Historia y memoria escolar. Rafael Valls Montes
Читать онлайн книгу.la de las encuestas a dos tipos de alumnos, universitarios en ambos casos, pero con una vinculación a la enseñanza secundaria parcialmente distinta por su distinto año de finalización de los estudios secundarios. Nos referimos al alumnado de segundo curso de Magisterio (especialidad de enseñanza primaria) y al de cuarto y quinto curso de la licenciatura de Historia. El diferencial de dos o tres cursos respecto de su finalización de la enseñanza secundaria ya podía ser interesante por sí mismo, para poder averiguar si se había producido algún cambio reseñable, pero lo que ha resultado más interesante ha sido el hecho de haber seguido el plan del BUP o haber estudiado según el plan del bachillerato de la LOGSE. Más adelante profundizaremos en esta cuestión de suma importancia, según los datos obtenidos, en relación con la investigación que nos ocupa.
Con esta misma intención de poder conocer la historia enseñada en las aulas hemos pasado una encuesta a 20 docentes de secundaria, en su mayor parte con una amplia experiencia, que nos ha permitido aproximarnos a un conocimiento más detallado de lo que han realizado en las aulas durante los dos últimos decenios. Hemos completado esta investigación sobre las actitudes y las prácticas del profesorado con una serie de entrevistas más detalladas a cuatro de los docentes previamente encuestados.
El contraste de las informaciones suministradas por el alumnado y el profesorado nos ha permitido establecer, tal como se ha demostrado en algunas investigaciones cuantitativamente muy representativas, algunas coincidencias entre sus valoraciones, pero también algunas diferencias bastante significativas, que detallamos a lo largo de la investigación, especialmente en el capítulo quinto[10].
A las conclusiones y al balance general de la investigación realizada, así como a las propuestas didácticas que se desprenden de ellas hemos dedicado el capítulo final (capítulo 6), al que le sigue el apartado relativo a la bibliografía citada en esta investigación y el listado de los manuales de historia analizados (capítulo 7).
[1] El historiador Julio Aróstegui, en un reciente estudio, ha definido el periodo que aquí abordamos como «excepcional hecho traumático colectivo». J. Aróstegui (2006): «Traumas colectivos y memorias generacionales: el caso de la Guerra Civil» en J. Aróstegui y F. Godicheau (eds.): Guerra Civil: mito y memoria, Madrid, Marcial Pons, p. 58.
[2] Esta es una constatación aceptada por la mayoría de historiadores contemporaneístas que ha quedado reflejado en numerosos artículos, como puede comprobarse, entre otros muchos, en los dos autores que a continuación citamos: Santos Juliá: «Echar al olvido. Memoria y amnistía de la transición», Claves de Razón Práctica, n.º 129, 2003, pp. 14-24, y del mismo autor «Nueva luz sobre el pasado», El País (Babelia), 24/5/2003, pp. 20-21 o Enrique Moradiellos: «Historiar el franquismo: luces y sombras de una tarea inacabada», Revista de Libros, n.º 67-68, 2002, pp. 13-15. No es nuestra intención adentrarnos, en esta ocasión, en el detalle de esta extensa nueva historiografía sobre la Guerra Civil y el franquismo, sino simplemente dejar constancia de ella. Son también numerosos los monográficos de distintas revistas especializadas dedicados al análisis de estas aportaciones recientes. Pueden servir de muestra los realizados en Pasajes de Pensamiento Contemporáneo, n.º 11, primavera 2003 («Memoria y olvido del franquismo», pp. 2-65) o los de la revista Ayer, n.º 33, 1999 («El primer franquismo, 1936-1959») y n.º 50, 2003 («La Guerra Civil»). una muy reciente polémica «revisionista» a propósito de estos tiempos difíciles es la protagonizada por un publicista llamado Pío Moa, que ha recibido el apoyo de los mass-media más conservadores y de algún hispanista, también muy conservador y ya muy trasnochado (Stanley G. Paine: «Mitos y tópicos de la Guerra Civil» en Revista de Libros, n.º 79-80, julio-agosto 2003, pp. 3-5). El libro de P. Moa más vendido es Los mitos de la Guerra Civil, Madrid, La Esfera de los Libros, 2003. Entre las críticas a su versión neo-franquista de la historia y su total inconsistencia historiográfica pueden verse, entre otras, la de S. Juliá: «últimas noticias de la Guerra Civil» en Revista de Libros, n.º 81, septiembre de 2003, pp. 6-8 o las aportaciones recientes y sistemáticas de E. Moradiellos: 1936. Los mitos de la Guerra Civil, Barcelona, Península, 2004, y la de A. Reig Tapia: La cruzada de 1936. Mito y memoria, Madrid, Alianza, 2006. Para un visión actualizada de todas estas cuestiones es de suma utilidad la obra de Julián Casanova: Historia de España. República y guerra civil. Barcelona, Crítica, 2007.
