Mercedes Sanz-Bachiller. María Jesús Pérez Espí

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Mercedes Sanz-Bachiller - María Jesús Pérez Espí


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la Constitución y las Cortes, los gobernadores civiles fueron apartados de su cargo y sustituidos por militares, las corporaciones municipales por gestoras, y se implantó la censura. En Valladolid,56 de igual modo que en el resto de España, la corporación municipal fue disuelta por el real decreto del 30 de septiembre de 1923,57 tras lo que fue elegido alcalde José Morales. Las corporaciones municipales y las diputaciones quedaron a disposición del régimen durante seis años, aunque en el caso de Valladolid no fue fácil dar estabilidad al Gobierno municipal; de hecho, durante el primer año la sucesión de alcaldes y de concejales fue constante. Además, los «upetistas» y, en menor medida, los mauristas y católicos empezaron a copar cargos en el Ayuntamiento y en la Diputación. Muchos de los alcaldes, concejales o jueces municipales, y otros hombres que habían ocupado cargos políticos con anterioridad a la dictadura, acabaron en las filas del somatén. Concentraciones y desfiles fueron desarrollándose en Valladolid y en los pueblos de la provincia a lo largo de estos años. La censura de prensa pronto se puso en marcha. El Diario Regional se convirtió en la voz del régimen, contrariamente a lo sucedido con El Norte de Castilla y su director, Santiago Alba, que fueron vigilados y perseguidos, incluso por la justicia.58

      Él se encargaba de pagar el colegio, de proporcionarle una pequeña pensión y de administrar sus tierras y rentas. Fue a partir de entonces cuando el internado se convirtió en su hogar casi de forma ininterrumpida porque


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