La transición española. Eduardo Valencia Hernán
Читать онлайн книгу.y posterior asesinato del político, Ángel Berazadi, cometido por ETA después de veinte días agónicos. Éste era el pago cotidiano de una vida a manos de unos iluminados cada vez más lejos de la realidad.
En Barcelona hizo su presentación en la sala/discoteca Bocaccio, la revista Cuadernos para el Diálogo. Su director, Pedro Altares, presentó el acto destacando la falta de uno de sus colaboradores, José Maria Huertas Clavería, que continuaba en prisión desde hacia algunos meses. También por esas fechas vió la luz el diario Avui y se proyectó por primera vez la película El Gran Dictador, dirigida por Charles Chaplin en 1940. Mientras tanto, en Madrid fueron puestos en libertad algunos de los famosos detenidos días atrás en diversas manifestaciones, entre los que destacaban Juan Antonio Bardem, Ramón Tamames y Francisca Sauquillo. Sin embargo, la nota emotiva vino a cargo del retorno a Zaragoza del escritor Salvador de Madariaga, ausente de España desde la guerra civil.
El 14 de abril, un día muy señalado para la oposición franquista, se constituyó la comisión para el estudio del Régimen Especial para Cataluña, redactado por el gobierno Arias. Entre las personalidades elegidas por el gobierno para formar parte del equipo de trabajo se hallaban Carlos Sentis, Pau Roig Giralt, Gabriel Ferratè Pascual, Juan Sardà Dexeus, Gomìs Martì y Joan Botanch. La noticia de esta comisión debería haber tenido un amplio alcance informativo; sin embargo, ésta quedó absolutamente eclipsada por el acontecimiento que tuvo lugar al día siguiente en la cárcel de Segovia, cuando un numeroso grupo de presos políticos y terroristas, 31 en total, se fugaron expectacularmente.
El seguimiento periodístico de los escapados fue intenso, sospechándose que al menos cuatro de los seis reclusos que habían cruzado la frontera pertenecían a ETA. Sin embargo el activista del MIL, Oriol Solé Sugranyes, no lo consiguió, siendo abatido por las fuerzas de seguridad. Cuando el cadáver llegó a Barcelona, fue recibido, entre otros, por su tío, Josep Solé Sabarís.
En la homilía del funeral celebrado el 9 de abril, Josep Mª Xirinachs consideró al fallecido como una de las victimas del absurdo retraso de la amnistía, añadiendo estas palabras:
“Cuánta gente por miedo a arriesgar la vida, fue en búsqueda de refugio, bajo la cubierta de la no violencia y de los principios evangélicos y así el cristianismo en el futuro llegará a ser un refugio de cobardes. Vergüenza habrían de tener ante un hombre como Oriol, de autonombrarnos cristianos, en lugar de sentirnos incómodos de participar en el funeral de un partidario de la lucha armada”.130
El Secretariado de la Asamblea de Cataluña envió un telegrama de condolencia a la familia del difunto, denunciando el asesinato de un luchador por la libertad y responsabilizando al gobierno por la negativa a conceder la amnistía y el secuestro de las libertades.131
El 13 de abril de 1976, fue puesto en libertad el periodista Josep Mª Huertas Clavería, después de ocho meses y seis días de reclusión y previo depósito de veinticinco mil pesetas donadas por la Asociación de la Prensa. Frente a la cárcel Modelo de Barcelona una multitud aclamaba “¡Huertas, Huertas!”
Sin duda fue un día de júbilo para los periodistas barceloneses aunque no todos podían decir lo mismo, ya que los taxistas volvían a la huelga, uniéndose a los trabajadores de Telefónica, aumentando así la presión popular en la calle. Estas noticias, junto con la aceptación administrativa de la celebración del XXX Congreso de la UGT en España, confirmaba la idea contrastada de la política de apertura limitada realizada por el gobierno.
Sin embargo, las decisiones políticas que realmente afectarían a Cataluña se estaban decidiendo a cientos de kilómetros, en el país vecino. En efecto, el 13 de abril de 1976 en París, se llegó a un principio de acuerdo entre el CFPC y el presidente de la Generalitat de Cataluña.