[3] Un estudio fundamental sobre la forma en que el periodo de la Guerra Civil y el franquismo fueron considerados durante los años de la transición a la democracia es el realizado por Paloma Aguilar Fernández: Memoria y olvido de la Guerra Civil española, Madrid, Alianza, 1996, que ha sido ampliado y actualizado recientemente (Madrid, Aguilar, 2008) Las dos principales posiciones interpretativas habidas a propósito de la forma en que se realizó la transición política en su relación con la memoria histórica respecto de la Guerra Civil y de la dictadura franquista son las representadas, respectivamente, por Santos Juliá, ya citada en la nota anterior, y la del profesor de Ciencias Políticas de la universidad Pompeu Fabra, vicenç Navarro, mostrada tanto en su libro Bienestar insuficiente, democracia incompleta: sobre lo que no se habla en nuestro país (Barcelona, Anagrama, 2002) como en numerosos artículos periodísticos (por ejemplo, «Consecuencias de la transición inmodélica», El País, 8/1/2003, pp. 11-12).
[4] Nos referimos principalmente a los estudios-estados de la cuestión realizados por E. Moradiellos: «un incómodo espectro del pasado: Franco en la memoria de los españoles», Pasajes de Pensamiento Contemporáneo 11, 2003, pp. 5-12, y por P. Aguilar Fernández: «La presencia de la Guerra Civil y del franquismo en la democracia española», Pasajes de Pensamiento Contemporáneo 11, 2003, pp. 13-23.
[5] El carácter complejo, incluso contradictorio, de esta tarea educativa ha sido abordado de manera muy sugerente en las conversaciones-debates recogidos en la obra de Miguel López Melero, H. Maturana, A.I. Pérez Gómez y M.A. Santos Guerra: Conversando con Maturana de educación, Málaga, Aljibe, 2003 (especialmente en el apartado «La tarea de la escuela o las contradicciones de la escuela», pp. 19-30).
[6] Aparte de la continuada preocupación del Consejo de Europa por estas cuestiones, especialmente en relación con los países del este y sudeste europeo, ya plasmada en publicaciones tan relevantes como la editada por Wolfgang Höpken: Öl ins Feuer?: Schulbücher, ethnische Stereotypen und Gewalt in Südosteuropa, Hanover, Hahnsche buchhandlung, 1996, o la de A. McCully: The teaching of history in a divided community, Estrasburgo, Council of Europe, 1998, otras instituciones europeas y americanas también se han adentrado en esta temática. Cabe destacar, de entre ellas, al Centro de la unesco radicado en la universidad del ulster, que realiza seminarios internacionales (financiados por el Consejo de Europa, la Fundación Nuffield, el british Council y el banco Mundial) y promueve publicaciones como la de A. McCully, B. Hartop y K. Barton: Teaching history in societies emerging from conflicts, Coleraine, university of ulster-unesco Centre, 2003. otro tanto ocurre con la americana Fundación Carnegie y sus programas y proyectos sobre «Changing narratives of the nation and the search for reconciliation» (en línea en http://www.carnegiecouncil.org) en el que actualmente se están estudiando las características de la historia enseñada y su relación con los procesos de reconciliación social en once países de distintos continentes (Corea del Norte y del Sur, zimbabue, Kazajstán, Irlanda del Norte, Rusia, España, India, Pakistán, Alemania y Canadá). La preocupación de los organismos internacionales por aumentar la conciencia ciudadana por los problemas vinculados a la violencia ha sido destacada recientemente por Antonio Monclús: «La violencia escolar: perspectivas desde Naciones unidas», Revista Iberoamericana de Educación, n.º 38, 2005, pp. 127-146. una muy buena síntesis internacional de esta situación puede verse en el libro editado por Alexandra Barahona de Brito et al.: Las políticas hacia el pasado. Juicios, depuraciones, perdón y olvido en las nuevas democracias,