La primera generación. Estudiantes que inauguraron la Facultad de Medicina de Bilbao en 1968. vvaa

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La primera generación. Estudiantes que inauguraron la Facultad de Medicina de Bilbao en 1968 - vvaa


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       Patxi Layuno Laucirica

       ALGUNOS RECUERDOS DE OTROS TIEMPOS

       María Isabel Izarzugaza Lizarraga

       UNA PARTE DEL CAMINO

       Roberto Candina Villar

       UN VIAJE AL PASADO

       José Luis Paz Díaz Romeral

       NO PODÍA IMAGINAR

       Teresa Artundo Ramos

       MI RELATO

       Koldo Apodaca Santiesteban

       RETAZOS

       Juan de Busturia Jimeno

       LAS VERDADES DADAS, DESCUBIERTAS Y CONSTRUIDAS

       Javier Laiseca Sagarduy

       PRIMERA PROMOCIÓN DE MEDICINA DE BILBAO. ALGUNOS RECUERDOS Y EXPERIENCIAS

       Juan Antonio Abeijón Merchan

       CAMBIO DE PLANES

       Amaia Sojo Aguirre

       MI EXPERIENCIA PROFESIONAL

       Federico Aguirre Azcuenaga

       YO IBA PARA INGENIERO

       Begoña Urtiaga Basarrate

       ENTRAR POR LA VENTANA

       Asensio Arteagoitia Aurrecoechea

       REPASANDO LA VIDA

       Ana Zurimendi Carril

       PERIPLO VITAL

       Abelardo García de Lorenzo y Mateos

       MI HISTORIA PERSONAL

       Bittori Astobiza Ariño

       HE CUMPLIDO COMO HE PODIDO Y, NI TAN MAL

       Carmen Garaizar Axpe

       Nota de Agradecimiento a Carmen Garaizar

       GLOSARIO

       LISTADO DE AUTORES Y AUTORAS POR ORDEN ALFABÉTICO

       APÉNDICE

      Hubo un momento en la historia en el que el ritmo de lo que acontecía era distinto según el lugar. Como si se tratara de compartimentos estancos. Los hechos ocurrían dominados por el ímpetu en algunos sitios, y con parsimonia en otros. Por ejemplo, desde 1915 no se fundó en el país otra universidad hasta 1968; parsimonia. Durante ese tiempo, más de cincuenta años, el mundo cambió gracias a los avances científicos y tecnológicos, la industrialización masiva, las nuevas corrientes filosóficas y culturales, las movilizaciones ideológicas de poblaciones enteras y los conflictos armados; ímpetu.

      Porque aquella fue la época en la que, en el exterior ocurrieron dos guerras mundiales y múltiples revoluciones; en el interior, la denominada Guerra Civil y sus terribles secuelas. El mundo occidental vio surgir las vanguardias artísticas y de la arquitectura, nuevas y sucesivas corrientes literarias, la teoría de la relatividad, la física cuántica, la penicilina, los rayos X, el ADN, los primeros trasplantes, y tantas otras cosas.

      En Bilbao, existían desde finales del siglo XIX la Universidad de Deusto, la Escuela de Ingenieros Industriales, y la Escuela de Comercio, que derivaría más tarde y en otro lugar en la Facultad de Ciencias Económicas. En 1936, el primer Gobierno Vasco fundó la Universidad Vasca, y con ella la Facultad de Medicina en el Hospital de Basurto, proyecto que quedó truncado por la guerra. Pero no fue hasta 1968 cuando crearon la Universidad Autónoma de Bilbao. Del mismo plumazo, literalmente, surgieron la Autónoma de Madrid y la Autónoma de Barcelona. Todas incorporaban, entre otros, los estudios de Medicina y la pretensión unánime de iniciarlos sin dilación. “Plumazo” y “sin dilación” nos ofrecen una idea clara de las condiciones académicas y estructurales que reinaron en los nuevos centros, aparte de las buenas intenciones, ilusión e ingenuidad.

