El niño problema. Guillermo Javier Nogueira
Читать онлайн книгу.propio aprendizaje es constante, dinámico, cambiante y por lo tanto este esquema es solo eso: un esquema. Sus contenidos pueden ser enriquecidos y sujetos a revisión según los conocimientos y la experiencia avancen. El mundo y aquello llamado realidad no son estáticos y tampoco lo somos nosotros mismos.
Lo he esquematizado en dos bloques que corresponden uno al sujeto del aprendizaje y el otro al sujeto de la enseñanza. Ambos convergen en el producto de su menester: aprender/enseñar.
El conocimiento acabado de los componentes, sus causas, interrelaciones posibles y probables junto con sus resultados, contribuirán al conocimiento, explicación y eventual comprensión de las conductas humanas en relación con los aprendizajes en general y los aprendizajes formalizados en el marco de la llamada educación escolar. Esta es la base, la materia prima con la que se construyen las normas, es decir los modelos y valores observados en aquellos funcionamientos apropiados o exitosos según las diversas circunstancias. Las patologías no serían otra cosa que variaciones negativas o inapropiadas de esas normas, cuyas causas deberán buscarse en los mismos componentes de origen, sin exclusiones.
Detectar las fallas o desvíos, es el proceso inicial y fundamental que llamamos diagnóstico y en el que pueden intervenir tanto los profesionales convocados como todos aquellos vinculados con el sujeto que aprende, incluyendo a este mismo. Nuestra acción como expertos será solicitada a partir de aquello que, en tanto disfuncional, llama la atención por su discordancia con lo aceptado como norma o por sus consecuencias.
La observación acompañada y guiada por el conocimiento teórico-experiencial, seguida por la explicación, la comprensión y la interpretación, llevarán al diseño de estrategias correctivas que llamamos terapéutica o tratamiento. Su resultado estará multideterminado, tanto como lo están las propias conductas del sujeto observado, sus observadores, el vínculo entre ellos y sus circunstancias.
Este proceso es necesariamente interdisciplinario y debe estar sustentado en la formación adecuada de los profesionales e inclusive en el nivel educacional de los observadores primarios, padres y docentes, todos dentro del marco ético apropiado.
Seguir estos pasos creo es lo mejor que podemos hacer para ayudar no sólo a aquellos con dificultades, sino también para construir experiencias útiles que ayuden a elaborar modelos y estrategias educacionales futuras. Este libro surge de esta experiencia que deseo transmitir.
Finalmente, es un buen comienzo preguntarse y averiguar por las etimologías y significados de palabras de uso frecuente en referencia a nuestra temática: enseñar, educar, explicar, aprender, comprender, entender, magisterio, docencia, claustro, son algunos ejemplos que pueden depararnos sorpresas, disipar dudas y ajustar nuestro pensamiento y acción. Pocas veces he visto algún comentario, por ejemplo, sobre el significado de la palabra alumno: falto de luz o sin luz. ¿Qué luz? La del conocimiento. Maestros iluminadores, alumnos iluminados. Notables concatenaciones como la de la linterna que alumbra el oscuro archivo de la memoria o enfoca su luz atencional e ilumina la conciencia. Metáforas para decir lo inefable.
Capítulo II
El niño y sus responsables.
Mirada desde la neuropsicología
Lo fascinante es el cerebro estudiando al cerebro
John Eccles
Este capítulo está dedicado al sujeto-niño y aquellos responsables de su educación en un sentido amplio y muy abarcativo. En el primero se centran particularmente la mayoría de los enfoques sobre la enseñanza, el aprendizaje y la conducta del niño en edad escolar debido a que es el principal receptor de las mismas y es a su vez el ejecutor de los aprendizajes. La niñez es un estadio o etapa signada por la evolución, la sociedad y la cultura, sobre un fondo biológico que marca condiciones de posibilidad material, fundamentalmente la genética, pero que no lo determinan ni invariable ni totalmente. Cronológicamente es definida de diversas formas según las sociedades y sus culturas del mismo modo que son múltiples y variados los atributos con que se la caracteriza.
