La imaginación metodológica. Raúl Trejo Delarbre

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La imaginación metodológica - Raúl Trejo Delarbre


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       Imagen 8

      Visualización híbrida ARS / TA-R.

Imagen 8 Visualización híbrida ARS / TA-R. Fuente: Rodríguez Cano, 2019: 206.

      Fuente: Rodríguez Cano, 2019: 206.

      Al explotar los algoritmos de espacialización, principalmente Force Atlas, además de las instrucciones elementales del análisis de redes sociales, el resultado fue revelador en diversos sentidos: en primer lugar, en los hallazgos derivados de la centralidad de grado de cada categoría y, sobre todo, en el panorama heterogéneo que vislumbró la suma de todos los campos. El principal logro al aplicar esta metodología, de la mano de un fértil alcance descriptivo, fue modelar la cartografía de la tecnopolítica feminista en nuestro país, un ejercicio que permitía tanto vistas panorámicas como acercamientos específicos. Entre estos últimos, destacó el protagonismo de la modalidad taller, así como la limitante de la geografía de los eventos que tendían a concentrarse en la alcaldía Cuauhtémoc en pleno centro de la Ciudad de México.

      En un segundo artículo sobre esta línea de investigación (Pedraza Bucio y Rodríguez Cano, 2019b), entrelazamos en el plano metodológico el ARS con el análisis de redes semánticas, entendido como una variante de análisis de contenido con un enfoque relacional basado en significado compartido (Doerfel, 1998), cuyos alcances pueden ser principalmente descriptivos y orientados al descubrimiento de dimensiones de sentido. De esta forma, en un análisis de temáticas y modalidades, pudimos encontrar tres vertientes: reflexión, apropiación e incidencia. Y dentro de la dimensión de apropiación, las variables “creación de contenidos”, “aprendizaje de lenguaje computacional”, “perspectiva de género” y “prácticas de autodefensa”. Cabe mencionar que la suma ARS/RS supuso un complemento interpretativo al enfoque ARS/TA-R; es decir, no solo elaboramos la cartografía de la diversidad de actores feministas, sino la relevancia discursiva de su intervención tecnopolítica (véase Imagen 9).

      Derivado de este último artículo, la principal reflexión en términos metodológicos fue, por un lado, confirmar el potencial del ARS para ilustrar elementos estructurales de fenómenos relacionales en las interaciones sociales, particularmente en el plano de las hegemonías y contrahegemonías de comunicación y poder en tendencias asociadas a mis líneas de investigación sobre cultura digital y tecnopolítica, con lo cual pude derrumbar el mito de la horizontalidad en las redes. Pero también, en un aspecto complementario, la deseabilidad de fortalecer esta perspectiva con herramientas y técnicas de diferente tradición de investigación, en la dirección de análisis sobre los significados que se comparten y dan sentido en los diferentes campos sociales. De esta manera, la discusión se mostró no en el plano de la vieja disyuntiva entre lo cuantitativo y lo cualitativo, sino de la complementariedad entre estructura y sentido, incluso dentro del mismo ARS.

       Imagen 9

      Visualización híbrida ARS / redes semánticas

Imagen 9 Visualización híbrida ARS / redes semánticas Fuente: Rodríguez Cano, 2019: 75.

      Fuente: Rodríguez Cano, 2019: 75.

      Por último, a la par de un grupo de activistas y académicos que estaban interesados también en esta metodología y sus implicaciones para la vida pública, durante los años que narro pude proponer de diversas maneras algunas aportaciones a la discusión sobre las formas de apropiación digital (Rodríguez Cano, 2020). A partir de dicha exploración con data mining, la ingeniería y reingeniería de categorías en bases de datos, los sociogramas y la visualización de redes, destacaron algunas vertientes que están en proceso o ya se han consolidado como las áreas tradicionales de aplicación del ARS en contextos digitales: la visualización de redes de medios tecnopolíticos y de activismo digital; la elaboración de tipologías de redes por perfil de usuarios, comunidades y contenido; tendencias relacionadas con ciberpolítica y campañas electorales; así como de activismo militante y cuentas automatizadas o bots en el marco de fenómenos de desinformación y propaganda computacional (véase Imagen 10).

       Imagen 10

      Representación inorgánica de la tendencia #NuevoLeónYaEsBronco

Imagen 10 Representación inorgánica de la tendencia #NuevoLeónYaEsBronco Fuente: Rodríguez Cano, 2020.

      Fuente: Rodríguez Cano, 2020.

      Andar en monociclo

      Trabajar con ARS en las plataformas digitales implica un desafío inicial en dos frentes. En el primero aparece la brecha cognitiva de contar con nociones epistemológicas y metodológicas cardinales, además del conocimiento especializado sobre teoría de grafos y los diferentes enfoques sobre redes. Para iniciar esta actualización, recomiendo el texto de Cazau (2011) sobre la evolución de las relaciones entre epistemología y metodología de la investigación. El segundo es la brecha técnica que pone en evidencia la parafernalia computacional de la minería de datos y el uso tanto de software como de hardware especializado.

      Una vez superados medianamente estos retos, que se vuelven una constante, aparece una etapa de exploración, divertimento y serendipia, caracterizada por la plasticidad en la elaboración de corpus, la fascinación por el manejo de las herramientas y las incontables epifanías de resortes creativos para plantear problemas de investigación de pertinencia social. Finalmente, al encontrarnos insertos en una misión de carácter científica, toca seguir de la mejor manera los preceptos que nos han dejado las tradiciones más avanzadas de los estudios sociales.

      Sin embargo, además de esto, he preferido cerrar este recuento con una inquietud de sobrada relevancia, ubicada en el campo de la metareflexión: me refiero a la inexcusable pregunta sobre el papel del investigador en el manejo de datos que esta metodología demanda, entendiendo que “las dimensiones más contundentes no están solamente en el debate estrictamente científico o no científico en la investigación, sino en la ética de sus para qué y en la política que circunda sus procesos de producción, difusión, aplicación y uso” (Orozco y González, 2011: 206).

      En un contexto donde lo público ha ganado terreno sobre lo íntimo o lo privado, generalmente de facto, el cuidado que exige la generación de conocimiento aunado a la imposibilidad de obtener el consentimiento informado de miles de personas involucradas en los corpus, nos exige responder cuestionamientos sobre consideraciones éticas con un modelo predominantemente abierto bajo un mandato inexcusable: la prevalencia en el cuidado de los otros. Se trata de un asunto solventado con tácticas de despersonalización y anonimato como garantía del resguardo de la privacidad y la seguridad de los usuarios, principalmente si tenemos acceso a perfiles privados. Y esto no significa que plataformas como Twitter estén exentas de estas consideraciones. A final de cuentas, como investigadores, podemos disponer de una cantidad limitada, pero nada despreciable, de información que puede responder preguntas importantes sobre la convivencia social, y hay que indagarla, pero con cuidadoso esmero hacia las personas que los proyectaron.

      Fuentes

       BERRY, D.

      2011 “The Computational Turn: Thinking about the Digital Humanities”, Culture Machine 12, <https://sro.sussex.ac.uk/id/eprint/49813/1/berry_2011-the_computational_turn-_thinking_about_the_digital_humanities.pdf>.

       BOYD, D. Y K. CRAWFORD

      2012 “Critical Questions for Big Data: Provocations for a Cultural, Technological, and Scholarly


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