Poder evangélico. Ariel Goldstein
Читать онлайн книгу.and Politics in Asia, Africa and Latin America, Cambridge, Cambridge University Press, 2004.
23 Choe Sang-Hun: “The Populist Pastor Leading a Conservative Revival in South Korea”, The New York Times (11.11.2019).
24 “‘Complete Shock’: Australia’s Prime Minister Holds Onto Power, Defying Election Predictions”, The Washington Post (18.5.2019).
25 Damien Cave: “How Rupert Murdoch Is Influencing Australia’s Bushfire Debate”, The New York Times (8.1.2020).
26 Claudia Dary: “Guatemala: entre la Biblia y la Constitución” en José Luis Pérez Guadalupe y Sebastián Grundberger (eds.): O. cit.
27 Anemona Hartocollis y Yamiche Alcindor: “Women’s March Highlights as Huge Crowds Protest Trump: ‘We’re Not Going Away’”, The New York Times (21.1.2017).
28 Julio Córdova Villazón: O. cit.
2929 David Halbfinger: “La grieta entre religiosos y seculares domina la campaña en Israel”, Clarín (15.9.2019).
30 João Paulo Charleaux: “Qual o laço entre os evangélicos e Israel, segundo este pastor”, Nexo (19.1.2020).
31 Raanan Rein: “Los hombres detrás del Hombre: la segunda línea de liderazgo peronista”, Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, núm. 19, pp. 78-92 (2008).
CAPÍTULO 1
Donald Trump y la aproximación entre evangélicos y republicanos
Pentecostalismo y racismo en el siglo xx estadounidense
El pentecostalismo comenzó entre los pobres de Los Ángeles en 1906, y se expandió rápidamente por el sur y el suroeste del país. Durante el siglo xx, la Convención Bautista del Sur se mantuvo como una institución conservadora clave en la representación de estos grupos, especialmente hasta la Segunda Guerra Mundial.
Las corrientes evangélicas fundamentalistas norteamericanas consideran la palabra de la Biblia verdadera literalmente, y suscriben a la idea de que la civilización se encuentra en un decaimiento, esperando una gran batalla del Armagedón en la cual Cristo volverá a restaurar su reino en Jerusalén.32
Durante el siglo xx, en una sociedad con un pasado esclavista, se manifestaba la segregación especialmente en el sur del país, donde había florecido el movimiento racista Ku Klux Klan y las leyes Jim Crow denegaban a los afroamericanos los derechos civiles y establecían su apartamiento en los espacios públicos. A partir de 1950, comenzó un proceso de resistencia de la población afroamericana a las políticas de segregación, para reclamar una igualdad de condiciones en su trato y presencia en la sociedad. Se destacaron en este proceso luchadores por la igualdad como los pastores Malcolm X y Martin Luther King.
Este movimiento llevó a que en 1964 se produjera la aprobación del Acta de Derechos Civiles, que habilitó el voto a los afroamericanos y combatió la discriminación racial en escuelas y lugares públicos. Pero, como resultado, los estadounidenses blancos del sur, que habían hasta entonces manifestado afinidad por el Partido Demócrata, comenzaron a identificarse con el Partido Republicano en rechazo a la nueva legislación.33 Después de que el presidente Lyndon Johnson firmó la Ley de Derechos Civiles en 1964, dijo “Creo que acabamos de entregar por mucho tiempo el sur al Partido Republicano”.
Desde entonces, los republicanos buscaron el voto de los blancos sobre la base de la oposición a la integración de los afroamericanos en las escuelas y los barrios.34 Los evangélicos blancos habían formado sus propias escuelas, consideradas como escuelas de segregación para “protegerse”.35 En la medida en que los estados del sur se hicieron más conservadores y republicanos, esto fue acompañado por el aumento de la influencia de los evangélicos en la política.
El fortalecimiento del movimiento conservador estadounidense está asociado a la experiencia que derivó de la candidatura de Barry Goldwater en 1964 a la presidencia por parte del Partido Republicano, quien votó en contra de la Ley de Derechos Civiles e intentó movilizar a los blancos conservadores en oposición a la misma para su campaña, aunque perdió. Sin embargo, la candidatura del senador Goldwater a la presidencia, que contó con el apoyo de líderes del Ku Klux Klan,36 plantó la semilla del movimiento conservador.37
Desde entonces, el clivaje racial se mantuvo como el más fuerte y estable de la política norteamericana. Luego, el impulso del movimiento conservador republicano residió en la candidatura presidencial de Richard Nixon, quien llegó a la Casa Blanca en 1969 en defensa de la “mayoría silenciosa” conservadora. Sin embargo, renunció tras la salida a la luz del escándalo Watergate en 1974, que involucraba el espionaje a miembros del Partido Demócrata y hechos de corrupción.
Durante su presidencia, Nixon estableció vínculos con el reverendo Billy Graham, que se caracterizaba por una prédica popular y de gran influencia en los 50. En el marco de la Guerra Fría, Graham se convirtió en promotor de un Estados Unidos identificado con la cristiandad, el anticomunismo y el capitalismo de libre mercado.38 Sin embargo, su figura como líder político evangélico se eclipsó luego del escándalo Watergate.39 Graham exhibió una notable capacidad para combinar su carisma con los medios de comunicación, desde la televisión hasta internet, lo que permitió una expansión global de su prédica en distintos idiomas.40 Tuvo la capacidad de llevar a los evangélicos fuera del fundamentalismo, hacia una predicación mundana y en conexión con las masas.41
En 1956, el sociólogo crítico Charles Wright Mills escribía que “Estados Unidos es un país conservador sin una ideología conservadora”. Para este intelectual estadounidense, el poder de las corporaciones, la tecnología, el liberalismo vacío y la cultura de las celebridades reemplazaban la ausencia de una ideología que legitimara el dominio de las elites.42 Sin embargo, quince años después, nacería un movimiento que dotaría de una profunda influencia ideológica a la derecha norteamericana.
Roe vs. Wade y la formación de la Mayoría Moral
En 1973 se produjo por parte de la Corte Suprema de Estados Unidos el fallo Roe vs. Wade, que permitió el acceso de las mujeres al aborto, basado en el “derecho a la privacidad” de la Decimocuarta Enmienda a la Constitución.43 Esta situación, entendida por los evangélicos como una amenaza, los llevó hacia una entrada en la política. Uno de los articuladores de este movimiento conservador, el pastor Jerry Falwell, señaló al respecto: “La decisión del Tribunal Supremo de legalizar el aborto por demanda hizo más para destruir nuestra nación que cualquier otra decisión que haya tomado”.44 Roe vs. Wade sirvió como factor unificador que hizo dejar de lado las diferencias en pos de una unión de la derecha religiosa.45
En 1976, el demócrata Jimmy Carter asumió como el primer presidente evangélico, representando una visión que unía su filiación religiosa con una denuncia de las injusticias sociales. En oposición a sus políticas progresistas, un nuevo movimiento evangélico, blanco y conservador se fortaleció a lo largo de su presidencia. En las elecciones de 1980 Carter perdió la continuidad en la Casa Blanca con Ronald Reagan, quien contaba con el apoyo de dos tercios de los votantes blancos y evangélicos.46 La derrota de Carter significó la caída del evangelismo progresista en la escena nacional.47 Al igual que Donald Trump, Reagan trazaba en sus discursos una diferenciación entre el pueblo estadounidense, al cual reivindicaba, en oposición a una “pequeña elite intelectual” de Washington.48
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