La transición española. Eduardo Valencia Hernán
Читать онлайн книгу.esto, hemos visto que se reprimían las formas de expresión que no eran las oficialmente reconocidas, se intimidaba a la gente, que se detenía y retenía de forma arbitraria. Ante esta situación lo que ninguno debe hacer es inhibirse tranquilamente como si no hubiera ningún problema que resolver.»310
Transcurridos unos días, todo volvió a la normalidad aparente por lo menos hasta finalizar el año, acabando como era la costumbre, con el discurso televisivo navideño del Generalísimo. Esta vez, el mensaje a la Nación contenía algunos argumentos que hacían intuir la tarea de gobierno para el próximo año:
«Hemos de lograr una mejor distribución de la renta nacional (…) La entrega del príncipe a los supremos intereses de la nación confirma plenamente el acierto de la propuesta (…) Nuestra patria es parte de Europa y aspira a ocupar en ella, económica y políticamente, el puesto que nos depara la historia y, para finalizar, creemos en el dialogo como instrumento de entendimiento y de equilibrio.»311
307. Homilía predicada en Ripoll el domingo día 19 de noviembre de 1972, en MHC, ASSEMBLEA, op. cit., pp. 104 y 210.
308. MHC, ASSEMBLEA, op. cit., p. 154.
309. Narración del Aplec de Ripoll, en MHC, ASSEMBLEA, op. cit., p. 155, 11/1972.
310. MHC, ASSEMBLEA, op. cit., pp. 138-139.
311. Tele/eXpres, 2-1-1973.
Sociedad y política. El régimen y la Asamblea de Cataluña
Los primeros meses de 1973 fueron realmente conflictivos si nos atenemos a los sucesivos atentados y secuestros que conducían inexorablemente a nuevas detenciones y consejos de guerra con un ritmo cada vez más acentuado. En Barcelona, el día 5 de enero, el Instituto Norteamericano, centro docente de lengua inglesa, fue víctima de un atentado. Dos días después, el industrial navarro Felipe Huarte fue secuestrado por ETA, y el 20 fueron detenidos en una manifestación Jesús Garrido Santiago y Juan Sánchez Mora, trabajadores de la empresa de electrodomésticos Corberó, sita en Esplugues de Llobregat.
Mientras tanto, la Asamblea había convocado para el 14 de enero una manifestación en el monasterio de Montserrat con el lema «Per l’Estatut, tots el día 14 a Montserrat», reclamando el retorno de las libertades políticas, el fin de la explotación y el ejercicio de la soberanía nacional catalana. Para ello, distribuyó un comunicado señalando la convocatoria juntamente con otro apartado que, bajo el título de «El per qué de L’Estatut d’Autonomía de Catalunya» se intentaba justificar la vuelta de la oficialidad de la lengua catalana en el marco de un poder político catalán que decidiese respecto a la legislación social, con plena libertad de prensa, asociaciones, reuniones y espectáculos públicos; asimismo se pedía la socialización de la riqueza nacional, la creación de centros de enseñanza propios y de una universidad catalana, de la sanidad, de la administración de justicia y del régimen local312.
Por otro lado, la actividad interna dentro de la CPAC se fue decantando hacia los trabajos preparatorios de la II Asamblea, tomando el SCPAC la iniciativa mediante la redacción de un documento basado en tres apartados principales. Primeramente, efectuó un análisis crítico sobre el trabajo realizado por la Asamblea. A continuación, se presentó un informe comparativo entre la situación actual del régimen y de la oposición, a la vez que se indicaban una serie de consideraciones generales:
1. «En Cataluña, la lucha contra la dictadura ha conocido estos últimos tiempos un incremento notable desde el momento que se constituyeron plataformas unitarias a nivel obrero, universitario, de barrios y comarcas, de partidos y, finalmente la Asamblea. Estos hechos constituían un conflicto grave para el régimen que quería dividir la oposición. Esta, por otro lado, no acaba de explotar todas sus posibilidades de lucha unitaria.
2. El problema nacional catalán constituye el marco natural que de manera implícita o explícita caracteriza cada vez más totalmente la lucha reivindicativa en Cataluña.
