Eso no puede pasar aquí. Sinclair Lewis

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Eso no puede pasar aquí - Sinclair Lewis


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el 100% de todas las sumas que superen los 10.000 $ por familia y año, ya sean ganadas o recibidas de cualquier otro modo. Sin embargo, para ofrecer la mejor ayuda posible a todos los negros que entiendan su verdadero y valioso lugar en la sociedad, se permitirá a todas las personas de color, hombres y mujeres, que puedan demostrar que han dedicado un mínimo de cuarenta y cinco años a tareas tan apropiadas como el servicio doméstico, el trabajo agrario y el trabajo común en las industrias, que se presenten a los sesenta y cinco años ante una junta especial, compuesta totalmente por blancos y, tras probar que cuando estuvieron empleados nunca fueron ociosos, excepto por enfermedad, se les recomendará para una pensión que no supere la suma de 500 $ por persona y año ni los 700 $ por familia. Por definición, los negros serán personas con un mínimo de una decimosexta parte de sangre de color.

      (11) Lejos de oponerse a métodos para ayudar a paliar la pobreza, el desempleo y la vejez, tan altruistas y sólidos económicamente como el plan EPIC del honorable Upton Sinclair, las propuestas “Compartamos la riqueza” y “Cada hombre es un rey”, del honorable Huey Long (tristemente fallecido), para asegurar a cada familia 5.000 $ al año; el plan Townsend, el plan utópico, la Tecnocracia y todos los planes aceptables de los seguros de desempleo, la nueva administración designará inmediatamente una comisión para estudiar, conciliar y recomendar (para su adopción urgente) las mejores ideas contenidas en estos planes para la Seguridad Social. Asimismo, los honorables Sres. Sinclair, Townsend, Eugene Reed y Howard Scott quedan invitados por la presente a asesorar y colaborar con dicha comisión de cualquier forma que estimen oportuna.

      (12) Se ayudará, con la mayor urgencia, a todas las mujeres empleadas, excepto las que trabajen en ámbitos típicamente femeninos como la enfermería o los salones de belleza, para que regresen a sus obligaciones incomparablemente sagradas como amas de casa y madres de los fuertes y honorables ciudadanos de la comunidad en un futuro.

      (13) Cualquier persona que apoye el comunismo, el socialismo o el anarquismo, la negativa a alistarse en caso de guerra o la alianza con Rusia en cualquier conflicto bélico, será sometida a un juicio por alta traición, con una pena mínima de veinte años de trabajos forzados en prisión y una pena máxima de muerte en la horca o cualquier otro tipo de ejecución que los jueces estimen conveniente.

      (14) Todas las bonificaciones prometidas a los antiguos soldados que lucharon en cualquier guerra librada por Estados Unidos se pagarán inmediatamente, en su totalidad y al contado. En todos los casos de veteranos con ingresos inferiores a los 5.000 $ al año, las sumas prometidas se duplicarán.

      (15) Inmediatamente después de la toma de posesión, el Congreso introducirá enmiendas constitucionales que estipularán: a) que el presidente tendrá la autoridad para establecer y ejecutar todas las medidas necesarias para gobernar durante este período crítico; b) que el Congreso solo tendrá un papel en calidad de asesor: informar al presidente, el gabinete y sus asesores sobre cualquier legislación necesaria, pero sin actuar en lo relativo a la misma hasta que se lo autorice el presidente, y c) que se eliminará inmediatamente de la competencia del Tribunal Supremo el poder para invalidar cualquier acción del presidente, de sus asesores debidamente nombrados o del Congreso dictaminando que es inconstitucional o iniciando cualquier otra acción judicial.

      Apéndice: Debe entenderse que, como la Liga de los Hombres Olvidados y el partido demócrata, en su formación actual, no pretenden ni desean aplicar ninguna medida que no satisfaga totalmente el deseo de la mayoría de los votantes de Estados Unidos, la liga y el partido no consideran ninguno de los quince puntos anteriormente mencionados como obligatorios o no modificables, excepto el no 15. En cuanto al resto de los puntos, actuarán o se abstendrán de actuar de acuerdo con el deseo general del público, a quien, bajo el nuevo régimen, se le volverá a otorgar la libertad individual que le habían robado las duras y restrictivas medidas económicas de las administraciones anteriores, tanto republicanas como demócratas.

      “Pero, ¿qué significa?”, se preguntó la Sra. Jessup cuando su marido acabó de leerle el programa. “Es tan incoherente. Suena como una mezcla entre Norman Thomas y Calvin Coolidge. Me cuesta entenderlo. ¡Me pregunto si lo entiende el Sr. Windrip!”

