Desde Austriahungría hacia Europa. Alfonso Lombana Sánchez

Читать онлайн книгу.

Desde Austriahungría hacia Europa - Alfonso Lombana Sánchez


Скачать книгу
abierto recientemente en lo que Rifkin llama un sueño europeo con el juego de palabras que recuerda al suelo americano (Rifkin, 2004).

      En esta segunda fase del estudio de Europa en lengua española, la historia de las mentalidades se ha ocupado de cuestiones de identidad cultural (Reverter Bañón, 2004), que es algo frecuente en la búsqueda de raíces temáticas y comunes (Jáuregui, 2000). Una misma intención persigue la historia de las ideas (Reverter Bañón, 2006); con ellas, no sólo se alumbra una presentación objetiva de sendas temáticas, sino que también es posible esbozar un retrato global según ha demostrado la muy lograda obra La idea de Europa (García Picazo, 2008). La historia de la integración de la Unión Europea queda perfectamente recogida en Martín de La Guardia y Pérez Sánchez (2008) en la compilación de Beneyto y otros (2008); esta última compilación es una continuación del conciso pero excelente estudio de Truyol y Serra (1999). La definición de las esencias políticas de la identidad europea las ha recopilado Weidenfeld en su manual (Weidenfeld, 2008), cuyo equivalente en español podría ser la consideración de la Unión Europea como mera institución recogida en Mangas y Nogueras (2010). Especialmente a la hora de estas preguntas ocupan un lugar importante aquellas obras ensayísticas entre la reflexión y la teoría, así como los libros de memorias de los últimos grandes intelectuales de nuestro tiempo (Muschg, 2005; Posener, 2007). En todas ellas tenemos imprescindibles reflexiones de referencia y de consulta.

      La orientación cultural de los estudios sobre Europa en lengua española se ha recogido en la Revista de Estudios Europeos, que si bien fue en sus comienzos más tradicional, con el paso de los años ha ido incorporando paulatinamente las nuevas orientaciones culturales. Este espíritu ha sido definido en el volumen dedicado a la «Europeística» (Gehler, et al., 2010), concepto bajo el cual se aglutina esta concepción. El concepto de la «Europeística» se remonta a los años setenta y lo introdujo Harald Harmann. Wolfgang Schmale lo rescató en un artículo (Schmale, 2010) y con él consiguió redefinir a finales del siglo XX una forma novedosa y de gran utilidad para su aplicación en el estudio de Europa (Gehler, et al., 2010, p. 11). No lejana a esta línea se encuentran también las obras de teoría de Europa (Schuppert, et al., 2005) y de los estudios europeos (Beichelt, et al., 2006), que responden a proyectos puntuales para estudiar Europa desde los presupuestos de la Teoría de la Cultura. Todas ellas son obras que no solo teorizan sobre Europa, sino que además arrojan una serie de propuestas que fusionan tradición e innovación con el bagaje interdisciplinar:

      Mithin wird Europa in diesem Verständnis von Europäistik nicht als Alleinbestimmungsmerkmal und Selbstzwecke verstanden, sondern als Thema, das von verschiedenen Perspektiven und unterschiedlichen Wissenschaften zu untersuchen ist: Es ist dabei von einem pluralistischen Wissenschaftsverständnis auszugehen, dass nicht nur interdisziplinär, sondern auch multidisziplinär ausgerichtet ist» (Gehler, et al., 2010, p. 36).

      Europa no se ve bajo tal amparo de la Europeística como elemento único de determinación o finalidad en sí misma, sino más bien como un tema que debe investigarse desde diferentes perspectivas y mediante diversas ciencias, teniendo que partir para ello desde una comprensión científica plural que se pueda aplicar de manera multidisciplinar y no solo interdisciplinar».

      Esta visión puede no ser genuina, pero su carácter recopilador es el motivo que la reviste de carácter fundacional. Y, a pesar de su juventud, su voluntad transversal y sus presupuestos avanzan en una línea de estudio que, antes o después, terminará por revestir el estudio de Europa en su totalidad.

      Al hablar del discurso de Europa, sin embargo, muchas veces no queda claro si la referencia es a una Europa teórica o a la solución política de la Unión Europea, por ello, en esta nueva especialidad se reincide en este hecho:

      «Das Europa der Europawissenschaft bedeutet dabei grundsätzlich und immer mehr als «nur» EU. Die Intentionen einer Europawissenschaft / Europäistik sind daher andere als die einer EU-Wissenschaft. Sie beziehen sich auf die Vielfalt Europas als dem proprium Europas, sie sind kritisch dekonstruierend und vor allem dadurch zugleich wieder konstruktiv zukunftsweisend» (Schmale, 2010, p. 120).