      Han transcurrido otras cinco décadas desde que la Facultad de Medicina de Bilbao se inaugurara. El aniversario, que tuvo lugar en 2018, sugiere nuevas conmemoraciones en el futuro. A propósito de ellas, algún día, alguien escribirá su historia, el trance político-académico que condujo a su creación. Lo hará, probablemente, el personal académico procedente de áreas del conocimiento como la historia o la medicina, o la sociología quizá, o bien gente experta encargada por alguna Administración Pública, un biógrafo o biógrafa rescatando a determinada personalidad ilustre del contexto docente o estudiantil, quién sabe. Pero las vivencias personales del alumnado que estrenó la institución, que superó la provisionalidad de los comienzos y el final de una etapa política tortuosa para convertirse en profesionales de hecho y de derecho, esa experiencia humana no será contada. Salvo que lo hagan ellos mismos: los hombres y mujeres de la primera generación.

      Por eso estamos aquí. Nosotros, nosotras, estudiantes que inauguramos la Facultad de Medicina de Bilbao en 1968, hemos querido, en este libro, relatar nuestra propia historia. Tuvimos un comienzo singular, y el tiempo transcurrido a partir de aquel momento nos permite ahora verlo con perspectiva. Crecimos y estudiamos bajo la dictadura, en una sociedad que poco después supo transformarse en democracia europea. Cuando empezamos, apenas el tres por ciento de los facultativos españoles eran mujeres. Desde entonces, han cambiado radicalmente las costumbres sociales, el sistema político y, por supuesto, la Medicina. Hemos formado parte de esos cambios, los hemos llevado a cabo. En ocasiones, incluso planificado, o solo asumido y, en otras, objetado. Cómo no, así somos.

      Nuestras historias personales celebran el microdetalle y no tanto la macrohistoria, la experiencia individual por encima de la situación externa, quizá más objetiva. Cada autor o autora aporta su propio enfoque y estilo narrativo, pero hemos tratado siempre de contestar a la misma pregunta: ¿qué fue de aquellos jóvenes, hombres y mujeres, que estrenaron la Facultad hace cincuenta años? Por estas páginas desfila parte del profesorado, colegas, pacientes, personal sanitario, algún que otro jefe (rara vez jefa), y nuestras familias. Hemos compartido recuerdos y reflexiones, críticas, agradecimientos, ironía y bastante humor.

      Lectores desprevenidos, cuidado, no encontraréis aquí uniformidad. Fuimos un colectivo hasta cierto punto heterogéneo, pero teníamos en común la juventud, con toda su carga de entusiasmo, idealismo y esperanzas, y un espíritu crítico nada desdeñable. Carecíamos de una tradición, faltaban las generaciones anteriores de estudiantes que nos habrían permitido ver a dónde se llegaba según de qué manera. Lo inventamos sobre la marcha. Todavía se perciben, en estas páginas, visiones distintas del pasado, lo mismo que diversidad de puntos de atención, anclajes emotivos y límites temporales al contar nuestras propias vidas.

      No hablamos, sin embargo, todas las personas de aquella generación. Echamos en falta a tantísimas que empezaron la carrera el mismo año, pero que tomaron luego otros caminos. Recordamos también a otras muchas cuyas vidas se truncaron antes de tiempo; su memoria ha aflorado, más si cabe, en nuestros corazones al revivir el pasado. Y, por último, enviamos desde aquí un abrazo a los compañeros y compañeras que por razones diversas no han participado en este proyecto; forman parte de nuestra memoria colectiva y esperamos que disfruten con la lectura que les ofrecemos.

      Ahora nos asomamos a una nueva era, los tiempos cambian, una vez más. La genómica, la medicina regenerativa, el trabajo en red, los macrodatos y la inteligencia artificial terminarán transformando la relación médico-paciente, el sistema sanitario, la economía y la política. Pero nuestra generación no participará en esa historia. Hemos efectuado el relevo, y con ello transferido también la pasión, la energía y la voluntad que volcamos durante medio siglo en procurar la salud para la población y la felicidad para nuestros seres queridos.

      Estos testimonios recapitulan nuestras


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