Las trincheras de los cuidados comunitarios. Varias Autoras
Читать онлайн книгу.a una travesía por los temas abordados en los siguientes capítulos.
La obra se encuentra dividida en dos partes. La primera de ellas se denomina “El frente académico-político”, y está compuesta por los tres primeros capítulos del volumen. En ellos, se ofrecen discusiones que sitúan y sintetizan los debates sobre género, envejecimiento y cuidados en las ciencias sociales y en las políticas públicas.
En el Capítulo I, “Las mujeres y el envejecimiento en la investigación social (1950-2018)”11, situamos la producción científica sobre género y vejez en las ciencias sociales entre 1950 y 2018. Esta revisión crítica se propone analizar cómo las mujeres mayores fueron representadas y categorizadas en las publicaciones anglófonas e hispanohablantes. Mostraremos las contribuciones y aportes del feminismo a los estudios del envejecimiento, identificando aquellos temas de investigación que todavía hoy continúan siendo “áreas de silencio”. Además, situamos la contribución latinoamericana al campo de la vejez y el género articulada a través del concepto de organización social y moral de los cuidados. Asimismo, discutimos la categoría “cuidado comunitario”, apuntando a la necesidad de situar y profundizar este debate. En las consideraciones finales, ofreceremos nuestras reflexiones sobre la construcción de una perspectiva feminista en los estudios del envejecimiento femenino.
En el Capítulo II, “Debates para situar las políticas públicas”12, presentamos un estado del arte que recoge las discusiones sobre cuidados en países que atraviesan procesos demográficos de envejecimiento. Nuestro propósito es aportar, desde una perspectiva transversal de género, a la formulación de políticas públicas que hagan frente a los desafíos planteados por la transición demográfica en Chile. Revisamos los estudios sobre las necesidades de cuidado de las personas mayores, analizando el papel de la familia, del Estado, de la comunidad y del mercado en la atención de estas demandas sociales. Finalizamos discutiendo algunos puntos críticos a ser considerados para la planificación de políticas públicas vinculadas al cuidado en la vejez en Chile.
En el Capítulo III, “Las mujeres mayores, los cuidados y los clubes”, se explica el proceso etnográfico que dio origen al libro. Se relatan nuestras preguntas fundamentales y los hitos de la investigación. Situaremos la emergencia de nuestro interés por comprender el papel del cuidado comunitario para las mujeres mayores en Santiago de Chile. Además, contextualizaremos el origen y la historia de los centros de madres y de los clubes de personas mayores (espacios prioritarios de nuestra etnografía en las tres comunas). Discutiremos también las elecciones metodológicas que fueron parte de esta ruta investigativa. Finalizamos con el recorrido sobre los “modos de relación” que fuimos adoptando en nuestras interacciones con las mujeres, dando cuenta de cómo hemos incorporado una propuesta particular de etnografía feminista intersubjetiva, construida junto con ellas.
La segunda parte del libro, denominada “Habitar en las trincheras del cuidado”, está compuesta por cuatro capítulos. Su lenguaje es centralmente etnográfico ya que, en ellos, presentamos los tres estudios de caso desarrollados en la Región Metropolitana de Chile.
En el Capítulo IV, “El club como trinchera”13, nos adentramos en el material etnográfico, abordando el estudio de caso realizado en la comuna de Independencia. Partimos por exponer las características sociodemográficas de la comuna, buscando caracterizar aquellos datos que permiten comprender cómo las mujeres viven el proceso de envejecer allí. Luego, presentamos el club de mujeres mayores “El Rosal”, escenario de nuestros encuentros con señoras increíbles. Narraremos las dinámicas internas y de funcionamiento del club, contando cómo fue nuestra inclusión (inicialmente como visitantes y posteriormente como socias de pleno derecho). Expondremos los análisis etnográficos a partir de tres ejes: 1) el club como un espacio de cuidado para sí; 2) los múltiples “descuidos” enfrentados por las mujeres; 3) el club como espacio libre de cuidados hacia otros. Finalizamos reflexionando sobre las experiencias de cuidado comunitario en El Rosal.