      «La Europa de la Teoría de Europa significa en sí mucho más que simplemente UE. Las intenciones de una Teoría de Europa / Europeística son por tanto diferentes a las que pueda tener una Teoría de la UE, pues se basan en la diversidad de Europa en tanto que lo propio de Europa; resultan críticas, tendentes a la deconstrucción al mismo tiempo que inspiradoras de un futuro constructivo».

      El estudio de «Europa» parece estar canalizándose en un campo del saber potenciado desde las llamadas Europawissenschaften, que tarde o temprano desembocarán en una disciplina. Su definición expone una especialidad abierta, transversal y actual:

      «Die Europawissenschaft kann nicht mit Schubladen oder Modulen arbeiten. Sie setzt sich vielmehr mit trans- und interkulturellen Vorgängen, mit kulturellen Transfers, mit Verflüssigungen und Verstetigungen, mit der Wandelbarkeit von Wahrnehmungen und Verstehenskonzepten auseinander» (Schmale, 2010, p. 113).

      «La Teoría de Europa no puede trabajar con cajoneras o módulos, sino que más bien ha de dedicarse a los procedimientos trans- e interculturales, a las transferencias culturales, a las disoluciones y continuidades, a la mutabilidad de apreciaciones y conceptos de comprensión».

      Es una de las finalidades de esta ciencia también la de romper tabúes y potenciar una lectura de Europa como «red» (Schmale, 2010, p. 113).

      Integración, migración y diversidad seguirán siendo los grandes temas del siglo XXI, especialmente por las posibilidades que permite la movilidad (Hess, et al., 2009). En este sentido se ha esbozado el lema de la Unión, «Unida en la diversidad» que, precisamente en los recursos de la pluralidad, fundamenta las alternativas para la Europa del futuro como Europa cosmopolita (Beck & Grande, 2008). Los cambios acontecidos durante el siglo XXI tras las ampliaciones de 2004 y 2007 han hecho que la Europa actual difiera de la proyectada en Maastricht en 1992. Por ello, en los estudios de Europa se habla de una «refundación de Europa» con la que ha venido de la mano la redefinición y la revisión de la idea de Europa junto al asentamiento de la Teoría de la Cultura en el discurso académico. De esta manera se ha podido despertar un especial interés en aspectos diferentes del estudio de Europa tales como las revisiones éticas (Csáky & Feichtinger, 2007) o las recreaciones «culturales» (Kufeld, 2008). Esta refundación conceptual ha afectado también a la literatura europea, que ha empezado a releerse también desde la orientación cultural, como demuestran los estudios más recientes y las aproximaciones más sugerentes de Silvio Vietta (2007) y de Paul M. Lützeler (2007).

      Desde los estudios de la memoria se ha propuesto una definición y un estudio de Europa a partir de sus modelos. La investigación de la memoria cultural (Erll, 2011) aboga por una búsqueda del pasado que ayude a comprender el presente mediante una reconstrucción intencionada del pasado que se erige como resultado de construcciones y representaciones culturales, si bien guiadas por cuestiones presentes (Assmann, 2007 [1992], p. 88). En el proceso de búsqueda para la fundamentación de Europa se han propuesto diferentes momentos históricos como modelos para la Unión; entre ellos se encuentran los Balcanes (Todorova, 2002; Sundhausen, 1999), Suiza en tanto que modelo político (Cottier & Liechti-McKee, 2010) o la India como proyecto de integración (Sasalatti, 2010).

      También el Imperio austrohúngaro ha servido de modelo en tanto que sociedad civil (Ley, 2004), por su diversidad lingüística (Gutschmidt, 2008; Afflerbach, 2002) o por su unión bilateral (Schall, 2001). No del todo convincentes han sido los intentos de trazar una unión de su impacto en tanto que sociedad multicultural (Feichtinger & Cohen, 2014), o incluso por la constatable interculturalidad de su literatura (Mast, 1994). Moritz Csáky se remonta también a los años previos del Compromiso y recuerda la consideración de una «Europa en pequeño», tal y como Johann Csaplovics definió el Reino de Hungría en torno al año 1820:

      «Fast alle europäischen Volksstämmen und Sprachen sind hier zu Hause» (Csaplovics, 1820, p. 409).

      «Casi todos los pueblos y todas las lenguas tienen aquí un hogar».

      Hubo ya por tanto aquellos que desde pronto resaltaron el valor modélico austrohúngaro,


Скачать книгу