Luz Nocturna. Amy Blankenship

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Luz Nocturna - Amy Blankenship


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de alcanzar una botella, se dio la vuelta para encontrar a Quinn de pie entre ella y el bar.

      â€œÂ¿Puedo ayudarle, señor?” preguntó Kat con una ceja arqueada sarcásticamente. “Sabes que no se permiten clientes detrás de la barra.”

      Quinn dio un paso hacia ella a pesar de que ya estaba bastante cerca. Colocó una mano en el estante al lado de su brazo, dejándola atrapada donde estaba. Al ver sus ojos tratando de mirar por encima de su hombro al hombre con el que había estado hablando... Quinn gruñó, “No te distraigas esta noche Kat. Te estoy advirtiendo. El hecho de que no vengas con nosotros a cazar no significa que un vampiro no pueda entrar por la puerta de este bar.”

      Kat suspiró sabiendo que ese era el truco más antiguo del libro. Hacer que alguien piense que es importante dándole un trabajo extra que sea seguro. “Estaré bien”, le dijo mientras se agachaba para pasar bajo su brazo e irse hacia donde Trevor de nuevo. “Y si necesito algo, ya tengo a alguien dispuesto a dármelo.” Esto lo dijo con una pizca de seducción en su voz. Era mentira, pero Quinn la había hecho enojar.

      Ella sonrió interiormente sabiendo que Quinn pensaba que quería decir sexualmente y Trevor pensó que quería decir en la caza de vampiros esta noche. Warren escogió ese momento para terminar y hacerle saber a Quinn que ya estaba listo para marcharse.

      Quinn apretó sus labios mientras se acercó a Kat y se inclinó, casi rozando sus labios contra su oreja, “Que tengas una noche segura”. Él pudo ver, con cierta satisfacción, como a ella se le ponía la piel de gallina en todo su cuello y en su hombro.

      Kat se agarró al borde de la barra cuando sintió que sus rodillas se debilitaron. Logró estabilizarse y saltó cuando oyó la voz de Michael justo detrás de ella.

      â€œTen cuidado con la fuerza con que tiras de la cola de ese gato, amor”, le recordó Michael, luego hizo señas con la cabeza a Trevor antes de ir a encontrarse con Kane en el techo.

      Trevor frunció el ceño ante la mirada sobresaltada de Kat. “¿No era eso acaso un vampiro?

      â€œNo, eso era un caballero y nos está ayudando a rastrear a los verdaderos monstruos”, dijo Kat con seguridad mientras añadía silenciosamente, y él es el único que no hizo un alboroto de que yo saliera esta noche. “Sin embargo, parece que nos estamos quedando atrás. ¿Estás listo para salir?”

      *****

      Kane caminaba de un lado a otro en el techo, fumando un cigarrillo y de vez en cuando sacudiendo sus brazos. Estaba empezando a sentirse ansioso esperando que Michael apareciera.

      â€œJaguares y pumas” gruñó. “Son peores que los gatos domésticos. Todos tienen que dominar a los demás. Prefiero unirme a los Coyotes que lidiar con esto”.

      Michael se acercó al borde de la azotea justo detrás de Kane, atrapándolo en medio su agitado discurso. Frunció el ceño cuando Kane se calló de inmediato y miró hacia un lado al darse cuenta de su presencia.

      â€œMaldita sea Kane, ¿vamos a hablar de lo que te molesta o no?”, preguntó Michael mientras se acercaba a él.

      â€œO no”, respondió Kane.

      â€œBien”, Michael esperó sabiendo que Kane odiaba más la del silencio que discutir. Le encantaba cuando él tenía razón.

      Kane caminó hacia el borde del edificio, alejándose de nuevo. Había olvidado cómo Michael podía aparecerse frente a él de repente... hacía ya mucho tiempo que eso no pasaba. “Raven parecía un poco decepcionado porque faltaba parte de su ejército en el almacén... algunos de sus locos estaban desaparecidos. Supongo que los vampiros que se perdieron nuestra pequeña fiesta de la muerte probablemente necesitaban un lugar donde pasar el día, así que voy a revisar”.

