Historia del Próximo Oriente antiguo. Marc Van De Mieroop
Читать онлайн книгу.enviar emisarios a lugares lejanos para instalarse allí, trayendo consigo su bagaje cultural? La mayoría de los estudiosos sugieren que los habitantes de Uruk querían acceso a recursos raros o ausentes en el propio territorio, y enfatizan que Babilonia carece de madera, piedra y metales. Sin embargo, esa deficiencia es exagerada, ya que había materiales disponibles localmente para compensarla. Parece más apropiado tener en cuenta los cambios demográficos e ideológicos fundamentales que se produjeron en la Mesopotamia meridional del período de Uruk. Los estados se habían desarrollado con un nuevo tipo de ideología y una nueva estructura social. Ciertas personas ocuparon puestos de importancia inexistentes hasta el momento e influyeron en la vida de muchos. Las nuevas élites emergentes pudieron haber deseado el acceso a materiales exóticos, cuya posesión los distinguía del resto de la población. Muchos artículos de lujo solo estaban disponibles fuera de Mesopotamia: piedras semipreciosas, oro, plata, etc. Los asentamientos al este y al norte podrían haber sido colonias de pueblos meridionales, que aseguraban el acceso a estos recursos a través de la interacción con las poblaciones locales. Además, la convicción de que un dios tenía influencia más allá de los límites de la ciudad pudo haber contribuido a una ideología expansionista. No solo el entorno inmediato, sino también las regiones lejanas pudieron haber sido consideradas como dependientes del dios patrón de la ciudad. Tales elementos ideológicos, aunque imposibles de determinar en la documentación, no se deben ignorar por completo en nuestra interpretación de la expansión de Uruk.
2.4. LAS REPERCUSIONES DE URUK
El final del período de Uruk llegó con cambios fundamentales en el país y en el extranjero. Aquellos que tuvieron lugar fuera del sur de Mesopotamia son los más claros para nosotros, ya que vemos una interrupción repentina de los contactos. Habuba Kabira, el puesto al sur de Siria, desapareció por razones desconocidas. En los lugares donde las culturas locales habían adoptado las prácticas de Uruk, las tradiciones indígenas resurgieron. La vida en las aldeas y la organización social volvieron a ser la norma en el norte de Mesopotamia y Siria. En Susiana, los inmigrantes de los montes Zagros parecen haberse apoderado del centro de Susa. En lugar de la fragmentación política, como en el norte, la región se convirtió en un estado equivalente a lo que encontramos en el sur de Mesopotamia. Lo llamamos estado protoelamita porque parece haber sido el precursor de entidades políticas posteriores en la zona. La cultura protoelamita mantuvo algunas tradiciones de Uruk, pero las adaptó como locales. Desarrolló una escritura distinta, que difería de la del Uruk contemporáneo y se utilizó en una amplia zona de Irán durante unos doscientos años. Las tablillas inscritas con la escritura protoelamita fueron excavadas a 1200 kilómetros de Susa. La centralización del poder inspirada por la de Uruk en la región de Susa condujo a un estado competidor que ha sido culpado de cortar el acceso del sur de Mesopotamia a la meseta iraní y a áreas más al este. El momento del colapso del sistema de Uruk está indicado por la interrupción de las prácticas contables en el norte y el desarrollo independiente de una escritura en Susiana. Los precursores de las tablillas protocuneiformes se encuentran en todas partes, pero no se trata de las tablillas tipo Uruk IV. Estas últimas solo se encuentran en Uruk al final de la época (en el nivel arqueológico IVa), por lo que parece que los contactos con las zonas periféricas se habían interrumpido justo antes.
Lo que sucedió en Uruk es más difícil de discernir. Los edificios monumentales que dominaban el complejo del Eanna fueron arrasados y toda la zona fue allanada. En la parte superior, en el nivel III, se construyó un nuevo conjunto de edificios en los que se encontraron muchas tablillas, más elaboradas que las de Uruk IV. En Jemdet Nasr y Uqair, en el norte de Babilonia, se encontraron pequeñas cantidades de tablillas estrechamente relacionadas. Arqueológicamente, este período se llama Jemdet Nasr por el lugar donde se descubrió por primera vez su conjunto cultural. La ciudad de Uruk continuó siendo de tamaño considerable, pero también se desarrollaron otros centros babilónicos a medida que la población se trasladó a ellos desde el campo, posiblemente como resultado de trastornos sociales o invasiones. Los contactos lejanos de los siglos anteriores cesaron, pero la cultura Jemdet Nasr penetró más profundamente en las regiones cercanas, como el valle del río Diyala, que antes había sido marginal. Además, se atestigua el contacto directo con la zona del golfo Pérsico. Se produjo así una reorganización de la sociedad en el sur de Mesopotamia en más y más centros de escala similar con una influencia más profunda en las áreas cercanas. Así, las bases para un mayor desarrollo político en la región ya estaban establecidas.
