Obras Inmortales de Aristóteles. Aristoteles
Читать онлайн книгу.Además de estos ejemplos, la expresión de que trata se aplica a las cosas que provienen de alguna de estas formas, pero provienen solo de una parte determinada. En este sentido se dice que el hijo viene del padre y de la madre, que las plantas provienen de la tierra, porque provienen de alguna de sus partes.
Provenir, en otro sentido, solo significa la sucesión en el tiempo. Y así la noche proviene del día, la tempestad de la calma, en vez de afirmar que lo uno sigue al otro. A veces hay retroceso del uno al otro, como en los ejemplos que acabamos de ver; otras veces hay sucesión invariable: ha partido enseguida del equinoccio para el embarque, es decir, después del equinoccio, los targelianos a seguida de los dionisianos, queriendo decir después de los dionisianos.
Parte XXV
Parte, según una acepción se afirma de aquello en que se puede dividir una cantidad cualquiera. Porque siempre lo que se quita de una cantidad, en tanto que cantidad, se denomina parte de esta cantidad. Y así dos pueden considerarse como parte de tres. En otro sentido, se da solo este nombre a lo que mide exactamente las cantidades; de manera que, bajo un punto de vista, dos será parte de tres, y bajo otro, no. Aquello en que pueda dividirse un género, el género animal, por ejemplo, de distinta manera que bajo la relación de la cantidad se conoce también como parte de este género. Parte se considera igualmente a aquello en que puede dividirse un objeto, o a aquello que constituye el todo o la forma, o lo que tiene la forma. El bronce, por ejemplo es una parte de la esfera o del cubo de bronce, es la materia que recibe la forma. El ángulo es también una parte. Finalmente, los elementos de la definición de cada ser particular son también partes del todo. De forma que, bajo este punto de vista, puede considerarse el género como parte de la especie; según otro, por lo contrario, la especie es parte del género.
Parte XXVI
Todo se afirma de aquello a que no falta ninguna de las partes que constituyen naturalmente un todo; o bien de aquello que abraza otros seres, si tiene unidad; y de los seres comprendidos, si forman una unidad. Bajo este último punto de vista se muestran dos casos: o bien cada uno de los seres comprendidos es uno, o bien la unidad resulta de su conjunto. Y de este modo, en cuanto al primer caso, lo universal (porque lo universal recibe el nombre de todo, en tanto que designa un conjunto) es universal porque abarca muchos seres, a cada uno de los cuales se aplica, y todo estos seres particulares constituyen una unidad común, por ejemplo, hombre, caballo, dios, porque son todos seres vivos. En el segundo caso, lo continuo determinado se denomina todo o conjunto porque es una unidad resultante en muchas partes integrantes, singularmente cuando estas existen en potencia, y a veces también cuando existen en acto.
Los objetos naturales poseen más bien este carácter que los de arte, como hemos hecho observar al tratar de la unidad; porque el todo o conjunto se considera una especie de unidad.
Añádase a esto que las cantidades que tienen un principio, un medio y un fin, las cosas en las que la posición no acarrea ningún cambio, se las denomina todo; las que experimentan un cambio por la posición, se las denomina conjunto. Las que pueden reunir los dos caracteres son a la vez conjunto y todo. En este caso se encuentran aquellas cuya naturaleza permanece la misma en la dislocación de las partes, pero cuya forma varía; como la cera, un traje. Se da a estos objetos las expresiones todo y conjunto, porque poseen los dos caracteres. Pero el agua, los cuerpos líquidos, los números, reciben únicamente la denominación de todo. La palabra conjunto no se aplica ni a los números ni al agua, sino metafóricamente. La expresión Todos se aplica a las cosas que se llamarían todo, considerándolas como unidad; si se las tiene por divididas, se les aplica el plural: todo este número, todas mónadas.
