Un cuento de magia. Chris Colfer

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Un cuento de magia - Chris Colfer


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de ser tan catastrófico –le dijo Brystal–. Sabes todo. Solo estás dejando que los nervios de dominen.

      –No estoy nervioso… ¡Estoy hecho un desastre! ¡Estuve despierto toda la noche haciendo estas tarjetas y apenas puedo leer mi propia letra! ¡Sea lo que sea la Ley de Purificación del 342, definitivamente no es lo que dije!

      –Tu respuesta estuvo muy cerca –dijo Brystal–. Pero estás pensando en la Ley de Desgarrificación del 339, la cual fue promulgada cuando Champion viii desterró a los trolls del Reino del Sur. ¡Desafortunadamente, su ejército confundió a los duendes con los trolls y sacó a la especie incorrecta! ¡Entonces, para validar la mezcla, Champion viii sacó la Ley de Purificación del 342 y desterró del reino a todas las criaturas que hablaran y que no fueran humanos! ¡Los trolls, duendes, goblins y ogros fueron obligados a marcharse hacia el Entrebosque! ¡Pronto, sirvió de inspiración para los otros reinos y estos hicieron lo mismo, lo cual llevó a la Gran Limpieza del 345! ¿No es terrible? ¡Y pensar que el período más violento de la historia podría haberse evitado si Champion viii solo se hubiera disculpado con los duendes!

      Brystal notó que su hermano estaba algo agradecido por el recordatorio, pero también algo avergonzado porque haya sido su hermana menor quien lo ayudó.

      –Ah, cierto… –dijo Barrie–. Gracias, Brystal.

      –Un placer –dijo ella–. Aunque es una verdadera lástima. ¿Imaginas lo divertido que sería ver a una de esas criaturas en persona?

      Pero luego, su hermano lo pensó dos veces.

      –Espera, ¿cómo sabes todo esto?

      Brystal miró sobre su hombro hacia atrás para asegurarse de que aún estuvieran solos.

      –Estaba en uno de los libros de historia que me prestaste –le susurró–. ¡Fue fascinante! ¡Debo haberlo leído unas cuatro o cinco veces! ¿Quieres que me quede y te ayude a estudiar?

      –Ojalá pudieras –dijo Barrie–. A mamá le resultaría sospechoso si no regresas a la cocina y se pondrá furiosa si te atrapa ayudándome.

      Los ojos de Brystal destellaron al ocurrírsele una idea traviesa. Con un movimiento hábil, arrancó todos los botones de la toga de Barrie. Antes de que pudiera reaccionar, la señora Evergreen entró a la sala de estar, como si hubiera sentido la travesura de su hija en el aire.

      –¿Cuánto tiempo te tomará cocer un botón? –la regañó–. ¡Tengo la avena en la olla, los huevos en la sartén y los panecillos en el horno!

      Brystal se encogió de hombros con inocencia y le mostró a su mamá el puñado de botones que había arrancado.

      –Lo siento, mamá –dijo–. Es peor de lo que pensamos. Está muy nervioso.

      La señora Evergreen levantó sus manos y se quejó mirando hacia el techo.

      –Barrie Evergreen, esta casa no es tu taller de costura personal! –lo regañó–. ¡Mantén tus manos inquietas lejos de tu ropa o te las ataré por la espalda como cuando eras niño! Brystal, cuando termines, ve a preparar la mesa en el comedor. Comemos en diez minutos, ¡con botones o sin ellos!

      La señora Evergreen regresó furiosa a la cocina, maldiciendo por lo bajo. Brystal y Barrie se taparon la boca mientras reían ante la escena dramática de su madre. Era la primera vez que Brystal había visto a su hermano sonreír desde hacía semanas.

      –No puedo creer que hiciste eso –dijo.

      –Tu examen es más importante que el desayuno –dijo Brystal y comenzó a cocer el resto de los botones–. Y no necesitas tus tarjetas, memoricé prácticamente todos los viejos libros que me prestaste. Ahora, nombraré una ley histórica y me contarás cuál es la historia detrás de ella. ¿Está bien?

      –Está bien –contestó.