Debate 2.1. ¿POR QUÉ CIUDADES?
¿Qué inspiró a los pueblos a moverse en grandes cantidades para vivir en pequeños espacios con mucho ruido, suciedad y enfermedades? Las ciudades antiguas eran trampas mortales con tasas de mortalidad tan altas que muchos estudiosos creen que no podrían haber mantenido sus niveles de población sin una inmigración constante. Si en el período de Uruk los habitantes de toda Babilonia, si no más lejos de hecho, se trasladaron a Uruk y sus alrededores, debió de haber algo que los animara a hacerlo —a menos que aceptemos que fue un resultado accidental de muchas personas haciendo lo mismo (Ur, 2014)—.
Los especialistas modernos tienden a no plantearse la pregunta en estos términos, sino que se centran en los procesos que dieron origen a las sociedades urbanas, que también fueron los primeros estados en la historia del mundo (ver Rothman, 2004 y Ur, 2014, para estudios sobre el tema). El breve libro de Robert Mc. Adams, The evolution of urban society (1966), en el que comparó la Mesopotamia más antigua con México en el primer milenio e.c., fue pionero. Vio el desarrollo de las ciudades como resultado de la diversidad ecológica, que alentaba la especialización de la producción agrícola y hacía necesario el intercambio. La variedad ambiental se acentúa aún más en investigaciones muy recientes que muestran como las primeras ciudades de Babilonia se insertaron en un paisaje pantanoso y dependieron en gran medida de sus recursos (Pournelle, 2013). La especialización de la mano de obra en la agricultura, la manufactura y la administración llevó a que estos trabajadores se apegaran más a sus compañeros profesionales que a los miembros de su familia y a una sociedad verdaderamente urbana, que era muy diferente de las comunidades de las aldeas anteriores.
Mientras que otros especialistas reconocen la importancia del medio ambiente, se centran, sin embargo, en diferentes elementos como motores principales hacia el urbanismo. Algunos ven un desarrollo universal de la regulación burocrática y enfatizan la proliferación de herramientas de administración (Wright y Johnson, 1975). Otros ven el intercambio a larga distancia como fundamental y enfatizan las interacciones de Uruk con áreas distantes. El control del acceso a la madera, las piedras semipreciosas, etc., proporcionó a las élites urbanas su legitimidad (Algaze, 2005). El estudio más reciente y extenso utiliza una perspectiva más local y considera fundamental el aumento de la productividad de la mano de obra especializada y la necesidad de intercambio, así como la presencia de una excelente infraestructura para ello en las vías fluviales (Algaze, 2008). La mayoría de los especialistas piensan que un pequeño segmento de la sociedad, la élite, se benefició de las nuevas condiciones. Algunos retratan la ciudad como un medio para dominar y explotar al pueblo (Pollock, 1999). Pero no todos están de acuerdo; también se ha sugerido que la sociedad de Uruk era muy igualitaria e intentaba distribuir la riqueza de la manera más democrática posible (Charvát, 2002). ¿Fueron las raciones un servicio social para todos o un medio para vincular a los trabajadores con quienes les daban trabajo?
También hay voces que nos advierten de que no debemos ver a la sociedad urbana como el resultado necesario de una mayor complejidad social. Siempre hubo personas que vivían fuera del alcance de las instituciones urbanas y estas no buscaban hacer las cosas más complejas, sino más bien más sencillas (Yoffee, 2005). Es notable, sin embargo, cómo en las fuentes disponibles para nosotros a través de la historia de Mesopotamia se veía a la ciudad como el centro estándar de la actividad política, económica y religiosa, de modo que no se aprecia una alternativa a la misma o nostalgia hacia la vida no urbana.
Para volver a la pregunta de por qué los grupos habían preferido vivir en las ciudades, podemos trazar un paralelo con la historia posterior. Durante la Revolución Industrial del siglo XIX e.c., la vida en