Chile 1810-2010: La República en cifras. Jose Luis huertas Diaz

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Chile 1810-2010: La República en cifras - Jose Luis huertas Diaz


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en realidad, los únicos nombres con que se encontrará quien revise las explicaciones que acompañan estas series corresponden a autores o bien a organizaciones cuyos datos son empleados aquí para construir indicadores de larga cobertura temporal. Sin embargo, y como señala la metáfora, las magnitudes agregadas que figuran en estas páginas fluyen de recuentos que toman en consideración todo lo ocurrido en un determinado ámbito de tiempo-espacio territorial, reflejando así, aunque anónimamente y de manera no separable, el quehacer de las personas y organizaciones, además de las expresiones de múltiples interacciones entre ellas.

      En esta ocasión no corresponde calificar esta labor del Estado; nuestro conocimiento es meramente el de usuarios y no hemos realizado un estudio del tema y tampoco comparado con la manera en que otros países han enfrentado estos desafíos. Aquí corresponde reconocer que hemos encontrado una cantidad importante de material básico y que ha podido ser utilizado para la construcción de estas series, ilustrando de este modo dos siglos de evolución de la sociedad. Convendría, por último, mencionar aunque sea al pasar, características del proceso evolutivo experimentado por el país que, de uno u otro modo, llegaron a complicar la producción de estadísticas básicas o que, al menos, significaron, a veces, un largo proceso de aprendizaje en cuanto a cómo enfrentar tales situaciones.

      Como ya fuera señalado, en la segunda mitad del siglo XIX toma forma la producción de estadísticas básicas, esto coincidentemente con una mayor actividad fiscal en general. Es a partir de la Primera Guerra Mundial y de los años 1920 que el fisco experimenta un cambio significativo en el ámbito de su influencia, incrementando notoriamente su presencia, imponiendo nuevas actividades públicas y regulaciones. El proceso continúa hasta el presente, pero, y especialmente en el primer medio siglo de este desarrollo, este mayor grado de participación del fisco en ocasiones no se ve acompañado por un crecimiento paralelo de su capacidad estadística, limitando así una adecuada cobertura y registro de las innovaciones.

      Otro aspecto que complica la producción de estadísticas básicas es que a partir de los años1930, el fisco, y por ende el país, ve debilitada su capacidad de llevar cuentas en unidades monetarias, distinguiendo nítidamente entre valores nominales, aquellos que recogen la inflación y, por otra parte, los valores reales subyacentes, una capacidad que el fisco y el país solo recuperan íntegramente en las últimas décadas del siglo veinte.

      El período seleccionado

      A lo largo de estos dos siglos el país experimentó cambios y transformaciones de diversa índole, manteniendo a la vez rasgos fundamentales que solo evolucionaron pausadamente. Finalizar esta recopilación el año 2010 nos parece una fecha apropiada, no solo por su carácter de efeméride, un “cumple siglo”, sino también por cuanto de ahí en adelante buena parte de las series podrán ser puestas al día por quienes requieran tales antecedentes. En tanto se cuente con algo de la paciencia del buen navegante, resultará posible tomar contacto con las páginas y publicaciones de las agencias que producen estadísticas, incorporando de este modo los indicadores para los años siguientes. Esto sin perjuicio de que se trata aquí de un contexto dinámico, seguramente en constante evolución, de modo que la posibilidad de cambios e innovaciones en la presentación de las cifras por parte de los productores de estadísticas básicas podrán requerir de algún esfuerzo adicional de adaptación para mantener a continuidad con los indicadores recogidos en esta publicación.

      En el otro extremo, el inicio en 1810 es un elección más compleja, pero como esperamos mostrar, no totalmente arbitraria. De partida, coincide con la fecha que hoy en día es vista, simbólicamente al menos, como el inicio del proceso que finalmente culminaría con la república propiamente tal. Aunque en muchos aspectos relevantes la nueva forma organizacional mantendrá la institucionalidad precedente, hay también buenas razones para pensar que esa fecha marca un quiebre significativo en lo que concierne a la construcción de indicadores con capacidad para describir el desarrollo. Los conflictos, expropiaciones y cambios de poder implícitos en el paso de la estructura de gobierno colonial hacia una organización republicana se habrán traducido a dificultades y ajustes diversos para la producción en el territorio, amén de las limitaciones al financiamiento fiscal que suelen acompañar transiciones como esta. Asimismo, la apertura comercial explícita y formal que tempranamente asumió la organización pública emergente y la base tributaria que a ella se asocia seguramente estuvieron impulsando cambios y estímulos varios, abriéndose así nuevas oportunidades, pero también, y es lo que aquí cabe mencionar, nuevos desafíos en materia de construcción de estadísticas básicas.

      Los autores hemos estimado que el proceso de ajuste asociado al ciclo independentista completo, expresado en términos de producción, se extiende aproximadamente por 20 años, siendo su mejor conjetura que a comienzos de la década de 1830 el país habría recuperado el ingreso per cápita alcanzado en 1810 (Díaz, Lüders y Wagner, 2007). Este, entonces, es un segundo argumento para nuestra fecha de inicio: 1810 correspondería al último año antes de iniciarse un extenso proceso de cambios de todo tipo y que se asocian a nuevos desafíos estadísticos. Un tercer argumento para pensar en la conveniencia de una fecha de inicio como la señalada gira en torno a la disponibilidad del material básico para configurar indicadores de este tipo.

      El corolario que extraemos es que un corte se torna aconsejable, pero también reconocemos que este argumento no apunta estrictamente al año 1810; lo que hace, a nuestro entender, es subrayar que en este contexto general se refuerza la idea de la necesidad de innovar en forma significativa en materia de búsqueda de datos básicos. Finalmente, digamos también que la elección de la fecha de inicio no implica que todas las series comiencen con 1810, más bien son pocas las que logran esto y en este sentido el año de inicio es simplemente un referente.

      Naturaleza de los indicadores

      Las series que aquí figuran corresponden a indicadores homogéneos, construidos por los autores a partir de información y antecedentes básicos que se pudieron ubicar para tal fin. En los próximos párrafos se explica brevemente, primero, por qué las series se identifican como construcciones y, enseguida, se mencionan razones para insistir en su homogeneidad y continuidad. Muy pocas de estas series corresponden a lo que podría denominarse traspasos simples, o sea, la copia de series ya existentes. Esto sin perjuicio de diversos e importantes esfuerzos de consolidación intertemporal que se encuentran en algunas recopilaciones de agencias oficiales de estadísticas y de otros esfuerzos de este tipo.

      Una vez reunida la información parcial básica y evaluada su representatividad, estos componentes se ensamblaron para generar series continuas y homogéneas. Aunque la información básica responda al mismo concepto general, los niveles de inicio y término de los diferentes componentes podrían no coincidir, de modo que la construcción de la serie completa significa hacerse cargo de esta situación y hacer esto con la transparencia suficiente como para que los usuarios interesados puedan visualizar la decisión adoptada. Ocasionalmente, también, se llegó a disponer de información competitiva, sea esta de estadísticas básicas paralelas, o bien de construcciones de terceros. En estos casos el desafío fue seleccionar el componente más


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