Framers. Viktor Mayer-Schonberger

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Framers - Viktor  Mayer-Schonberger


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a perder. La discusión no trataba sobre lo ocurrido, sino sobre su significado. Era como un test de Rorschach: la percepción de la gente dependía del marco que hubiese utilizado.

      Cada marco nos permite ver el mundo desde una perspectiva diferente. Los marcos magnifican ciertos elementos y minimizan otros. El marco capitalista nos muestra que el mundo está lleno de oportunidades comerciales, y en cambio el marco comunista lo reduce todo a una lucha de clases. Para los empresarios industriales la selva tropical es un montón de madera que tiene un valor inmediato, mientras que para los ecologistas es el pulmón del planeta, crucial para la supervivencia a largo plazo. ¿Debería ser obligatorio llevar mascarilla en público en medio de una pandemia? En Estados Unidos, las personas que utilizaron el marco de la salud dijeron: “Sí, por supuesto”, mientras que los que utilizaron el marco de la libertad clamaron: “¡Ni de broma!”. Misma información, marcos diferentes, conclusiones opuestas.

      Hoy en día seguimos cometiendo errores parecidos. En 2008 Nokia era la empresa líder mundial en la venta de teléfonos móviles. Cuando Apple presentó el iPhone, pocos creyeron que prosperaría. La tendencia en aquel momento era que los teléfonos fueran más pequeños y baratos, pero los de Apple eran más voluminosos, caros y tenían más fallos informáticos. El marco de Nokia provenía de la conservadora industria de la telecomunicación, que valoraba la practicidad y la fiabilidad por encima de todo. En cambio, el marco de Apple provenía de la entusiasta e innovadora industria informática, que valoraba que los dispositivos fueran fáciles de usar y que pudieran ampliar sus funciones con nuevos programas. Resultó que ese marco acabó encajando mejor con las necesidades y deseos de los consumidores y Apple pasó a dominar el mercado.

      Tomar un marco comunista económico y aplicarlo a la agricultura es una completa locura, pero es lo que hicieron los líderes del país, que convirtieron ese marco en la base de su política agraria. El proponente de esa ideología, Trofim Lysenko, tenía el favor del propio Stalin. Los científicos que cuestionaron sus hallazgos fueron despedidos, presos, exiliados o ejecutados. El gran biólogo ruso Nikolái Vavílov criticó las investigaciones científicas de Lysenko y fue condenado a muerte. ¿Y cuáles fueron los resultados del lysenkoísmo? A pesar de que el país incrementó su superficie cultivable por cien, la cosecha disminuyó debido a que las plantas se morían o se pudrían. La aplicación errónea de un marco contribuyó a una trágica hambruna que costó millones de vidas.

      Pero la buena noticia es que si un marco no encaja con la realidad podemos cambiarlo por otro distinto o incluso inventarnos uno nuevo y mejor. Algunos marcos de nueva creación son los responsables de los avances más revolucionarios de la historia. Por ejemplo, la teoría de la evolución de Darwin consiguió explicar el origen de la vida sin tener que recurrir a la religión. Asimismo, la física newtoniana sirvió para explicar los movimientos de los objetos físicos en el espacio durante siglos, pero con el tiempo se observaron fenómenos que ese marco no pudo justificar. Einstein reenmarcó la física al demostrar que el tiempo, que durante muchos años se había considerado constante, en realidad es relativo.

      Resulta mucho más sencillo comprender la importancia de los marcos en ámbitos científicos, ya que en estas disciplinas son explícitos (o por lo menos deberían serlo), y además los investigadores documentan las ideas que han utilizado para sacar sus conclusiones. Sin embargo, cuando se trata de los enormes desafíos a los que la humanidad se enfrenta hoy en día, a veces somos incapaces de ver los marcos que estamos aplicando. Es vital que comprendamos la importancia que tienen los marcos en todos los ámbitos. Tenemos que aprender a ver los problemas de manera diferente para poder resolverlos. La pieza clave para preparar nuestra respuesta ante los dilemas más complicados (ya sea a nivel individual, comunitario, nacional o de toda la civilización) se encuentra en nuestro interior: es la capacidad única que tenemos los humanos de enmarcar.