En cuanto a los responsables de la educación, abarcan un amplio abanico que va desde la familia hasta la sociedad, pasando por los docentes. Todos son actores tan importantes como el niño mismo, aunque con distintos niveles de responsabilidad. Por lo tanto merecen ser puestos en un primer plano de consideración junto con él.
Para que este abordaje sea comprensible y sus implicancias evidentes, debemos establecer definiciones y puntos de partida lo más claros y precisos posibles. Comprenderán al hombre, su cerebro, lo humano y el paradigma científico, es decir, la herramienta y las conceptualizaciones con que lo abordamos. Comenzaremos utilizando a la neuropsicología como instrumento por ser una rama de la ciencia multidisciplinaria muy adecuada para encarar esta tarea.
La neuropsicología
Es una rama de la ciencia dedicada al estudio de las conductas humanas en su relación con el cerebro. Es interdisciplinaria y se nutre de un amplio espectro de conocimientos y tecnologías que van desde las neurociencias a las humanidades. Permite tanto un abordaje muy abarcativo de conductas complejas utilizando el modelo “de arriba hacia abajo” (top-bottom), como un reduccionismo extremo de “abajo hacia arriba” (bottom up) referido a la biología, con su punto de partida en la biología molecular. El primero suele formular e intentar dar respuesta a los grandes interrogantes, y el segundo, desde la biología, sienta las bases y da los límites de posibilidad para dichas respuestas. En el primer abordaje estaremos influenciados por las ciencias discutiblemente llamadas blandas o humanidades, partiendo desde la filosofía. Sus derivadas: sociología, antropología, psicología y lingüística, tendrán como objeto de estudio conductas muy peculiares y complejas y la neuropsicología se encargará de las funciones cerebrales que las determinan. Algunos ejemplos serían pensar, decidir, elegir, ejecutar, poner reglas, respetarlas o transgredirlas, ser creativos, inteligentes, formular juicios de valores e instaurarlos, modificarlos o abandonarlos, tener apetencias y rechazos, la conciencia y lo no consciente, la vida en sociedad, el lenguaje, el habla y todo aquello que llamamos cultura en general. Estas conductas complejas en su mayoría consideradas patrimonio de los seres humanos, comenzaron a ser objeto de interés inicial por los filósofos al preguntarse por qué las cosas existen, son y funcionan de cierta manera.
Es evidente que esta proximidad a las humanidades está relacionada también con la idea de lo mental como aspecto constitutivo de los humanos. Inicialmente considerado como un don de origen divino o un peculiar y no siempre explicable epifenómeno que surge de esa realidad material: “el hombre-cuerpo”. Este abordaje ha variado históricamente en función del desarrollo y crecimiento exponencial de la biología en paralelo con la declinación de las explicaciones religiosas o puramente animistas.
En el segundo abordaje estaremos siempre ligados al polo biológico como determinante. Sin embargo, a menos que caigamos en un reduccionismo eliminativo, en algún punto deberemos incorporar lo mental y lo complejo, reconociendo su existencia y también reconociendo las limitaciones y falencias del reduccionismo eliminativo. Parecería ser un destino inexorable ir en pos de un horizonte que se esfuma y que cuando creemos posible alcanzarlo nos obliga a comenzar de nuevo.
Por todo lo anterior se hace evidente que la interdisciplina es una condición sine qua non para abordar en su totalidad ese ser tan complejo como el hombre.
Hay toda una larga historia por detrás de todos estos planteos relacionados con algunas de las grandes preguntas subyacentes: ¿Qué es el hombre? ¿Qué es la vida?
La vinculación del cerebro con las conductas ha pasado por distintos avatares. Franz Joseph Gall es mencionado como el fundador de la neuropsicología contemporánea al señalar al cerebro y sus diferentes estructuras como responsable de las conductas, particularmente las consideradas complejas. Crea la frenología instaurando un cambio radical y dejando atrás ciertas especulaciones filosóficas referidas a las facultades humanas, sujetas hasta ese momento a discusiones en ese ámbito o su respeto como acto de fe.
Paul Broca y Karl Wernicke consolidan esta postura al verificar por el método anatomoclínico que lesiones