3. La Asamblea de Cataluña considerará cuales son los flancos más vulnerables y políticamente más favorables, en orden, a una posible lucha unitaria, basada en los acuerdos fundamentales de la Asamblea.»313
Y finalmente, se propusieron los objetivos políticos a realizar de cara a la II Sesión Plenaria de la Asamblea de Cataluña, concretándose en la mejora de la organización y una línea de acción marcada en busca de la ruptura democrática, contando con la acción de las masas. Estos objetivos se concretaron en la adopción de puntos de convergencia, identificación de la lucha unitaria y nuevas formas de lucha, referencia a posibles estructuras unitarias, relaciones con el resto del Estado y con organismos extranjeros e internacionales314. También se efectuó una valoración global de la corta existencia de la Asamblea, admitiendo cierta autocrítica por la poca difusión que se había tenido entre el pueblo.
En el mismo documento se dieron a conocer los trabajos y campañas realizadas desde la constitución de la Asamblea, entre ellas: la solidaridad con el pueblo de Vietnam; la solidaridad con los estudiantes en sus reivindicaciones, véase como ejemplo la circular distribuida en enero de 1973 por la Asociación de Cabezas de Familia de Torre Baró, Vallbona y Ciudad Meridiana, a favor de la gratuidad de la enseñanza hasta los 14 años según decía la Ley de Educación y dando su apoyo a los maestros en huelga315; en la denuncia contra el consejo de guerra contra el Front d’Alliberament Català (FAC); los contactos con la oposición en el resto del país, en el exilio y a nivel internacional; las campañas llamando a la desobediencia civil contra la ilegalidad fascista; por el derecho a la Solidaridad Democrática, sobre el sentido del Estatuto de Autonomía de 1932; por el apoyo en el aplec de Calella y Ripoll y sobre la difusión de la emisora «La veu de l’Assamblea de Catalunya». A este respecto, el 29 de marzo de 1973 la Junta de gobierno del Casal d’Angulema, en Angulema (Francia), cuyo secretario era Joan Oller y el presidente Salvador Guasch, criticaban en una carta enviada a Les Amis de la Culture Catalane, los esquemas presentados en la propuesta «Cap la II Assamblea de Catalunya» por la falta de emisiones formativas de concienciación nacional y por toda idea relacionada con los países del Este316.
Sin embargo, dentro del seno de la propia Asamblea no todos los partidos participaban de las mismas conclusiones publicadas por el SCPAC. El 2 de junio de 1973, el PSOE y la UGT, en respuesta al documento antes mencionado, hicieron un análisis de la situación actual del régimen y de la oposición, afirmando que el movimiento obrero ocupaba el puesto fundamental (de vanguardia) en la lucha antifranquista. Exigían que las fuerzas de oposición repudiaran el ingreso de España en el Mercado Común sin previamente haberse efectuado el restablecimiento de las libertades fundamentales, sin limitaciones de ningún tipo, indicando la obligación de la oposición —fundamentalmente de las fuerzas obreras— a condenar a los países del Este por sus contactos económicos, comerciales y diplomáticos con el régimen franquista. En sus consideraciones generales hicieron hincapié en que la clase obrera, cada vez más consciente de su fuerza, tendería a extender la lucha al máximo. Por otro lado, afirmaron que el problema catalán solo servía de aglutinante a ciertos sectores de la oposición, nada más. A su vez, indicaron que el aumento del ritmo de trabajo, el coste de la vida, la corrupción del régimen, la represión, las malas condiciones de vida en los barrios obreros y la falta de escuelas eran factores que de verdad empujaban a sectores cada vez más amplios a la lucha, señalando que los flancos más vulnerables y que más daño hacían al régimen eran los que tenían una incidencia directa sobre la producción y la economía. En ese mismo comunicado afirmaron:
«El PSOE y la UGT aceptaron en su momento —con las salvedades que se hicieron— los cuatro puntos programáticos de la Asamblea. Para nosotros ello significaba un programa de transición en un intento de incorporación en la lucha contra el régimen de ciertas capas vacilantes. Discrepamos profundamente con el Secretariado en que los cuatro puntos aceptados por la I Sesión