La transición española. Eduardo Valencia Hernán
Читать онлайн книгу.Rafael Ribó, Marta Mata, Miquel Roca, Josep Miquel Abad, Pere Ardiaca, Pere Portabella, Francesc Vicens, Manuel Jiménez de Parga, Heribert Barrera, Josep Laporte, Josep Pallach, Xavier Folch, Jacint Humet, Miquel Núñez, Albert Fina, Jordi Vallverdú, Joan Prats y otros. La manifestación comenzó a las 11 de la mañana y finalizó hacia las 3 de la tarde tras haberse leído y firmado un manifiesto entre otros por: Joan Majó, Eulalia Vintró, Ramon Espasa, Anton Canyellas, Miquel Esquirol, Jacint Humet, Marta Mata, Manuel Jiménez de Parga, Jose Antonio González Casanova, Joan Carrera (sacerdote), Xavier Cassasas, Pere Camps, Isidor Boix, Albert Fina, Antoni Tàpies, Josep Maria Castellet, Rafael Ribó, Francesc Pi de la Serra, Ovidi Montllor, La Trinca, Jordi Pujol, Miquel Roca, Joan Reventós, Heribert Barrera, Agusti de Semir, Jordi Carbonell, Josep Benet, Pere Portabella, Lluís Maria Xirinachs, Albert Serratosa, Jordi Vallverdú y Lluís Reverter junto con algunos personajes vinculados al régimen franquista, entre ellos, Eduardo Tarragona, Jacinto Soler Padró, ambos concejales del Ayuntamiento de Barcelona, y Albert Pons Valón, presidente de la Asociación de Vecinos de Barcelona. Se calcula que la asistencia estuvo cercana a las setenta mil personas y fue disuelta tras la aparición de los antidisturbios a golpe de porra y culata.97 Años después, el que fuera gobernador civil de Barcelona, Salvador Sánchez Terán, comentaba que si había un divorcio rotundo entre la realidad y la legalidad, sin duda esto pasaba en el mundo sindical:
“Pocos días después −comentaba Sánchez Teran− vi las fotos de la manifestación que publicó profusamente la prensa internacional, y realmente constituía el más inadecuado pórtico para la apertura a la democracia”.98
La manifestación convocada para una semana después en el Parque de la Ciudadela transcurrió también entre balas de goma y botes de humo. De nuevo Barcelona se volvió a llenar de manifestantes enfrentándose a las inevitables cargas de fuerzas del orden, concentrándose en las zonas del Pº de Colón hasta la plaza Lesseps y desde el Pº San Juan hasta la calle Entenza, justo en el centro de la ciudad. El anuncio de esta nueva manifestación se realizó de nuevo previa petición oficial al Gobierno Civil firmada por: Francesc de Borja Aragay, Josep Benet, Miquel Sellarés, Antonio Gutiérrez, Viçens Ligüerre, Joan Armet, Monserrat Olivan, Agustí de Semir, Jordi Carbonell, Rafael Ribó, Enric Nosas, Pere Portabella, Jacinto Humet y Sánchez Carreté, propuesta que fue rechazada automáticamente.99
Como ya estaba previsto, la CPAC había dado a conocer la convocatoria del acto mediante un escrito titulado “Per les Llibertats Nacionals de Catalunya” basándose en el punto tercero de su programa donde se exigía el restablecimiento provisional de las instituciones. Por ello, la Asamblea convocó el acto con todo su simbolismo frente al antiguo Parlamento de Cataluña al mediodía bajo los slogans: ¡Por el restablecimiento del Estatuto de 1932, Por el Gobierno Provisional, Por el Parlamento de Cataluña. Libertad, Amnistía y Estatuto de Autonomía!100 A su vez, a través de un comunicado la AD de Barcelona, se llamó a la conquista por la amnistia y por las libertades sin obviar el restablecimiento del Estatuto de Cataluña.101 Los resultados de la manifestación, según fuentes gubernativas, fueron alarmantes: 24 policías heridos y 35 detenidos en la manifestación, entre ellos estaba el padre Xirinachs y el captaire, Ferran García Faria. La relación de algunos de los detenidos fue la siguiente: Sagrario Martín, José Vilchez, Jorge Maymó, Emilio Sulla, Juan Amat, Mariano San Millán, Manuel Vilar, Fernando Vives, Rafael Martín, Amadeo Pérez, Jorge Orgue, Lluís Comalrena, Joaquín Maria Cervera, Maria Rosa Capdevila, José Luis Martínez, Armando García, Francisco Javier Villalonga, Pedro Contijos y Roque Villas. Asimismo pudo verse en otros puntos de la manifestación al catedrático Jiménez de Parga, a Josep Laporte y Heribert Barrera.
Coincidiendo en aquellos días de auténtico furor reivindicativo, también salió a la luz una propuesta presentada a favor de Xirinachs para el Premio Nóbel de la Paz, respaldada, como no, por la Asamblea y por más de trescientos intelectuales del país.
