La riqueza de las naciones. Adam Smith
Читать онлайн книгу.por Smith en diversas ocasiones —habla de «actuales disturbios»— y aunque su pensamiento es bastante ambiguo y complejo es claro que para él lo óptimo es un nuevo imperio, un commonwealth diferente, de comunidades autónomas y autofinanciadas en un marco de libre comercio internacional. Pero en ese momento, hablar de un nuevo imperio cuando el viejo se estaba resquebrajando le parece a Smith, cuando vuelve sobre el tema al final del Libro Quinto, algo utópico.
Significativamente, la palabra utopía aparece en sólo dos oportunidades en la obra de Smith. Una es esta del nuevo imperio liberal, y la otra —en el capítulo II del Libro Cuarto— es la posibilidad de que el libre comercio sea una realidad completa alguna vez. No se puede sostener, entonces, que Smith no haya tenido conciencia de las limitaciones prácticas de sus ideales. Y eran limitaciones poderosas: no son los prejuicios de la gente, apunta el escocés, la verdadera barrera para la libertad económica, sino los intereses creados.
La riqueza de las naciones, entonces, puede alumbrar las reformas modernas en la necesidad de abordarlas con cauto realismo. Otro punto fundamental es que Adam Smith explica la lógica de la intervención y las perturbaciones que comporta en la asignación eficiente de los recursos; y permite combatir a los grupos de presión que pretenden hacer y hacen comulgar a gobiernos y ciudadanos con ruedas de molino. La riqueza de las naciones, además, explica por qué la «libertad natural» es económicamente ventajosa, por qué la competencia da lugar a mayor crecimiento que el monopolio. Y un último aspecto de sobresaliente importancia es que su autor ni engaña ni se engaña sobre la dificultad de alcanzar una economía más libre: esa dificultad es enorme.
Adam Smith lo expone magistralmente en el capítulo VII del Libro Cuarto, al comentar que los verdaderos problemas del intervencionismo no aparecen cuando se lo impone sino cuando se lo suprime: «¡Así son de desgraciados los efectos de todas las reglamentaciones del sistema mercantil! No sólo introducen desórdenes muy peligrosos en el estado del cuerpo político, sino que son desórdenes con frecuencia difíciles de remediar sin ocasionar, al menos durante un tiempo, desórdenes todavía mayores».
LECTURAS
Esta edición recoge completos a los Libros Primero, Segundo y Tercero de La riqueza de las naciones, salvo las notas al pie de página, y una selección de los Libros Cuarto y Quinto, que representan cada una aproximadamente la mitad del original. El criterio de selección ha sido retener lo analíticamente relevante de esos dos últimos libros, y sólo sacrificar los detalles y explicaciones de carácter más incidental, histórico o ilustrativo.
De las versiones completas de esta obra en nuestra lengua, la mejor es una publicada en dos volúmenes en Barcelona por Oikos-tau. Otros libros de Smith son:
Adam Smith, La teoría de los sentimientos morales, Madrid, Alianza Editorial, 2004.
Adam Smith, Ensayos filosóficos, Madrid, Pirámide, 1998.
Adam Smith, Lecciones sobre jurisprudencia, Granada, Comares, 1995.
Una buena biografía de Smith es:
E. G. West, Adam Smith. El hombre y sus obras, Madrid, Unión Editorial, 1989.
El mejor estudio sobre la economía clásica, que permite analizar a Smith y a sus sucesores, es:
D. P. O’Brien, Los economistas clásicos, Madrid, Alianza, 1989.
Los mitos sobre el capitalismo o liberalismo «salvaje» de Adam Smith son despejados en:
Jacob Viner, «Adam Smith y el laissez faire», en J. J. Spengler y W. R. Allen (eds.), El pensamiento económico de Aristóteles a Marshall, Madrid, Tecnos, 1971.
Para comprender la complejidad del sistema económico más duramente atacado por Smith, y observar el grado de continuidad que existe en las doctrinas económicas, puede verse en el mismo volumen editado por Spengler y Allen:
William D. Grampp, «Los elementos liberales en el mercantilismo inglés».
