El bullerengue colombiano entre el peinao y el despeluque. Martha Ospina Espitia
Читать онлайн книгу.de subjetividades
De la estética de lo político en la estética del acontecimiento
Las experiencias formativas de la danza folclórica y la configuración de sujetos políticos
CAPÍTULO 4. QUÉ HA SIDO Y QUÉ ES EL BULLERENGUE EN EL ÁMBITO NACIONAL
Origen, significado y formas
Evidencias históricas de la presencia del bullerengue
La oficialidad de los folclorismos versus la autenticidad de la forma viva del bullerengue
El tono emocional y la catarsis en las festividades del bullerengue
El bullerengue del lumbalú palenquero o el cuestionamiento de su exclusividad festiva
El bullerengue: una práctica cultural corpo-oral de configuración subjetiva
CAPÍTULO 5. LAS SENSIBILIDADES DE LA AFRICANÍA EN EL BULLERENGUE
Sensibilidades en cuerpos racializados
“Yo bailo, luego existo”: cuerpos y sensibilidades afromestizas
Corporeidades negras en la Colonia
Esclavitud-música-danza-cuerpo
Sensualidad negra en la cultura costeña colombiana
La erótica bullerenguera: representación folclorizada de los intercambios sensibles de la africanía
CAPÍTULO 6. MANIFESTACIONES INTERSENSIBLES Y EXPERIENCIAS DE SÍ MISMO EN LAS PRÁCTICAS BULLERENGUERAS
El devenir de las colectivas memorias corpo-sensibles en el bullerengue
Representaciones y performatividades del bullerengue
Sabrosura y erótica bullerenguera
Experiencia del sí mismo: fiesta y estados de creación
Resonancias intersensibles: el éxtasis de la bailabilidad bullerenguera
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
ANEXOS
LISTA DE FIGURAS Y TABLAS
Figura 1. Tarima del Festival Nacional del Bullerengue de Puerto Escondido, Córdoba, 2014
Figura 2. Erótica e intercambio sensible en el bullerengue. Tarima del Festival Nacional del Bullerengue de Puerto Escondido, Córdoba, 2014
Figura 3. Bailador y tambolero. Tarima del Festival Nacional del Bullerengue de Puerto Escondido, Córdoba, 2014
Figura 4. El tambor me llama. Tarima del Festival Nacional del Bullerengue de Puerto Escondido, Córdoba, 2014
Figura 5. Baile en el centro del ruedo. Tarima del Festival Nacional del Bullerengue de Puerto Escondido, Córdoba, 2014
Figura 6. Cantaora en escenario. Tarima del Festival Nacional del Bullerengue de Puerto Escondido, Córdoba, 2014
Figura 7. El bullerengue arriba de tarima. XVIII Festival Nacional de Bullerengue de María la Baja, Bolívar, 2011
Figura 8. Comparsas del Festival Nacional del Bullerengue de Puerto Escondido, Córdoba, 2014
Figura 9. La pareja bullerenguera en la tarima. Tarima del Festival Nacional del Bullerengue de Puerto Escondido, Córdoba, 2014
Figura 10. Cantaora. Tarima del Festival Nacional del Bullerengue de Puerto Escondido, Córdoba, 2014
Tabla 1. El peinao y el despeluque
En primer lugar, agradezco al Doctorado en Ciencias Sociales y Humanas de la Pontificia Universidad Javeriana por la oportunidad de compartir y aprender con maestros investigadores de excelencia académica y humana. A la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, por su decidido apoyo a la formación doctoral de sus docentes; gracias a la Comisión Semipresencial para Estudios Doctorales otorgada por la institución, pude culminar con éxito el programa.
A Xiomara, guía bondadosa en mi devenir por los caminos del bullerengue. A Edwin, Delfina, Éver, Emilcen, Belmir, Benjamín, Arley, Petrona, Martina, Cecilia, Wilfran, Kelly, Keidys, Glenis, Arnulfo el Docto, Arlina y a todos los cultores bullerengueros entrevistados y filmados en su quehacer, quienes generosamente aceptaron ser partícipes de esta indagación.
A Ángela, Zandra, Enrique y Marcela, quienes dispusieron su gestión y su saber para poner a mi alcance esta vivencia investigativa. A Sonia, por sus agudos análisis y aportes a estas páginas. A los docentes y estudiantes de los semilleros de investigación Saberes, Rituales y Símbolos y Muzima con quienes en la cotidianidad compartí los viajes y pormenores de mis hallazgos.
A Rafael Díaz Díaz, paciente interlocutor, cómplice, guía y lector de todos los escritos que encaminaron este trabajo.
A Orlando, Laurita y Anita, mis seres más queridos, por su paciencia y amorosa espera.
¡A ritmo de bullerengue! Así, de esta manera y con ese “tumbao” se debe leer este libro. Antes que nada, y después de todo, porque es un conjunto, en secuencia, de experiencias vitales las que le permiten a la maestra de Danza, Martha Ospina, ir tejiendo de forma onírica, si se quiere, su propia vida con la genealogía de esta danza caribeña. Es una experiencia vital que ella siente, vive, se apropia y despliega desde sus interioridades cognitivas y lúdicas. Por su parte, la danza se despliega de múltiples maneras, desde las ancestrales hasta las convencionales de los escenarios formales y repetitivos. Este libro refleja una telaraña de caminos y de tránsitos que bien pueden resumirse en la llamada ruta del bullerengue, interconectando nudos que se asocian en Cartagena, Palenque de San Basilio, María la Baja, Necoclí y Puerto Escondido, pero que de otra manera anuda, históricamente, cimarrones, palenques, sitios, ruedas, rochelas, carnavales, ferias, fiestas, festivales, corralejas, haciendas, manglares, ciénagas, veredas, ranchos, ganaderías y, más reciente, de manera infortunada, escenarios de dolor, escarmiento y tragedia.
La danza, en este caso el bullerengue, va más allá del simple hecho de