El Capítulo V, “La política y la poética de envejecer”, retrata el segundo estudio de caso etnográfico, desarrollado en la comuna de Santiago Centro. Se inicia con la caracterización de los aspectos demográficos, políticos, sociales y económicos del envejecimiento en esta comuna. Luego, describiremos las experiencias de las mujeres del club Mujeres Mayores. Relatamos nuestro acercamiento al centro comunitario donde las actividades del club tienen lugar, y nuestras aventuras de inserción al taller en que las mujeres se juntaban para y esmaltar sus cerámicas. Describimos cómo ellas se apropian del aula con dinámicas relacionales particulares, mostrando los temas de diálogo y las formas de cuidado comunitario que emergían mientras esmaltaban. Contaremos, además, cómo estas vivencias estaban marcadas por experiencias de interpelación entre ellas, las figuras políticas nacionales y la administración del centro comunitario. En las consideraciones finales, planteamos una articulación entre la poética y la política en la experiencia femenina del envejecimiento, vinculada a los cuidados colectivos en el club.
En el Capítulo VI, “Negociar las distinciones”14, presentamos el tercer estudio de caso, desarrollado en la comuna de Providencia. Como en los dos capítulos anteriores, partimos por caracterizar el contexto comunal y por describir los talleres de tejido y bordado a los que frecuentamos en uno de los centros comunitarios de la comuna. Luego, retomamos los relatos de las mujeres sobre su envejecimiento para conocer cómo renegocian sus distinciones sociales y sus tareas de cuidados. Finalizamos posicionando el lugar de estas distinciones en las prácticas, saberes y significados de las mujeres.
En conjunto, a lo largo de cada capítulo, debatiremos acerca de los desafíos que el estudio de la vejez plantea al campo investigativo sobre la organización social de los cuidados y, no menos, al feminismo. En el cierre, sintetizamos nuestras principales conclusiones etnográficas, aportando a una definición situada del cuidado comunitario (desde los tres clubes estudiados) como una experiencia dialéctica del habitar femenino.
1 Barrio comercial mayorista de la ciudad de Santiago de Chile, situado en los márgenes de las comunas de Santiago y Estación Central.
2 Servicio de Atención Primaria de Urgencia.
3 En Chile, el Hospital de Urgencia Asistencia Pública más importante del país, localizado en la capital (Santiago), era conocido popularmente como “Posta Central”. Metonímicamente, el nombre pasó a ser usado para aludir a cualquier servicio de atención sanitaria de urgencia.
4 Sobre el programa Vínculos profundizaremos en el Capítulo III.
5 Orozco (2017: 40) nos cuenta que, precisamente intentando construir la posibilidad de una enunciación femenina de los deseos y necesidades, diversos movimientos de mujeres en Centroamérica lanzan la propuesta de un nuevo vocablo para resignificar la conjunción entre estos dos elementos: los denominan “desecidades”.
6 Chile se encuentra dividido en dieciséis unidades territoriales llamadas “regiones”, que están a cargo de un/a intendente designado por el presidente de la República. Las regiones se subdividen, a su vez, en provincias (a cargo de un gobernador, igualmente designado por el presidente) y estas en comunas (dirigidas por un alcalde electo por votación popular). La región donde se encuentra la capital del país, Santiago de Chile, es denominada “Región Metropolitana” y está subdivida en seis provincias y 52 comunas. Se distingue además el Gran Santiago (conurbado) y el Área Metropolitana de Santiago (que incluye algunas comunas aledañas a la demarcación anterior).
7 Desde una perspectiva feminista crítica, conceptualizamos el patriarcado como un fenómeno doble-dimensional. Por un lado, implicaría una dimensión “tópica”, referente a la consecución de relaciones concretas, correspondiendo así al “nombre