Cómo entender la economía del Ecuador 1965-2017. Franklin Maiguashca

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Cómo entender la economía del Ecuador 1965-2017 - Franklin Maiguashca


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V01 = Q01 × P00 2002 V02 = Q02 × P02 V02 = Q02 × P00 2003 V03 = Q03 × P03 V03 = Q03 × P00 image

      FUENTE: BCE, IEM, varios números

      El gráfico 3.2 ilustra la importancia de distinguir entre los valores de estas dos columnas. En él se ve que, entre 2000 y 2010, el PIB ecuatoriano en dólares corrientes subió de unos 17.000 millones a unos 58.000, eso es, a más del triple, en tanto que, en dólares de 2000, el alza fue de los mismos 17.000 a unos 25.000, o sea un incremento de tan solo un 47 %. La explicación es muy sencilla. En los datos en valores corrientes se registran aumentos en las cantidades y en los precios, mientras que en los de valores constantes se registran solo las alzas en las cantidades, o sea, en las unidades físicas. Por esta razón a estos últimos también se los conoce como valores reales.

      La segunda definición dice que el PIB es igual a la suma de los valores agregados que generan las diferentes actividades productivas de una economía. El gráfico 3.3 presenta en forma esquemática cómo funciona un proceso productivo. Este se inicia con el ingreso, por el lado izquierdo, de los insumos (CI) que alimentan el proceso de transformación, al interior del cual los factores de producción capital (K) y mano de obra (L), al agregar valor (VA) a estas materias primas, las convierten en un producto nuevo (Y) que sale de la caja de transformación.

      Las siguientes ecuaciones sintetizan lo que se acaba de describir y relievan que los bienes intermedios (CI) no se incluyen en el PIB:

      Producto total (Y) = Consumo Intermedio (CI) + Valor Agregado (VA)VA = YCIVA = Producto Interno Bruto (PIB)

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      Otra manera de visualizar esta definición es seguir la ruta que se traza en el gráfico 3.4. En el primer bloque se ve cómo la naturaleza, con la colaboración humana, convierte la luz del Sol, el agua, los nutrientes del suelo y las semillas en granos de trigo, iniciando así una cadena productiva que, en el segundo bloque, cuando en la industria molinera el trigo se convierte en harina, aparece un segundo valor agregado que genera un tercero cuando la harina toma forma de pan.

      Cabe recalcar que en cada bloque es fácil visualizar cómo los valores agregados en cada una de las tres líneas de producción (trigo, harina y pan) son también productos finales, lo cual hace que la primera y la segunda definición del PIB sean, como era de esperar, concordantes. Por otro lado, y centrando la mira en el pan, el gráfico en cuestión ayuda a comprender cómo un impuesto al valor total de estas ventas estaría gravando dos veces a la harina y tres veces al trigo, mientras que con el impuesto al valor agregado se grava solo el neto del valor total, una vez descontados los valores de los consumos intermedios correspondientes al trigo y a la harina. No hay duda de que el IVA es un avance en lo que a técnica impositiva corresponde.

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      La tercera definición dice que el PIB es igual a la suma de los pagos a los factores primarios, que son aquellos que intervienen directamente en la generación del valor agregado. En el gráfico 3.3 se ve que estos serían el capital y la mano de obra, y que los pagos a estos factores serían igual al valor agregado o sea al PIB generado en ese proceso productivo. Estos son otros de los renglones que por mucho tiempo estuvieron ausentes de las Cuentas Nacionales, pero que, a partir de 2007, han vuelto a publicarse en forma sistemática. En la terminología de la contabilidad nacional, los pagos al capital se denominan excedente bruto de explotación y los pagos a la mano de obra, remuneración a los trabajadores. Las ecuaciones correspondientes son:

      Valor agregado = excedente bruto de explotación + remuneración de los trabajadoresValores agregados = PIB = ∑Pagos a factores primarios

      FALENCIAS DEL PIB

      Hechas las tres definiciones, se encuentra que faltan una variedad de conceptos importantes, entre ellos:

      •Los productos intermedios y los productos o servicios que no salen al mercado y que, por tanto, no tienen precios con qué valorarlos, como el trabajo de las amas de casa y la producción de subsistencia de las nacionalidades indígenas. Lo curioso, en el caso del primero, es que cuando esas mismas labores domésticas se las pone a cargo de personas contratadas, esos pagos sí se contabilizan en el PIB.

      •Impactos sociales y económicos de la distribución del ingreso; mejoras o deterioros en la calidad de vida de la gente; mejoras o deterioros en la calidad de los productos que se compran y se venden; proliferación de la economía informal y de las actividades ilegales.

      •El valor previamente agregado por la naturaleza a sus recursos, lo cual trae como resultado la singular situación de que, por ejemplo, cuando se tumba un árbol que tomó años en llegar a su madurez, no hay ninguna partida de costo que registre esa disminución de los recursos naturales, pero sí hay partidas de ingresos que surgen de los productos que se obtienen del árbol caído.

      •El agotamiento de los recursos energéticos, de los recursos hídricos, de los recursos mineros, de los recursos forestales, de las existencias de peces, de las aguas subterráneas y, en general, la depredación del medio ambiente.

      Después de considerar estas falencias, la conclusión inevitable es que el PIB es una medida incompleta de la actividad económica y un indicador inadecuado del bienestar de la gente.

      EL PIB REAL PER CÁPITA

      A pesar de las limitaciones que se acaban de anotar, el concepto que universalmente se utiliza como el indicador más representativo del desempeño económico de cualquier país es el PIB real per cápita, esto es el PIB valorado a precios constantes, sin efectos inflacionarios, y dividido para la población. Las razones no son nada misteriosas: es relativamente fácil de calcular, es igualmente fácil de comunicar e interpretar y se presta, sin mayores problemas, para hacer comparaciones de cómo les ha ido a las economías de los países a lo largo de los años.

      Para el caso del Ecuador, por ejemplo, en el gráfico 3.5 una lectura rápida de los altos y bajos que este concepto ha experimentado entre 1965 y 2017 permite identificar cuatro etapas y un epílogo por los cuales ha transitado la economía en estos años. En la primera, de 1965 a 1971, justo antes de la primera bonanza petrolera, la tasa de crecimiento anual promedio del PIB real per cápita fue tan solo de 1,0 %, lo cual explica por qué la curva se queda por debajo de la línea de tendencia. En la segunda, entre 1972 y 1981, con el primer auge petrolero, la tasa real de crecimiento promedio subió, sorprendentemente, a un 3,9 %, que no solo nos llevó sobre la tendencia, sino que, lastimosamente, no se ha vuelto a repetir. La tercera llegó, entre 1982 y 1999, con dos décadas perdidas en las cuales la tasa anual de crecimiento fue de 0,0 % y que nos llevó de regreso por debajo de la tendencia. En la cuarta, entre 2000 y 2014, impulsada por la segunda bonanza del crudo, la tasa de crecimiento subió a un 2,1 %, que sirvió para ubicarnos nuevamente por encima de la tendencia. Con la drástica


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