La transición española. Eduardo Valencia Hernán
Читать онлайн книгу.de hambre con una declaración pública.
Como conclusión, es importante destacar las declaraciones del periodista de Le Monde, Marcel Niedergang, el cual describió en sus comunicados lo que realmente significó el encierro de Montserrat, afirmando bajo su punto de vista que fueron los intelectuales catalanes más prestigiosos los que forzaron a buena parte de la burguesía catalana y otros dirigentes no afectos al régimen a salir del silencio. Cabe destacar que la disolución de esta asamblea de intelectuales que surgió del encierro derivó posteriormente en una iniciativa más elevada, el Congrés de Cultura Catalana, organismo creado de la misma asamblea en una reunión celebrada en Montserrat a principios de 1975178.
162. BALFOUR, Sebastián, op. cit., p.179.
163. BATISTA, Antoni, op. cit., p. 70.
164. FRC, AJR, «Comissió Coordinadora de Forces Polítiques de Catalunya», Carpeta 104/15, 26-11-1970. También en MOLINERO, Carmen, YSÀS, Pere, «El triunfo del inmovilismo», en Historia de España Siglo XX (1939-1996), 3ª edición; MARTÍNEZ, Jesús A. (coord), Cátedra, Madrid, 2007, pp. 159-171.
165. BATISTA, Antoni, op. cit., p. 73.
166. Treball, 1-1-1971.
167. Mundo Obrero, 22-1-1971.
168. BATISTA, Antoni, op. cit., p. 81. Ver también SERRAHIMA, Nuria, «La tancada a Montserrat contra el Procés de Burgos», L’Avenç, n.º 72, 1984, p. 16 y PUJOL, J.M., La Gran Tancada, Barcelona, Columna, 1999.
169. A primeros de 1966 hubo intentos asociativos por parte de la intelectualidad catalana, como la reunión clandestina en Franciscàlia, que no llegó a ningún acuerdo por divergir la asociación entre demócratas o socialistas. GUTIÉRREZ DÍAZ, Antoni, «La fundació de L’Assemblea de Catalunya», L’Avenç, n.º 43, 1981, p. 34.
170. FRC, AJR, «Comissió Coordinadora de Forces Polítiques de Catalunya. Anotaciones», Carpeta 104/19, 1971. También en BATISTA, Antoni, op. cit., pp. 80-81.
171. PORTABELLA, Pere, «L’Assemblea Permanent d’Intelectuals catalans», L’Avenç, n.º 43, 1981, p. 40.
172. SERRAHIMA, Nuria, La tancada a Montserrat contra el procés de Burgos», op. cit., p. 16.
173. PORTABELLA, Pere, «L’Assemblea Permanent d’Intelectuals catalans», op. cit., p. 40.
174. Las cartas de protesta y apoyo a favor de Jordi Carbonell llegaban de diferentes estamentos, la Iglesia, la abogacía, etc., incluso se le dedicó una poesía por parte de Joan Brossa, en BATISTA, Antoni, op. cit., p. 83.
175. XIRINACHS, Lluís María, «La lluita per l’amnistía», L’Avenç, n.º 43, 1981, p. 49.
176. Treball, 1-1-1971. También en BERNAD, Robert, op. cit., p. 92.
177. AHGCB, «Nota Informativa», Barcelona, 11-1-1971, dos folios. BERNAD, Robert; BURGAYA, Josep, op. cit., p. 65.
178. BATISTA, Antoni, op. cit., p. 85.
Propuesta de creación de la Asamblea de Cataluña
Tras un largo periodo de negociaciones, la CCFPC tomó la decisión de integrar en su organización a otras fuerzas democráticas y antifranquistas con la intención de autofortalecerse y poder llegar a metas más elevadas.
«La Asamblea de Cataluña desde el inicio quería abrirse a cualquier organización política o no-política, legal, para-legal o clandestina, grupo o individuo, con tal que: (…) mantengan en Cataluña o puedan eventualmente desarrollar una actividad contra la dictadura franquista y reconozcan la opresión a la que está sometida la personalidad nacional de Catalunya.»179
Para Pere Portabella, la idea de la nueva organización correspondió a Antonio Gutiérrez, justo cuando volvían a Barcelona, después de dar apoyo a los encerrados en la abadía de Montserrat, hecho que confirmó él mismo posteriormente. Joan Reventós también coincidió en la autoría de Gutiérrez, con la versión de que la oyó saliendo de una reunión de la CCFPC, junto con Joan Cornudella y Javier Castellá180, incluso hubo otras interpretaciones sobre el mismo asunto, afirmando que se habló del tema en una cena celebrada en un restaurante de la Ronda San Antonio de Barcelona, cercano al cine Goya y posteriormente en casa de Antón Canyellas.
Sin embargo, y como conclusión, lo que podemos admitir es que, si Gutiérrez fue el autor, la idea de esta convocatoria ya figuraba en el proyecto de resolución política del II Congreso del PSUC celebrado cinco años antes, en 1965, cuando en una de sus resoluciones se comentaba lo siguiente:
«Todo el desarrollo de la situación exige dar pasos unitarios; hacer realidad el proyecto surgido entre los partidos políticos catalanes de convocar una asamblea o parlamento de oposición antifranquista sin ninguna exclusión, en el que se reflejen todas las posiciones de las fuerzas políticas, como sucede en un régimen democrático y parlamentario. De esta asamblea podrían salir, aún con discrepancias en determinadas cuestiones, acuerdos concretos para poner fin a la dictadura franquista.»181
Para los No Alineados, el «Guti», apodo del político Antonio Gutiérrez, fue el factótum de la creación de la Asamblea, añadiendo que los debates para la formación de esta se fueron realizando en pequeños comités, alargándose las negociaciones durante dos años, siendo los más asiduos a estas reuniones: Antonio Gutiérrez (PSUC), Joan Reventós PSC(c), Pere Aragall (UDC), Javier Castellá (ERC), Jordi Guardiola (PSAN), un militante de UGT y otro de CC.OO., Agustí de Semir (Ambients cristians oficials), Jaume Rodri y Josep Dalmau (Comissió de Serveis y posteriormente de los No Alineados)182.
De todos modos y de acuerdo con los anteriores testimonios, lo que queda claro es que fue en el domicilio del socialista Joan Reventós donde se constituyó una Comisión Preparatoria que fue la encargada de presentar el proyecto de la Assemblea Nacional de Catalunya ante una treintena de personas, y que, posteriormente se redactaron los documentos preparatorios de la futura Asamblea por el propio Antonio Gutiérrez y Francisco «Quico» Vila-Abadal, que hacían referencia a los cuatro puntos programáticos de la nueva organización creada, en el restaurante-bar La Punyalada, en el Paseo de Gracia barcelonés.
Una de las aportaciones más interesantes al estudio sobre la creación de la Asamblea de Cataluña vino de las propias declaraciones de los protagonistas que formaron parte de ella. Antoni Gutiérrez Díaz dijo en 1995:
«No es fácil para mí decir esto, pero creo que el nombre y la concepción de la Assemblea de Catalunya me pertenecen, y puedo reclamar derechos de autor, a partir de la concepción de política general de unidad que he hecho antes. Es una propuesta que hice al Comité Central del PSUC, con Gregorio López Raimundo que vivía clandestinamente y que le propuse. Se discutió en el núcleo de la dirección y se lanzó la propuesta de una manera muy clara.»183
Al referirse a la política