      –Bien. Comencemos con la Ley de Fronteras del 274.

      –La Ley de Fronteras del 274… la Ley de Fronteras del 274… –pensó Barrie en voz alta–. ¡Ah, ya sé! Ese fue el decreto que estableció los Caminos Protegidos a través del Entrebosque para que los reinos pudieran comercializar de manera segura.

      Brystal hizo una mueca de desaprobación al oír su respuesta.

      –Casi, pero no –dijo con sutileza–. Los Caminos Protegidos fueron creados por la Ley de Caminos Protegidos del 296.

      Barrie se quejó y se alejó de Brystal mientras le cocía un botón. Caminó alrededor de la sala, frotándose el rostro con las manos.

      –¡Es absurdo! –se quejó, refunfuñando–. ¡No sé nada de esto! ¡¿Por qué tiene que haber tantos números en la historia?!

      –¡Ah, de hecho, esa es una historia muy interesante! –le comentó Brystal con alegría–. ¡El Reino del Sur desarrolló un sistema de calendario cuando el primer Rey Champion fue coronado! Fue tan eficiente que todos los demás reinos comenzaron a usarlo… ¡Ah, lo siento, Barrie! Era una pregunta retórica, ¿verdad?

      Su hermano tenía los hombros caídos y la miraba con incredulidad. Lo había dicho como una pregunta retórica, pero al oír la explicación de su hermana, comprendió que también estaba equivocado sobre la creación del calendario.

      –¡Me rindo! –anunció Barrie–. ¡Voy a abandonar la universidad y abriré una tienda! ¡Venderé rocas y palos a los niños! ¡No ganaré mucho dinero, pero al menos nunca bajarán las ventas!

      Brystal estaba perdiendo la paciencia con la actitud de su hermano. Lo sujetó de la barbilla y le dejó la cabeza quieta para poder mirarlo fijo a los ojos.

      –¡Barrie, tienes que dejar de actuar así! –le dijo–. Todas tus respuestas vienen del lugar correcto, pero sigues queriendo empezar la casa por el tejado. Recuerda, la ley es historia y la historia es solo un cuento. Cada uno de estos eventos tiene una precuela y una secuela, una causa y un efecto. Antes de responder, ubica todos esos hechos que sabes en una línea de tiempo imaginaria. Encuentra las contradicciones, concéntrate en lo que falta y luego llena los espacios lo mejor que puedas.

      Barrie se quedó en silencio mientras pensaba en el consejo de su hermana. Lentamente, pero con seguridad, la semilla del optimismo que ella le había plantado comenzó a crecer. Barrie asintió con determinación y respiró hondo como si estuviera a punto de saltar de un acantilado inmenso.

      –Tienes razón –dijo–. Solo necesito relajarme y concentrarme.

      Brystal soltó la barbilla de Barrie para seguir remendando los botones de su toga mientras ella también remendaba su confianza en sí misma.

      –Ahora, la Ley de Fronteras del 274 –dijo–. Inténtalo de nuevo.

      Barrie se concentró y no hizo ningún sonido hasta estar seguro de tener la respuesta correcta.

      –Luego de la Guerra Mundial de las Cuatro Esquinas del 250, los cuatro reinos acordaron dejar de pelear por tierras y sus líderes firmaron la Ley de Fronteras del 274. El tratado estableció las fronteras de cada reino y la zona del Entrebosque entre las naciones.

      –¡Muy bien! –lo alentó Brystal–. ¿Qué hay de la Ley de Neutralidad del Entrebosque del 283?

      Barrie pensó con mucho cuidado y sus ojos se iluminaron cuando encontró la respuesta.

      –¡La Ley de Neutralidad del Entrebosque del 283 fue un acuerdo internacional que declaró al Entrebosque como zona neutral para que ninguno de los reinos pudiera reclamar su territorio como propio! Como resultado, el Entrebosque fue dejado sin autoridad y se convirtió en un lugar muy peligroso. Lo cual luego nos lleva a la Ley de Caminos Protegidos del 296… ¡AY!

      Brystal estaba tan orgullosa de su hermano que accidentalmente lo pinchó con la aguja de enhebrar.

      –¡Correcto!


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