La reunión se produjo a instancias del Consell mediante una carta enviada el 24 de febrero al presidente Tarradellas y el lugar elegido fue el Hotel Saint Jacques en una sala reservada a nombre del señor “Gene Ralitat”. Lo que sabemos de dicho encuentro fue el rotundo desacuerdo entre el dirigente comunista, Gregorio López Raimundo, y Tarradellas, por negarse el primero a permitir acuerdos permanentes desde la Generalitat con organismos de oposición españoles.132 No obstante, aunque en el comunicado conjunto no se especificase esta divergencia, sí fue notoria la incorporación del presidente Tarradellas al establecimiento de relaciones con el Consell, ya que hasta entonces la Generalitat se había mantenido al margen de los organismos unitarios:
“El presidente de la Generalitat de Catalunya, Honorable Señor Josep Tarradellas y el Consell de Forces Polítiques de Catalunya integrado por las siguientes organizaciones: CDC, CSC, EDC, ERC, FNC, Partit Carlí de Cataluña, PPC, PSAN, PSUC, RSDC y UDC, se han reunido en París los días 10 y 11. Después de un análisis de la situación política, seguido de un amplio debate, el CFPC ha expuesto al presidente de la Generalitat los problemas de la situación catalana y del Estado español y de las luchas y de las movilizaciones que últimamente han tenido lugar en Cataluña, en las cuales la Asamblea de Cataluña ha tenido un papel destacado. El Consell ha expresado nuevamente al presidente, de acuerdo con sus bases programáticas, la irrevocable decisión de luchar por la instauración en Cataluña de las instituciones de la Generalitat y de los principios configurados en el Estatuto de 1932, hoy reivindicados por la gran mayoría de los catalanes. Los reunidos han considerado que en el proceso hacia la formación de un gobierno provisional de la Generalitat de Cataluña hay que tener en cuenta la totalidad de las fuerzas políticas, sociales y del movimiento obrero de Cataluña, y en especial de la Asamblea. Cataluña ha sido la más firme pionera de las luchas por la democracia a nivel del Estado español, y es hoy un soporte de este combate. Por ello, los reunidos celebran la progresiva aparición en estos últimos tiempos, de los organismos de coordinación democrática necesarios para la restitución de las libertades políticas y nacionales. En este sentido, se reafirman en su voluntad de negociar y después de pactar por el establecimiento de la democracia y de las libertades nacionales de todos los pueblos del Estado español. El presidente de la Generalitat de Cataluña, Honorable Señor Josep Tarradellas y el CFPC, toman el compromiso de intensificar una regular relación para resolver de común acuerdo todas las cuestiones que afectan a las relaciones de Cataluña con el Estado español. El Presidente de la Generalitat de Cataluña y el CFPC, hacen un llamamiento al pueblo de Cataluña para ampliar su lucha unitaria hacia las libertades democráticas y nacionales hasta su plena consecución. París, 11 de abril de 1976”.133
Asistieron al encuentro: Josep Tarradellas, Josep Gausachs (secretario general), Romá Planas, Francesc Vila i Abadal por la Generalitat; Jaume Casanovas y Josep Sans por Esquerra Democrática; Llibert Cuatrecasas (UDC); Jordi Pujol (CDC); Cristià Aiguadè (ERC); Joan Cabré (Partit Carlí); Joan Colominas (PPC); Joan Cornudella (FNC); Josep Pallach y Víctor Hurtado (Reagrupament Socialista); Raimon Obiols y Josep Planas (CSC); Gregorio López Raimundo y Josep Solé i Barberà (PSUC) y Jordi Puig (PSAN).
95. BALLESTER, David, RISQUES, Manel, Temps d’amnistia. Les manifestacions de l’1 i el 8 de Febrer a Barcelona, Barcelona, Edicions 62, 2001, pp. 39- 41.
96. BALLESTER, David, Ibidem.
97. También destacó la adhesión y el trabajo de convocatoria efectuado por la Asociación de Vecinos del Turó de la Peira y el Colegio de Licenciados, en COLOMER, Josep Mª, op. cit., p. 84. Ver L’Avenç, “La trayectoria de la Assemblea (1971-1977)”, p. 706. También en BATISTA, Antoni, op. cit., p. 212.
98. SÁNCHEZ TERÁN, Salvador, De Franco a la Generalitat, Barcelona, Planeta, 1988, p. 56. También en POWELL, Charles, op. cit., p. 153.
99. BATISTA, Antoni, op. cit., p. 212.
100. Treball, 19-1-1976.