Paralelamente a la manifestación principal del día 8, también se efectuaron otras con el mismo contenido ideológico en diferentes puntos cercanos a Barcelona, destacando la de Rubi. Con ello se dio a entender la perfecta coordinación efectuada por la asamblea en estos actos de lucha. Días después, el SCPAC haciendo balance del éxito de las convocatorias efectuadas, hizo público un comunicado titulado: “El poble de Catalunya es el camí de la conquista de la democracia”, donde se comunicaba que las dos manifestaciones habían sido la expresión inequívoca de la voluntad del pueblo catalán para conquistar la “Libertad, la Amnistía y el Estatuto de Autonomía”. En el mismo documento también se calificaba de brutal y salvaje la actuación de las fuerzas de orden público en contra de los pacíficos manifestantes, dejando en evidencia la incapacidad del régimen de aceptar los derechos democráticos más elementales, exigiendo la liberación inmediata de todos los detenidos y reivindicando el derecho de todos los ciudadanos a manifestarse pública y pacíficamente, anunciando que convocaría al pueblo hasta la consecución de la Generalitat y el Parlamento de Cataluña.102
Mientras tanto, el 12 de febrero se reunieron representantes de la Asamblea y el CFPC para analizar las últimas actuaciones proamnistía y sobre la elaboración del nuevo Estatut de Catalunya, demostrando la absoluta coordinación entre los dos entes políticos, justo el mismo día que volvía a la actualidad informativa el consejo de guerra convocado contra un jefe y ocho oficiales miembros de la UMD por presunto delito de sedición y la detención días después del capitán de ingenieros Antonio Herrero, íntimo amigo del comandante Luis Otero, uno de los fundadores de la UMD.103
En febrero de 1976 se registraron en Cataluña una multitud de manifestaciones de carácter laboral que enlazaron posteriormente con una huelga generalizada desencadenada en Sabadell y alrededores siendo más de trescientas las empresas afectadas, resultando de estos incidentes diversos detenidos por la policia y heridos de grave consideración. Uno de ellos fue el trabajador Manuel Rodríguez y el joven de 16 años, Ángel Redondo, que perdió un ojo. Sin embargo, todos estos conflictos laborales consiguieron que la presión social influyera en la readmisión de los 104 trabajadores despedidos de la empresa Laforsa, considerándose un triunfo para éstos, demostrando la euforia de su estado de ánimo con la celebración de un partido de fútbol disputado en el campo del Cornellá de Llobregat, donde los trabajadores de Laforsa y Siemens aclamaron su victoria moral con un entusiasmo irrefrenable entre gritos de ¡Amnistía y Libertad!104
La incorporación de nuevas adhesiones a la Asamblea siguió in crescendo a un ritmo sorprendente incluso para sus dirigentes durante todo el primer trimestre de 1976. Toda organización política o social contraria al régimen y de carácter antifranquista queria participar en ella, por eso no era de extrañar recibir peticiones como del Grup Democratic de Periodistes de Barcelona, que desde 1968 luchaban por las libertades democráticas y de expresión, hasta la incorporación de la Assemblea de Forces Democrátiques del Baix Camp, formada por: CC.OO, CDC, CSC, ERC, Reagrupament, PSUC y Unió de Pagesos.
Por aquellos días, la Asamblea protagonizó en Barcelona numerosas presentaciones, asistiendo repetidamente un público enfervorizado ante las constantes exclamaciones dirigidas normalmente contra el régimen. Entre ellas destacó la del día 6 de febrero en la UAB ante un millar de estudiantes, asistiendo entre otros: Jordi Guardiola, Vicens Ligüerre, Miquel Sellarés, Sánchez Carreté, Salvador Casanovas y Francisco Frutos. En el debate que normalmente se producía después, se habló sobre la presencia estudiantil en la Asamblea. Sin embargo, en otras reuniones se recogían los problemas cotidianos del día a día de la sociedad, de la tensión laboral existente, del protagonismo de la lucha reivindicativa en las universidades y el descontento de los funcionarios municipales en Barcelona, entre ellos los bomberos, que expresaban su descontento forzando una huelga. Así ocurrío en el acto celebrado en el barrio barcelonés de Collblanc donde participaron en nombre de la Asamblea Vicens Ligüerre y Miquel Sellarés.
Mediante el llamado Comité de Enlace de la Asamblea de Cataluña, se reunieron por segunda vez la Asamblea y el CFPC, acto al que asistieron unas 25 personas. Finalizada la reunión, el Consell emitió un comunicado valorando las manifestaciones populares de los días 1 y 8 de febrero, considerándolas como la expresión de la voluntad democrática del pueblo catalán. En el documento se reafirmó la ruptura democrática y se hizo un llamamiento hacia la