      Michael no dijo una sola palabra cuando Kane volvió a caer desde techo y aterrizó en el pavimento abajo. Justo cuando se acercó al borde dispuesto a hacer lo mismo que Kane hizo, algo en el tejado al otro lado de la carretera llamó su atención.

      Volviendo su mirada hacia allá, Michael vio por un instante una sombra que luego desapareció. Algo acerca de esa sombra le había parecido familiar pero no podía saber qué exactamente.

      Â¿Acaso Kane tenía un acosador o era él el blanco? Tratando de suprimir la sensación por el momento, miró hacia abajo y sonrió al caer.

      Aunque ya no podía ver a Kane, y él conocía el camino al almacén, en lugar de seguir una ruta, siguió el impulso de su propia sangre dentro de las venas de Kane. Cuando llegó al almacén, pudo oír los gritos de los vampiros que Kane había tomado por sorpresa.

      Se detuvo en la puerta de la enorme sala y pudo ver en la oscuridad usando su súper visión. Kane ya tenía dos vampiros encima y varios más pensaron que la táctica de trabajar en equipo había sido una gran idea. Al entrar, cerró la puerta tras de sí y empezó a avanzar cuando la voz de Kane resonó.

      â€œDéjame manejar esto. Simplemente no permitas que ninguno se escape”, dijo Kane un poco sin aliento mientras torcía el cuello del vampiro que estaba tratando de despedazarle la garganta. Él se sacudió cuando unos colmillos se hundieron en su hombro, haciéndole perder su control sobre el primero.

      Las dos cejas de Michael desaparecieron bajo su pelo, pero él se apoyó contra la puerta. “Está bien, si estás seguro”. Cruzó sus brazos sobre el pecho y se apoyó contra el metal.

      â€œBueno... estoy aburrido”, dijo después de un momento y miró hacia los desalmados vampiros que aún no estaban peleando. “Supongo que ninguno de ustedes me haría el honor de ir tras ella”.

      Cuando Kane logró decapitar al primer vampiro, uno de ellos hizo exactamente lo que Michael había sugerido, pero el brazo de Kane lo alcanzó y lo agarró por la chaqueta de cuero que llevaba puesta. “No lo creo”, gruñó mientras lo hacía entrar en la pelea.

      â€œÂ¿Acaso tu mami no te enseñó a compartir?” Michael sonrió mientras veía cómo estaban dándole una buena paliza a Kane. Tenía la sensación de que Kane necesitaba el dolor para poderse sentir vivo en ese momento. No tenía ninguna duda de que Kane sería el último vampiro de pie y esa liberación de ira y violencia podría incluso ayudar a su amigo a abrirse de nuevo... La terapia por excelencia.

      â€œMi madre era una ladrona”, respondió Kane, saltando y pateando con sus dos pies en el pecho a un vampiro que corría decididamente hacia él. El vampiro voló y Kane aterrizó sobre su espalda. Ayudándose con la fuerza de sus piernas, se puso de pie de nuevo en un instante. “Ella no creía en compartir”.

      â€œAmbos sabemos que tu madre no era una ladrona”, dijo Michael. “Era una dama bien educada.”

      Kane recibió un golpe en la cara y voló hacia atrás. Michael siguió el movimiento mientras Kane pasaba por delante de él y hacia el mismo montón de basura al que Kriss lo había lanzado. Suspiró cuando notó que Kane se estaba convirtiendo en un maldito desastre. Kane se apresuró para ir de nuevo a pelear, destrozando a cuanto imbécil se le ponía enfrente.

      â€œÂ¿Todavía no necesitas ayuda?”, preguntó Michael entre el sonido de los huesos rompiéndose y pies chapoteando en charcos que crecían cada vez más. Él de hecho se rió cuando Kane empezó a murmurar uno de los hechizos de Syn, pero le dieron un puñetazo en la boca antes de que pudiera terminarlo.

      â€œNo”, gruñó Kane mientras escupía sangre en la cara del que lo había


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