El dispositivo del Hospital de Día en Adicciones. Alberto Trimboli
Читать онлайн книгу.de las personas están por encima de todas las cosas y en ese lugar nos posicionamos, unidos, para ejercer cada día nuestra práctica dentro de la diferencia.
También creemos que el consumo problemático de sustancias es un problema de salud, por lo tanto, debe ser tratado por profesionales de esa área, con la inclusión de aportes de organizaciones de usuarios y familiares.
Dentro de lo ideológico, también compartimos el respeto por el derecho a la intimidad de las personas que se encuentran en tratamiento. Es común que otros profesionales, familiares y hasta representantes del Poder Judicial “olviden” que los pacientes, antes que nada, son personas. Existe un acuerdo en el equipo acerca de que toda información relativa al paciente (sea que se realice en forma verbal, escrita, telefónica o por cualquier otro medio) solicitada por terceras personas (allegadas o no al mismo, incluso por parte de organismos judiciales) será proporcionada si existe la aprobación del paciente para ello.
Otro de los consensos del equipo es el intento por romper el estereotipo social y el prejuicio de que quien consume sustancias prohibidas por la ley vive aislado, es violento, desinteresado por el mundo y, por sobre todas las cosas, delincuente. Creemos que cada persona es única y, en tanto singular, será evaluada sin tomar en cuenta las generalidades y características atribuidas a los denominados “adictos” por el imaginario social de los profesionales.
Para abordar una de las problemáticas más complejas del campo de la salud, que involucra otros aspectos del sujeto, es fundamental reunir la mayor amplitud de criterios y la integración de orientaciones teóricas diversas, así como la incorporación de variadas profesiones.
Alberto Trimboli
Capítulo 1
Subjetividad e intersubjetividad en la clínica de los consumos problemáticos
Alberto Trimboli
Introducción
Lo importante es que hemos demostrado que lo imposible puede ser posible…
Franco Basaglia, Conferenze brasiliani, 1979
El contenido de este libro expone el resultado de la experiencia adquirida a lo largo de casi tres décadas en el abordaje del consumo problemático de drogas en el ámbito hospitalario, más precisamente, en el Hospital General de Agudos Dr. Teodoro Álvarez de la Ciudad de Buenos Aires.
Esperamos que sirva como orientación e inspiración para que otros colegas puedan replicar en otros hospitales y centros de salud un dispositivo de inclusión sociosanitaria con base en la comunidad, que cuenta con innumerables beneficios tanto para las personas que consultan, como para el sistema sanitario en general. La OPS/OMS sugiere la implementación de dispositivos alternativos a la hospitalización de tiempo completo para el abordaje de los padecimientos mentales, con el objetivo –entre otros– de evitar internaciones, así como la cronificación y la estigmatización que provoca el hospital monovalente.
En esa misma línea, en la Argentina, la Ley Nacional de Salud Mental (Ley Nº 26657) indica que las internaciones, en caso de ser necesarias, deben constituir el último recurso y promueve los dispositivos intermedios, como las casas de medio camino y los hospitales de día para el tratamiento del padecimiento mental.
Dentro del tema que nos convoca, los consumos problemáticos, en ciertos casos, cuando los recursos de tipo ambulatorio no alcanzan, las internaciones resultan inevitables; entonces, es necesario que estas se realicen en hospitales generales para evitar la estigmatización que, por innumerables razones, provocan las instituciones monovalentes en las personas con padecimiento mental (entre ellas, aquellas con consumo problemático de sustancias).
De esta manera, cuando el hospital general dispone de Hospital de Día y Sala de Salud Mental con internaciones breves, además de consultorios externos, a los pacientes se les puede brindar un abanico de posibilidades asistenciales, según las necesidades particulares de cada uno de ellos.
Los Hospitales de Día constituyen un dispositivo relativamente nuevo en el campo de la Salud Mental. El primero fue establecido en la Unión Soviética a principios de los años 30 para tratar pacientes esquizofrénicos y personas con trastornos neurológicos. El primer Hospital de Día en América fue fundado en el año 1946 por el Dr. D. Ewen Cameron, en el Allan Memorial Institute de Montreal.
En Argentina, la creación de hospitales de día para pacientes con padecimiento mental ha ido creciendo paulatinamente, incluso en algunos pocos hospitales generales del ámbito público.
En cambio, la oferta de tratamiento en el dispositivo del Hospital de Día para personas con consumos problemáticos de sustancias dentro del sistema de salud es muy limitada. Existen algunos en clínicas psiquiátricas privadas que lo brindan; muchos de ellos están dirigidos a pacientes con padecimiento mental grave más que a consumidores problemáticos. También cabe mencionar la existencia de numerosos centros de día que ofrecen diversas ONG. En este punto, es importante resaltar que, muchas veces, existe una confusión entre lo que es un Centro de Día y un Hospital de Día.
El dispositivo del Hospital de Día
La tarea que nos convoca en este libro –exponer las características del dispositivo del Hospital de Día que llevamos adelante en nuestro hospital– no es sencilla. El Hospital de Día para personas con consumo problemático de sustancias del Hospital General de Agudos Dr. Teodoro Álvarez surge de la necesidad de contar con un abordaje más complejo y, a la vez, inclusivo y gratuito.
Porque si bien los integrantes del grupo de trabajo están altamente capacitados y entrenados para abordar la clínica desde una perspectiva de derechos, con la implementación de los lineamientos propios producidos a lo largo de estos años, al desarrollar una estrategia terapéutica particular y diferente para cada caso específico, surge la dificultad de transmitir el funcionamiento de un dispositivo de características tan singulares.
A pesar de ese obstáculo, describiremos la particular práctica clínica de un Hospital de Día en el contexto sanitario y las vicisitudes de estar insertos en la estructura de un hospital general, así como la articulación extrahospitalaria, tan necesaria para que el abordaje alcance la mayor integración posible.
La construcción de este dispositivo demandó décadas y el proceso de transformación es constante, tanto por los cambios en el perfil de las personas que consultan como por las variables políticas, económicas y sociales que, indudablemente, influyen e impactan en la subjetividad. Creemos que la flexibilidad y el análisis continuo de la realidad son fundamentales para que un dispositivo de este tipo siga vivo.
La tarea de construcción del mismo no fue sencilla y las dificultades son permanentes, en parte debido a que no existen experiencias similares para documentarse en ningún otro hospital general del mundo (por lo que debimos resolver creativamente cada una de los obstáculos que surgían) y, por otro lado, porque, a poco de iniciarlo, comprobamos que transitamos un camino minado de prejuicios, obstáculos e intereses provenientes de los más diversos sectores del poder.
En ese contexto, uno de los desafíos más importantes radicó en enfrentar uno de los riesgos descriptos por Rotelli (2015): cuando la trasformación no es afrontada a la manera de Trieste (Galli, 2015, p. 8), el autor enumera una serie de “transformaciones aparentes” en las que es posible caer al intentar establecer dispositivos de Salud Mental en los hospitales generales. Rotelli señala que el hospital general es el lugar primordialmente elegido por el denominado “poder médico” para desarrollar su principal prestación, que es la prescripción de medicación.
Consideramos que uno de nuestros principales logros consiste justamente en haber logrado establecer un dispositivo de inclusión sociosanitaria con un fuerte componente psicoterapéutico y social dentro de un hospital general, y conseguido convencer al “poder médico”