La transición española. Eduardo Valencia Hernán
Читать онлайн книгу.el Prat de Llobregat algunos concejales colaboraron con los manifestantes, posicionándose a favor del Estatut de Cataluña. En Sant Cugat del Vallés se concentraron casi doscientas personas delante del consistorio; también en Hospitalet de Llobregat alrededor de mil personas de diversos barrios se concentraron frente a la Casa de la Vila; lo mismo ocurrió en Manresa, donde fueron ochocientos los implicados que acabaron disueltos por la policía; en Vic se llegó a las cuatrocientas personas y en Mataró se presentó un escrito al alcalde por los mismos motivos convocando una concentración pacífica de 15 minutos en la plaza Santa Ana de dicha población. También hubo protestas en la Universidad de Barcelona por los mismos motivos y, según Pax Christi, incluso dos captaires se pusieron en huelga de hambre por espacio de seis días en una iglesia de Lérida. En Santa Coloma de Gramanet también hubo concentraciones y en Barcelona llegaron a reunirse unas tres mil personas en la Plaza Sant Jaume, sin que tuvieran opción a entrevistarse con el alcalde, acabando su odisea con la disolución por las fuerzas del orden aunque algunos pudieron dirigirse a la tumba del obrero Manuel Fernández Márquez, muerto en los enfrentamientos de la Térmica del Besós.
Por otro lado, en relación con los trágicos sucesos ocurridos en Vitoria y Basauri, la Asamblea a través del SCPAC emitió un comunicado en marzo de 1976 denunciando la vergonzosa actuación de los espacios informativos de Televisión Española (TVE) por la manipulación que se ofrecía de estos hechos. Una acción que evidenciaba el doble juego del gobierno Arias en su intento aparente de cambio:
“La Asamblea de Catalunya −decía la nota− reafirma su voluntad de ofrecer una alternativa política, y de garantizar su realización con iniciativas pacíficas dentro de un orden plenamente democrático. Solo el reconocimiento inmediato de los derechos y libertades ciudadanas y el restablecimiento de un régimen democrático, tal como se propugna en los cuatro puntos de la Asamblea, pueden asegurar la paz ciudadana y eliminar la violencia (…), impidiendo que estos acontecimientos trágicos se repitan”. 126
El contenido del informe también hacía referencia a la conmemoración del X aniversario de la constitución del SDEUB en el convento de los Capuchinos de Sarriá. A tal efecto, Josep Mª Colomer (becario del Omnium Cultural) escribió un interesante artículo al respecto destacando la participación a favor de una universidad y una sociedad democrática, del profesorado y de los estudiantes en la Caputxinada. En el acto participaron: Francisco Fernández Buey, ex delegado de filosofía del SDEUB; Javier Paniagua, de Económicas; Rafael Serra, de Derecho de Sevilla; Albert Puigdomenech, de Arquitectura; Xavier Folch, profesor expulsado en 1966 y Manuel Sacristán, que participó en el manifiesto por una universidad democrática.127
Siguiendo la orden del día, a continuación se trataron las adhesiones y actividades de las Asambleas Democráticas, destacando la presentación de la AD del Buen Pastor, la Junta Sindical de Telefónica en Barcelona y la AD de Can Serra que elaboró una alternativa democrática municipal en Hospitalet de Llobregat.
El Partido Socialista Popular de Cataluña (PSPC) también solicitó su integración en la Asamblea y en el Consell, reconociendo la importancia estratégica que tenían estas dos organizaciones. También se informó de la creación de la Asamblea de Cataluña del Baix Camp, siendo disuelta la anterior AFD del Baix Camp; la constitución de la AD del Besós-Maresme y la Asamblea del Alt Camp integrada por: PSUC, PSAN, Partido Carlista, RSDC, Unió de Pagesos, CC.OO, y Juventudes Comunistas.
Por los datos aportados, era evidente que las AD aumentaban el nivel específico dentro de la plataforma a la vez que compartían el protagonismo con el secretariado e incluso con la propia CPAC. La AD de Tarragona fue una de éstas y en su visita a Barcelona, sus representantes −Ricard Ros, Enrique de Gracia, Jordi Tiñena y Jesús Figueres− explicaron que en la actualidad, la organización estaba formada por grupos independientes: CC.OO, CSC, MCC, PSAN, PTE, Partido Carlísta, PSUC, FNC, y que PSOE y ERC solicitaban su ingreso. Se debatieron los acontecimientos de Vitoria y Basauri, tras los cuales murió en Tarragona el 14 de marzo el obrero Juan Gabriel Rodrigo al caer desde una azotea al intentar escapar de la policía durante una manifestación en protesta por los asesinatos de Vitoria, asistiendo a su funeral miembros de la Asamblea a título individual. Los representantes de la AD de Tarragona también expusieron entre sus logros la aprobación por unanimidad del Ayuntamiento de Tarragona de los cuatro puntos de la Asamblea, recordando a los componentes del estamento municipal la voluntad de que la ruptura democrática se realizase de forma pacífica y ordenada. Por el contrario, la AD de Arenys de Mar se mostraba disconforme con la actuación del consistorio local al declararse incompetente para tratar el tema de la amnistía, aunque se solidarizaba ante el comunicado de la XIV CPAC.
