmigo, pero yo no estoy relacionado con ellos. Y todo el suceso que se da dentro de mí está en hacer que no estén relacionados. Pero no puede haber ningún esfuerzo por parte de ellos. Sólo puede tratarse de un conocimiento del no-yo.

      Si ellos saben que no hay nadie que pueda ser un discípulo, como tampoco hay nadie que pueda ser un gurú, si saben que no hay nadie que se pueda relacionar con alguien, sólo entonces, el yo se derrumba y el vacío de uno está al desnudo. Y no hay ropa que otorgue una frontera, un yo. En la desnudez absoluta, cuando uno sabe que no hay un yo, uno no es más que un espacio, un cielo interior, vacío —entonces, se vuelve uno solo—. O se puede decir que, entonces, uno realmente se relaciona. Cuando el estado de ser uno solo sucede, el yo de uno mismo no es.

      Tú me has preguntado cómo estoy relacionado con el cosmos y con la gente. Para mí, el cosmos y la gente no son dos cosas separadas. Lo cósmico sucede de tantas formas, y una de esas formas es la gente. Lo cósmico sucede de tantas formas: el sol, las estrellas, la tierra, los animales, la gente. Sólo varían las frecuencias, la divinidad es la misma. Así que, para mí, el cosmos y la gente no son dos cosas separadas.

      Cualquier cosa que yo haya dicho, no' proviene del pensamiento. Es un hecho. Pero si pienso —y tengo que pensar para comprender su lado— entonces, tú estás relacionado conmigo porque tú eres, y siempre y cuando seas, estarás relacionado. Eso crea una situación difícil. A diario, momento a momento, crea una situación difícil.

      Tú te sientes relacionado conmigo. Sientes que perteneces a mí. Entonces, comienza a esperar que yo debo de pertenecerte a ti. Por motivo de esa expectativa, sé que estás destinado a la frustración. Una persona que es un yo, está destinada a la frustración, aunque quizá le lleve más tiempo. Sin embargo, si tú eres una persona que es un no-yo, no te llevará ni siquiera un corto tiempo. Cada momento será frustrante porque no se satisfarán tus expectativas. No hay nadie que las satisfaga.

      Por lo tanto, soy muy irresponsable, porque no hay nadie que pueda ser responsable. Hay respuestas, pero nadie que sea responsable, por lo cual, cada respuesta es, por ello, atómica. No puede ser una secuencia, por lo cual tú no puedes esperar nada del momento que seguirá. Ni siquiera yo mismo lo sé. La respuesta va a ser atómica, cada una en sí misma, completa y de ningún modo relacionada con el pasado o con el futuro.

      El ego es una serie de eventos, sucesos y recuerdos. Así es porque tú existes dentro de una serie —e intentas tomarme a mí como una serie, pero eso se vuelve difícil—. Por lo tanto, todos se sentirán, en algún momento, enojados conmigo, porque mi respuesta es atómica y no parte de una serie. La respuesta que es parte de una serie se convierte en responsabilidad. Entonces, tú puedes apoyarte.

      Yo soy un muy mal apoyo. Nunca se puede contar conmigo —yo mismo no puedo contar conmigo mismo—. No sé lo que está por suceder. Acepto y estoy completamente abierto ante cualquier cosa que suceda. Y nunca pienso en términos de una relación, no puedo pensar; más bien, vivo en términos de ser uno sólo.

      Cuando tú estás cerca de mí, no quiere decir que estoy relacionado contigo. Yo me convierto en uno sólo contigo. Y tú interpretas esta condición de ser uno sólo, como amor. Pero el ser uno solo no es amor ni odio, porque todo lo que se conoce como amor, se puede convertir en odio en cualquier momento. Aunque esta condición de ser uno solo jamás se puede convertir en odio. Tú puedes estar cerca o lejos, tú puedes ser un amigo o un enemigo; no tiene importancia. En lo que respecta a mí, tú puedes irte o venir hacia mí, no tiene importancia.

      Una relación es condicional; el estado de ser uno solo es incondicional. Una relación siempre tiene condiciones. Si algo en las condiciones cambia, la relación cambiará. Todo está siempre encima de un volcán. Toda relación está siempre en un estado de oscilación, siempre en el proceso de morir, siempre cambiando. Por lo tanto, toda relación crea temor, porque siempre existe el peligro de que se rompa. Y entre más temor haya, más uno se aferra y, entre más se aferra uno, crea más temor. Pero el estado de ser uno solo es todo lo contrario. El estado de ser uno solo es incondicional. Existe porque no se tiene la esperanza de alguna condición, alguna expectativa, alguna satisfacción, algún resultado futuro. No está condicionado por el pasado, ni por el futuro. Es una existencia momentánea y atómica, sin relación con el pasado ni con el futuro.

      Por lo tanto, yo siento el estado de ser uno solo con el cosmos y con la gente y, desde el cosmos, el sentimiento es el mismo. Al sentirme uno con el cosmos, desde el cosmos, el sentimiento es el de ser uno solo. En algún momento, yo no sentía esto, pero ahora sé que el cosmos siempre ha sentido esto en tomo a mí.

      El estado de ser uno solo siempre está en flujo, siempre ha estado en flujo; para el cosmos, ha habido una espera eterna. Ahora, lo siento yo en tomo al cosmos; también lo siento en tomo a la gente. En el momento en que alguien siente este estado de ser uno solo en tomo a mí, aquella persona se convierte en parte de lo cósmico. Y cuando uno siente ese estado de ser uno solo con tan sólo una otra persona, ha conocido el sabor. Ha conocido el sabor del éxtasis. Entonces, puede lanzarse hacia el todo.

      Por lo tanto, esto es lo que está sucediendo a mi alrededor. No digo que estoy haciendo —esto está sucediendo a mi alrededor. Yo te diré a ti que te acerques a mí, sólo para darte a probar de este estado de ser uno solo, y si tú puedes darte cuenta de esto, incluso por tan sólo un momento, jamás volverás a ser el mismo. Es un esfuerzo que requiere de mucha paciencia, es desconocido e impredecible. Nadie puede saber cuándo se acerca el momento. A veces, la mente de uno está tan sintonizada, que puede sentir ese estado de ser uno solo. Es por ello que insisto en la meditación, porque no es nada más que el sintonizar la mente a tal grado, que uno se puede lanzar hacia ese estado de ser uno sólo.

      Para mí, la meditación significa la sintonía de la mente con el estado de ser uno sólo. Esto puede suceder únicamente cuando la meditación ha ¡do más allá de uno; de otro modo, no puede suceder. Si está por debajo de uno —si uno lo está haciendo, si uno es el que controla—, no puede suceder, porque uno es la enfermedad. Por lo tanto, yo te persuado de practicar la meditación, dentro de la cual, al atravesar


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