      “Claro. No te quepa la menor duda. Aunque Sarason, ese modista intelectual, le adorne sus ideas a Windrip, no debemos suponer que no las reconoce ni las acepta como adecuadas cuando aparecen engalanadas con palabras ostentosas. Te voy a explicar lo que significa todo: los artículos uno y cinco significan que, si los financieros, los reyes del transporte, etc., no muestran un fuerte apoyo a Buzz, quizá les amenace con impuestos sobre la renta más elevados o con controlar sus negocios de alguna manera. Pero, al parecer, están pasando por el aro. Y están siendo bastante generosos: por lo que he oído, ya pagan la radio de Buzz y sus desfiles. El número dos, que al controlar directamente sus sindicatos, la panda de Buzz puede secuestrar a todos los trabajadores y convertirles en esclavos. El número tres respalda la seguridad para el Gran Capital y el cuatro mete a los predicadores en vereda y los convierte en agentes de prensa de Buzz, asustados y no remunerados.

      El seis no significa nada; las empresas de municiones de integración vertical podrán agenciarse un 6% en concepto de fabricación, otro 6% por el transporte y otro más por las ventas, como mínimo. El siete quiere decir que nos preparemos para seguir al resto de las naciones europeas e intentar monopolizar el mundo entero. El ocho significa que, gracias a la inflación, las grandes empresas industriales podrán volver a comprar sus bonos en circulación por un centavo el dólar; y el nueve, que todos los judíos que no suelten cantidades ingentes de dinero para el capitalista sin escrúpulos de Buzz serán castigados, incluso los judíos que tengan poca pasta que soltar. El diez, que los blancos pobres del sur que rindan culto a Buzz se apropiarán de todos los trabajos y negocios rentables de los negros y que, en lugar de ser denunciados, se les elogiará en todas partes como patrióticos protectores de la pureza racial. El once, que Buzz pasará la pelota al no poder crear ayudas verdaderas para paliar la pobreza. El doce, que las mujeres pronto perderán el derecho al voto y a una enseñanza superior, que las engañarán para que dejen todos los trabajos decentes y les pedirán con insistencia que críen soldados para que mueran en guerras en el extranjero. El trece, que cualquier persona que se oponga a Buzz de cualquier manera podrá ser tildada de comunista y estrangulada por ello. ¡Vaya! Según esta cláusula, Hoover, Al Smith, Ogden Mills, tú y yo seremos todos comunistas.

      El catorce, que a Buzz le importan tanto los votos de los veteranos que está dispuesto a pagarlos caros (con el dinero de otra gente). Y el quince... Bueno, es la única cláusula que realmente quiere decir algo: que Windrip, Lee Sarason y el obispo Prang, y quizá ese tal coronel Dewey Haik y ese Dr. Hector Macgoblin (ya sabes, el doctor que ayuda a componer los himnos altruistas para Buzz)..., se han dado cuenta de que este país se ha vuelto tan flojo que cualquier grupo lo suficientemente atrevido, inteligente y sin escrúpulos como para no parecer ilegal puede hacerse con todo el Gobierno y disfrutar de todo el poder, los aplausos, los saludos, el dinero, los palacios y las mujeres que quiera.

      Solo son un puñado de personas, pero piensa en lo pequeño que era el grupo de Lenin al principio. ¡Y los de Mussolini, Hitler, Kemal Pachá y Napoleón! Ya verás a todos esos predicadores liberales, educadores modernistas, periodistas descontentos y agitadores agrarios; quizá se preocupen al principio, pero pronto se verán envueltos en la red de propaganda, como nos pasó a todos en la Gran Guerra, y estarán convencidos de que, incluso si nuestro querido Buzz quizá tiene algún defecto, está del lado de la gente sencilla y en contra de todas las antiguas y estrictas maquinarias políticas, y enardecerán al país para él, que será presentado como el Gran Liberador (¡y mientras tanto el gran capital les guiñará el ojo y aguantará!). Y luego, por Dios, ese sinvergüenza (bueno..., ni siquiera sé si es más un sirvergüenza o un fanático religioso histérico), junto con Sarason, Haik, Prang y Macgoblin..., esos cinco hombres serán capaces de montar un régimen que te recordará al pirata Henry Morgan tomando al abordaje un barco mercante.”

      “Pero, ¿lo soportarán los americanos durante mucho tiempo?”, lloriqueó Emma. “Ay, no. No un pueblo como el nuestro. ¡Somos descendientes de los pioneros!”

      “No lo sé. Yo intentaré ayudar para que no sea así... Por supuesto, puedes entender que probablemente nos fusilen a ti, a mí, a Sissy,


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