Parte XXVII
Mutilado o truncado se afirma de las cantidades, pero no de todas indistintamente; es necesario no solo que puedan ser divididas, sino también que constituyen un conjunto: el número dos no resulta mutilado si se quita una de las dos unidades, porque la parte quitada por mutilación nunca es igual a lo que queda del objeto. Igual ocurre con todos los números. Para que haya mutilación, es necesario que la esencia persista; cuando una copa se mutila, es todavía una copa. Ahora bien, el número, tras la mutilación, no queda el mismo. No es suficiente, sin embargo, para que exista mutilación, que las partes del objeto sean diferentes. Hay números cuyas partes difieren, estas partes pueden ser dos y tres. En general, no existe mutilación respecto de las cosas en que la colocación de las partes es indiferente, como el fuego y el agua; para que haya mutilación, es preciso que la colocación de las partes afecte a la esencia misma del objeto. Es necesario, además, que haya continuidad; porque hay en una armonía tonos diferentes dispuestos en un orden determinado y, sin embargo, no se dice jamás que se mutila una armonía. Se debe unir a esto que esta expresión no se aplica ni a todo conjunto, cualquiera que él sea, ni a un conjunto privado de una parte cualquiera. No es necesario arrancar las partes consecutivas de la esencia; el punto que ocupaban las partes no es tampoco indiferente. No se declara mutilada una copa por estar rajada; lo está cuando el asa o el borde han sido arrancados. Un hombre no está mutilado por haber perdido parte de la gordura o el bazo, si no ha perdido alguna extremidad; y esto respecto a todas las extremidades; es necesario que sea tal que, una vez mutilada, no puede reproducirse nunca. Por eso no se menciona a los calvos como mutilados.
Parte XXVIII
Género o raza se utiliza, en primer lugar, para expresar la generación continua de los seres que poseen la misma forma. Y así se dice mientras subsista el género humano; en lugar de decir: mientras exista generación no interrumpida de hombres. Se considera igualmente con relación a aquello de que se derivan los seres, al principio que los ha hecho pasar a ser: los helenos, los jonios. Estos nombres indican razas, porque son seres que tienen los unos a Helen y los otros a Jon por autores de su existencia. Raza se aplica más bien con relación al generador con relación a la materia. Sin embargo, el género proviene también de la hembra, y así se dice: la raza de Pirra.
Otro significado de la palabra género: la superficie es el género de las figuras planas, el sólido de las figuras sólidas; porque cada figura es o tal superficie o tal sólido: la superficie y el sólido en general son los objetos que se diferencian en los casos particulares. En las definiciones se da el nombre de género a la noción fundamental y esencial, cuyas cualidades son las diferencias.
Tales son las diversas acepciones de la palabra género. Se aplica, pues, o a la generación continua de los seres que poseen la misma forma, o a la producción de una misma especie por un orden motor común, o a la comunidad de materia; porque lo que posee diferencia, cualidad, es el sujeto común, es lo que denominamos la materia.
Se manifiesta que hay diferencia de género cuando el sujeto primero es diferente, cuando las cosas no pueden resolverse las unas en las otras, ni entrar todas en la misma cosa. Y así la forma y la materia son distintas por el género, y lo mismo pasa con todos los objetos que se refieren a categorías del ser diferentes (recuérdese que el ser expresa, ya la forma determinada, ya la cualidad, y todas las demás distinciones que hemos establecido anteriormente): estos modos no pueden efectivamente entrar los unos en los otros ni resolverse en uno solo.
Parte XXIX
Falso. Se concibe en un sentido la falsedad en las cosas, y entonces existe falsedad, o porque las cosas no son realmente, o porque es imposible que sean; como si se dijese, por ejemplo, que la relación de la diagonal con el lado del cuadrado es medible, o que no está fijado: lo uno es totalmente falso, lo otro lo es accidentalmente; pero en uno y otro caso el hecho no es cierto.
Falso se afirma también de las cosas que existen realmente, pero que aparecen de otra forma de como son lo que no son; por ejemplo, la sombra, los ensueños, que tienen alguna realidad, pero que son los objetos cuya imagen representan. Y así se dice que las cosas son falsas, o porque no existen absolutamente, o porque no son más que apariencias y no realidades.
Una definición falsa es la que expresa cosas que no existen; digo falsa en tanto que falsa. Y de este modo una definición será falsa cuando recaiga sobre otro objeto que aquel con relación al que es verdadera: por ejemplo, lo que es verdadero del círculo es falso del triángulo. La definición de cada ser es una, bajo un punto de vista, porque se define por la esencia; bajo otro punto de vista es múltiple, porque existe el ser en sí, y después el ser con sus modificaciones;