Hay buenos artículos en idioma español sobre Smith en:
Hacienda Pública Española, nº 23, 1973; nº 40, 1976; y nº 59, 1979.
Información Comercial Española, nº 519, noviembre 1976.
Moneda y Crédito, nº 139, diciembre 1976; y nº 141, junio 1977.
La bibliografía sobre Adam Smith en otros idiomas es vastísima. Pueden consultarse, por ejemplo, las referencias en los libros mencionados de E. G. West y D. P. O’Brien. Si el lector conoce el idioma inglés debería empezar por el propio Smith, por la justamente famosa «edición de Glasgow»: The Glasgow Edition of the Works and Correspondence of Adam Smith, una magnífica edición de los escritos de Smith que comprende: The theory of moral sentiments, An inquiry into the nature and causes of the wealth of nations, Essays on philosophical subjects, Lectures on rhetoric and belles lettres, Lectures on jurisprudence, así como también Correspondence of Adam Smith y dos volúmenes asociados: Essays on Adam Smith y Life of Adam Smith. Estos títulos fueron publicados por Oxford University Press a partir de 1976 en tela; de todos ellos, asimismo, salvo los dos últimos, hay ediciones en rústica publicadas en la colección Liberty Classics de Liberty Press, Indianápolis.
Hay tres importantes colecciones de artículos en inglés sobre Smith, que recogen prácticamente todo lo que han escrito sobre él los mejores especialistas, y donde se citan también los numerosos libros publicados sobre el gran economista escocés:
Mark Blaug (ed.), Adam Smith (1723-1790), 2 vols., Aldershot, Edward Elgar, 1991.
J. C., Wood (ed.), Adam Smith. Critical Assessments, 4 vols., Londres, Croom Helm, 1984.
J. C., Wood (ed.), Adam Smith. Critical Assessments. Second series, 3 vols., Londres, Routledge, 1994.
UNA INVESTIGACIÓN SOBRE LA
NATURALEZA Y LAS CAUSAS
DE LA RIQUEZA DE LAS NACIONES
INTRODUCCIÓN Y PLAN DE LA OBRA
El trabajo anual de cada nación es el fondo del que se deriva todo el suministro de cosas necesarias y convenientes para la vida que la nación consume anualmente, y que consisten siempre en el producto inmediato de ese trabajo, o en lo que se compra con dicho producto a otras naciones.
En consecuencia, la nación estará mejor o peor provista de todo lo necesario y cómodo que es capaz de conseguir según la proporción mayor o menor que ese producto, o lo que con él se compra, guarde con respecto al número de personas que lo consumen.
En toda nación, esa proporción depende de dos circunstancias distintas; primero, de la habilidad, destreza y juicio con que habitualmente se realiza el trabajo; y segundo, de la proporción entre el número de los que están empleados en un trabajo útil y los que no lo están. Sean cuales fueren el suelo, clima o extensión territorial de cualquier nación en particular, la abundancia o escasez de su abastecimiento anual siempre depende, en cada caso particular, de esas dos circunstancias. Además, la abundancia o escasez de ese abastecimiento parece depender más de la primera circunstancia que de la segunda. Entre las naciones salvajes de cazadores y pescadores, toda persona capaz de trabajar está ocupada en un trabajo más o menos útil, y procura conseguir, en la medida de sus posibilidades, las cosas necesarias y convenientes de la vida para sí misma o para aquellos miembros de su familia o tribu que son demasiado viejos, o demasiado jóvenes o demasiado débiles para ir a cazar o a pescar. Sin embargo, esas naciones son tan miserablemente pobres que por pura necesidad se ven obligadas, o creen que están obligadas a veces a matar y a veces a abandonar a sus niños, sus ancianos o a los que padecen enfermedades prolongadas, para que perezcan de hambre o sean devorados por animales salvajes. Por el contrario, en las naciones civilizadas y prósperas, numerosas personas no trabajan