      Pero tenemos que aprender a enmarcar mejor. Y en este libro explicaremos cómo conseguirlo.

      ver lo que no está ahí

      A lo largo de las últimas décadas se ha producido una revolución en el campo de la psicología cognitiva y de la teoría de la decisión que ha colocado los modelos mentales en el centro de cómo pensamos y vivimos. Normalmente enmarcamos de manera subconsciente. Sin embargo, las personas que sistemáticamente toman buenas decisiones u ocupan puestos en los que tienen que tomar decisiones importantes son perfectamente conscientes de su capacidad de enmarcar y reenmarcar. Esto afecta a las opciones que contemplan y a las acciones que finalmente llevan a cabo.

      Cuando un inversor de capital examina detalladamente una inversión, un oficial militar reflexiona sobre una operación o un ingeniero aborda un problema técnico, tienen que enmarcar la cuestión. ¿Dónde deberían construir un parque eólico?, ¿o sería mejor optar por un parque solar? La información recabada es solo una parte del proceso de toma de decisiones. En muchos aspectos es mucho más importante la manera en que se evalúa una situación, es decir, cómo se enmarca.

      No reservamos nuestra capacidad de enmarcar únicamente para los asuntos más importantes, sino que está presente en nuestro día a día. Todos nos enfrentamos constantemente a cuestiones que implican que tenemos un modelo del mundo en la cabeza. ¿Cómo podría llevarme mejor con mi pareja? ¿Cómo podría impresionar a mi jefe? ¿Qué podría hacer para llevar una vida más sana? ¿Y para ser más rico? Utilizar nuestra capacidad de enmarcar para resolver este tipo de cuestiones es igual de importante. Nos ayuda a apuntalar nuestros pensamientos, determinando así lo que percibimos y nuestra manera de pensar. Si logramos que nuestros marcos sean claros y aprendemos a elegirlos y aplicarlos deliberadamente, conseguiremos mejorar nuestras vidas y nuestro mundo.

      En otras palabras: podemos lograr que la capacidad de enmarcar pase de ser una facultad de la cognición humana a una herramienta práctica que utilicemos para tomar mejores decisiones.

      Nuestras mentes utilizan los marcos para centrarse en los aspectos más importantes del mundo e ignorar todo lo demás; de lo contrario, seríamos incapaces de comprender las intricadas complejidades de la vida. Gracias a los modelos mentales el mundo nos resulta más manejable y, por ende, podemos actuar en él. En cierto sentido los marcos nos ayudan a simplificar la realidad. Sin embargo, no son versiones simplonas del mundo; sencillamente nos ayudan a centrar nuestros pensamientos en lo más importante.

      Los marcos también nos permiten aprender de una única experiencia y concebir reglas generales aplicables a otras situaciones, incluso a las que todavía no han ocurrido. Nos permiten saber cosas sobre lo que nunca hemos observado o incluso sobre lo que no se puede observar; nos permiten imaginar cosas de las que no tenemos ningún dato. Los marcos nos permiten ver lo que no está ahí. Podemos preguntarnos “¿Y si…?” y anticipar lo que podría ocurrir según la decisión tomada. Es precisamente esta capacidad de visualizar otras realidades lo que nos permite alcanzar nuestros logros individuales y progresar como sociedad.

      Durante siglos la humanidad ha alzado la vista al cielo y ha deseado poder volar. Hoy en día ya podemos hacerlo, pero no de la misma manera que los pájaros. Y ni todos los datos del mundo ni la mayor capacidad de procesamiento habrían podido tomar un montón de piezas de bicicleta y crear un avión, tal y como hicieron


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