En conclusión, la campaña por los ayuntamientos democráticos demostró dos cosas: la primera fue la poca efectividad legal que se produjo en los consistorios, ya que las mociones no implicaban más que una voluntad de cambio y, por otro lado, se demostró la eficacia de las resoluciones de la Asamblea y su puesta en práctica, dando la imagen de un organismo bien coordinado hasta el momento. Por último, el informe elaborado por la Asamblea finalizó con el mandato de enviar un telegrama de salutación a la recién creada República Democrática del Sahara.
En otro ámbito de actuación, se reunió la VI Assemblea d’Intelectuals Catalans con más de trescientos participantes. La valoración de las manifestaciones en Tarragona en protesta por los asesinatos en Vitoria y el Congreso de la Cultura Catalana fueron los temas principales debatidos, aunque también se trató la situación del periodista del diario Tele/expres, Josep Mª Huertas Clavería, que estaba preso en la cárcel Modelo desde el 22 de julio de 1975 por injurias al Ejército según constaba en el acta de su proceso, asistiendo entre otros: Jordi Carbonell, Pere Portabella, Jaume Fuster, Ramon Moragas, Ramon Torrent, Xavier Folch, Joan Senent, Pere Calders, Maria Antonia Oliver, Josep Benet, Jordi Llimona, Antoni Serra, Guillermina Motta, Joan Brossa, Maria Aurelia Capmany y Jaume Vidal Alcover.
El 21 de marzo de 1976 se reunió la XV CPAC con la asistencia de 106 representantes de 75 delegaciones. Como era de esperar, los debates seguían con la misma tónica en torno a los ayuntamientos democráticos. Sin embargo, los diálogos aumentaron en intensidad cuando empezó a tratarse la política reformista del gobierno Arias, haciendo suya la declaración del SCPAC del pasado 6 de marzo en su slogan: ¡No a la repressió, sí a la llibertat!
Así pues, tras diversas opiniones expuestas, la Comisión acordó iniciar una nueva campaña para conseguir unos ayuntamientos democráticos, exigiendo lógicamente la dimisión de los actuales consistorios municipales y la elección democrática de éstos dentro del marco irrenunciable del Estatuto de Autonomía y la constitución de un gobierno provisional de la Generalitat.128 A tal efecto, se estableció la estrategia de una movilización popular pacífica para los días 2 y 5 de abril y, ya en pleno debate, se rechazó la petición de BR, ORT y PTE en su intento de implicar a la Monarquía como la responsable principal de las muertes de los siete trabajadores fallecidos en los últimos actos reivindicativos, poniendo en cuestión la declaración de la AD de Tarragona que condenaba la violencia −viniera de donde viniera− refiriéndose a los últimos enfrentamientos en esa ciudad entre trabajadores y fuerzas del orden.
En resumen, podríamos decir que los últimos días de marzo de 1976 acabaron con la misma conflictividad que a su inicio prohibiéndose múltiples manifestaciones y actos de protesta, entre ellas la presentación de la Asamblea en la Facultad de Económicas de la UAB y de la AD de Santa Coloma de Gramanet, donde a pesar de los inconvenientes, pudieron asistir alrededor de ochocientos participantes. En el resto del Estado la situación social a finales de mes se había complicado por momentos, estando inmersa en continuas huelgas y manifestaciones encabezadas por la clase obrera y estudiantil que provocaron numerosos paros generalizados en HUNOSA y en nueve fábricas situadas en el sector industrial madrileño. Sorprendentemente, incluso los empresarios se pronunciaban en contra del Proyecto de Ley de Reforma Sindical, activando la polémica social contraria a esta nueva norma.129
A principios de abril de 1976, los tres diarios matutinos barceloneses −Mundo Diario, El Correo Catalán y La Vanguardia− convergieron sus titulares en torno a la crisis del gobierno por la incoherencia de sus actuaciones, situación que beneficiaba la estrategia planificada por la Asamblea, que iba dirigida