Fútbol infantil. Endré Benedek

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Fútbol infantil - Endré Benedek


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alt=""/> trayecto del jugador sin balón trayecto del jugador con balón posición de partida del atacante posición de partida del defensa

       INTRODUCCIÓN

      Jugar con el balón es el juego que más les gusta a los niños incluso hoy en día, porque corresponde al afán de movimiento, a su afán lúdico. Muchas veces uno se enfrenta a la opinión de que el cambio de las condiciones de vida habría cambiado también a los niños y que los juegos que implican mucho movimiento habrían retrocedido frente a otros. Pero también hoy en día a los niños les gusta jugar al fútbol, ya que para ellos es el “querido juego de siempre”. Pero de lo que se trata es de procurarles las condiciones para que puedan entregarse a él como su pasatiempo preferido. Donde se dan mejor estas condiciones en primer lugar es en el colegio. El siguiente paso es llevarlos a un club o asociación deportiva. En esto puede colaborar todo el mundo.

      Los padres pueden promover el juego en casa, por ejemplo, a través de la organización de partidos en su barrio o bien ayudando en los campeonatos escolares. Los pedagogos -y en primer término los profesores de educación física- pueden contribuir despertando los intereses por el fútbol, tanto en las clases como en la selección de alumnos o como entrenadores de un club. La labor educativa y de entrenamiento de un entrenador que se ocupa del entrenamiento juvenil solamente puede ser eficaz si mantiene estrechas relaciones con la escuela y con los padres. Las relaciones mutuas y constructivas entre la escuela, los padres y el club, o bien entre padres, pedagogos y entrenadores es imprescindible tanto en el fútbol no organizado como en el fútbol escolar de los niños así como en el trabajo en los clubes.

      Este libro se ocupa de la primera fase de la formación de base y del entrenamiento con niños de 4 a 14 años. Esta etapa se caracteriza por el desarrollo ontogénico de los niños. Comprende la edad preescolar (de 4 a 6 años), la edad escolar temprana (de 7 a 9 años), la mejor edad de aprendizaje motor (de 10 a 13 años) así como la fase de pubescencia. En mi libro quiero dar indicaciones, explicar principios y métodos que faciliten el empleo útil de la multitud de formas de ejercicios y juegos ofrecidos, teniendo en cuenta las peculiaridades típicas de estas edades. Sin embargo, las fases de desarrollo descritas en el libro no pueden ser aplicadas esquemáticamente. Únicamente muestran las características generales y típicas de cada edad: cuándo los niños pueden y deben adquirir cada una de las habilidades y destrezas técnico-tácticas, ya que entre las distintas categorías de edad se abren grandes diferencias individuales en el nivel de destrezas, que son determinadas tanto por la edad cronológica como por la biológica.

      La tarea del profesor de educación física o entrenador es la de seleccionar y adaptar los métodos generales y ejercicios a los niños de su equipo, en función de la edad que tienen, y de emplearlos de forma flexible. Con todo ello siempre hay que tener en cuenta que los más dotados y hábiles aprenden más rápidamente, mostrando los progresos más claramente, o sea alcanzan un nivel de rendimiento más alto. En mi libro quiero dar indicaciones para la educación y formación de base a los padres, a los pedagogos y a los entrenadores que se sienten ligados al fútbol o que entrenan equipos infantiles.

      Se sabe que el déficit en movimiento y el descontento influyen negativamente en el desarrollo psíquico y físico del niño. La educación física al aire libre y en un grupo que comparte la misma afición, luchar unos contra otros, el placer del juego y sobre todo el afán de esforzarse pueden fomentar el desarrollo psíquico y físico del niño. El fútbol como juego deportivo contiene estas posibilidades. Entonces, ¡venga, al aire libre! Los parques, las calles, los patios, los espacios libres más grandes o más pequeños y las instalaciones deportivas esperan a los niños. También, todavía hoy en día, el balón que rueda y que bota ofrece experiencias alegres, pero hay que quererlo.

      CAPÍTULO 1

       EL JUEGO DE FÚTBOL EN LA INFANCIA TEMPRANA

      El desarrollo social de las últimas décadas influye en todos los ámbitos de la vida, también en la cultura física y el deporte y, conforme a eso, en el fútbol. Si nos ocupamos del fútbol infantil de la época actual no debemos descuidar las nuevas condiciones de vida, las pretensiones de la sociedad, de la escuela y de la familia, así como la mayor oferta de tiempo libre.

      La revolución científico-técnica ha traído consigo grandes cambios. La fuerza creativa del hombre cambia el mundo. El volumen y la intensidad del trabajo corporal disminuyen permanentemente. Al mismo tiempo se exige cada vez más la componente intelectual de la personalidad, el umbral de carga psicológica se eleva.

      Por consiguiente, disminuyen las exigencias sobre el aparato cardiocirculatorio y el aparato locomotor. El sistema nervioso es sobrecargado unilateralmente.

      Se puede escoger entre cada vez más posibilidades de utilizar sus ratos libres de una manera provechosa (teatro, libros, conciertos, estudio de idiomas, aprendizaje de un instrumento, viajes, seminarios, hacer arte, televisión, radio, clubes recreativos etc.). También los cambios en el reparto del trabajo en las familias influyó en la organización de las actividades recreativas. La responsabilidad social del mantenimiento de la salud y la prevención de enfermedades fueron reconocidas mundialmente, así como el valor que para la salud ofrece el ejercicio físico regular y razonable.

      El deporte, además, no es solamente una manera de ocupar su tiempo libre de forma atractiva, sino también un medio importante para la formación de la personalidad. Las exigencias escolares que plantean a nuestros hijos los diseños curriculares en cuanto a cantidad y contenido aumentan. Los múltiples estímulos ambientales, junto con una mayor transmisión de conocimientos e información, sobrecargan el sistema nervioso; siendo especialmente este sobreflujo de estímulos el que fomenta el estrés. De ahí, que puede desarrollarse el sentimiento de no reunir siempre la suficiente cantidad de energía para un esfuerzo físico, y hay niños que prefieren una ocupación pasiva. Sin embargo, un niño que pasa la mayor parte del día en el colegio, la guardería, el internado o llevando a cabo otras exigencias escolares, necesita mucho más la actividad lúdica, una carga física que le da frescura corporal y mental disolviendo sus tensiones. Una excelente posibilidad la ofrece también el fútbol, muy popular y practicado en Hungría.

      Al hombre -tanto al niño como al mayor- le gusta jugar. Los juegos más interesantes y variados son al mismo tiempo muy exigentes respecto a las capacidades intelectuales y físicas. Este deseo lo satisfacen en buena medida los juegos colectivos con balones.

      El balón como aparato lúdico se conoce ya desde hace mucho tiempo; los pueblos de la antigüedad, pero también los chinos, los egipcios y los romanos y más tarde nosotros, los húngaros. Se golpeó el balón de una manera u otra con las piernas. Primero se jugó con balones rellenados de pelos de animales y en la época moderna se utilizaron balones provistos de vejigas. Muchos gráficos, imágenes y dibujos de este tiempo se han mantenido intactos e informan sobre el juego con el balón. Antiguamente, la manera más corriente de jugar al balón era moverlo con manos y pies en plazas y calles, incluso de un pueblo a otro, para alcanzar una determinada meta (en la mayoría de los casos puertas de iglesias).

      Se sabe que el juego deportivo fútbol empezó su conquista triunfal a mediados del último siglo desde Inglaterra. Condición previa era la determinación de sus reglas de juego que


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