Mercedes Sanz-Bachiller. María Jesús Pérez Espí
Читать онлайн книгу.la Constitución y las Cortes, los gobernadores civiles fueron apartados de su cargo y sustituidos por militares, las corporaciones municipales por gestoras, y se implantó la censura. En Valladolid,56 de igual modo que en el resto de España, la corporación municipal fue disuelta por el real decreto del 30 de septiembre de 1923,57 tras lo que fue elegido alcalde José Morales. Las corporaciones municipales y las diputaciones quedaron a disposición del régimen durante seis años, aunque en el caso de Valladolid no fue fácil dar estabilidad al Gobierno municipal; de hecho, durante el primer año la sucesión de alcaldes y de concejales fue constante. Además, los «upetistas» y, en menor medida, los mauristas y católicos empezaron a copar cargos en el Ayuntamiento y en la Diputación. Muchos de los alcaldes, concejales o jueces municipales, y otros hombres que habían ocupado cargos políticos con anterioridad a la dictadura, acabaron en las filas del somatén. Concentraciones y desfiles fueron desarrollándose en Valladolid y en los pueblos de la provincia a lo largo de estos años. La censura de prensa pronto se puso en marcha. El Diario Regional se convirtió en la voz del régimen, contrariamente a lo sucedido con El Norte de Castilla y su director, Santiago Alba, que fueron vigilados y perseguidos, incluso por la justicia.58
Por otra parte, la pacificación de Marruecos, con la exitosa operación hispano-francesa en Alhucemas de septiembre de 1925, y la prosperidad económica de estos años dieron popularidad al régimen. Mucho influyó la política económica que, desde finales de 1925, diseñó el directorio civil, basada en el intervencionismo del Estado, invirtiéndose en obras públicas, creando monopolios estatales, como la Compañía Telefónica Nacional de España, aunque controlada por la «ITT Corp.» (International Telephone and Telegraph Corporation), o las Confederaciones Hidrográficas, la compañía de aviación Iberia, y la Compañía Arrendataria del Monopolio del Petróleo-CAMPSA. Nacieron algunos bancos oficiales como el Banco Exterior de España, el Banco Hipotecario y el Banco de Crédito Industrial y, a finales de 1926, la Organización Corporativa Nacional del Trabajo y los Comités Paritarios que, una vez ilegalizada la CNT, fueron aceptados por la UGT. La conflictividad social y las huelgas disminuyeron y se aprobaron el subsidio para las familias numerosas y el seguro de maternidad. Así pues, a lo largo del directorio civil, pareció que nada podía ensombrecer el rumbo de la nación.59
En contraste con esta realidad, la vida personal de Merceditas dio un vuelco, puesto que el 20 de enero de 1926 murió su madre60 a los 50 años de edad.61 Merceditas tenía 14 años y, definitivamente, quedó huérfana de padre y de madre. En el testamento de Mercedes Bachiller quedó estipulado que la niña quedaría a cargo de su tío Aurelio Bachiller Sanz,62 primo carnal de su madre, médico y alcalde de Montemayor, que, tal como lo recordaba Mercedes, «era un hombre correcto y frío, nunca estuve en su casa. Era el hombre más sobresaliente del pueblo, generoso, de ideas liberales, de una extrema humanidad pero con un trato más bien seco».63
Él se encargaba de pagar el colegio, de proporcionarle una pequeña pensión y de administrar sus tierras y rentas. Fue a partir de entonces cuando el internado se convirtió en su hogar casi de forma ininterrumpida porque
era propietaria de casas, pero no tenía hogar. Es muy distinto una casa a un hogar. Era una chica de catorce años sin padre, sin madre, sin hermanos, sin tíos, sin abuelos... sin nada. ¡Qué iba a tener! Además, mis casas eran de muchas habitaciones, con paneras, corrales, bodegas... imposible vivir sola ahí.64
Esta circunstancia hizo que pasase largas temporadas en el colegio y que, cuando se lo permitían, visitara las casas de sus compañeras, las cuales «infinidad de veces me hacían participar de su ambiente familiar. Las mayores fueron admirables, severas pero gratas; una disciplina bien llevada que creo ha sido parte de mi vida en el cumplimiento del deber».65
Los veranos los pasaba entre Sardón de Duero, donde tenía una finca Millán Alonso Lasheras, y Traspinedo, con sus tíos Acacia Bachiller y Miguel López.66 Según Mercedes Redondo, «los hijos de ambos fueron los primos queridos de mi madre, especialmente el de su edad, Miguel».67 Sin embargo, en 1927, al cumplir los 16 años, su tío y tutor, Aurelio Bachiller, consideró que Mercedes ya había alcanzado la madurez suficiente y consintió su emancipación.68 Esta circunstancia fue aprovechada por Mercedes para, a los 17 años, trasladarse a Neully sur Seine, muy cerca de París, y cursar allí el último año de estudios. Este colegio, que ocupaba un antiguo pabellón de caza del rey Luis XIV, pertenecía a la misma congregación religiosa dominica en la que había estado interna en Valladolid. Para poder hacer frente a los gastos del viaje y de la estancia, Mercedes vendió una pimpollada y marchó con dos compañeras del colegio, las hermanas Pino. En Francia pudo, además, perfeccionar el francés y proyectar su futuro: un año más en Inglaterra que finalmente no llegó a realizar. Al regresar a Valladolid en el verano de 1929, se volvió a instalar en las habitaciones de su antiguo colegio. Aunque había tenido una vida difícil y dura en lo personal, Mercedes era una mujer joven, independiente, con una sólida formación académica, solvencia económica y con todo el futuro por delante.
Mientras Mercedes reingresaba en su antiguo internado de las dominicas, la dictadura empezaba a tambalearse. Aunque no fue decisiva para su caída, la oposición al régimen era creciente y venía desde diversos sectores de la sociedad española: las organizaciones patronales y los sindicatos católicos, los intelectuales y parte del Ejército.69 Empezando por el cuerpo de Artillería, que acabó disuelto, y siguiendo por el pronunciamiento de Valencia, encabezado por el capitán general Alberto Castro Girona y por el político conservador José Sánchez Guerra.70 Pero es que, además, se añadieron los enfrentamientos con el mundo universitario, el fracaso político del partido único y de la Asamblea Nacional Consultiva y el rechazo que generó el proyecto constitucional. Además, la etapa de prosperidad económica llegaba a su fin71 con la depreciación de la peseta, la caída de los valores bursátiles y de la rentabilidad empresarial y el estancamiento de la constitución de sociedades y de las inversiones. Así estaban las cosas cuando Miguel Primo de Rivera consultó a los capitanes generales si debía o no debía continuar en el poder. La respuesta llevó al dictador a presentar su dimisión a Alfonso XIII. Era el 26 de enero de 1930.
Fue entonces cuando Alfonso XIII encargó la formación de gobierno al general Dámaso Berenguer con dos objetivos:72 restablecer la Constitución de 1876 y convocar elecciones a Cortes. Sin embargo, la España de 1930 ya no era la de 1923, y los partidos dinásticos que habían sustentado el sistema restauracionista tampoco, enfrascados ambos en particulares guerras de liderazgo. Además, las fuerzas republicanas, Alianza Republicana o Derecha Republicana, empezaron a reorganizarse y a crecer en influencia, así como Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), la Organización Republicana Gallega Autonomista (ORGA) o el valenciano Partido Unión Republicana Autonomista (PURA). Con el objetivo de derrocar a la monarquía, el PSOE y la CNT empezaron a colaborar con el republicanismo.