Teoría de la comunicación. Juan Carlos López Barajas
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Este diagrama pone de relieve, entre otros aspectos, el hecho de que la comunicación se efectúa a través de signos cuya misión consiste en transmitir ideas por medio de mensajes. Esta operación implica un objeto, algo de lo que se habla, un referente, unos signos y, por consiguiente, un código, un medio de transmisión y, además, un emisor y un destinatario.
No se comunica al vacío, sino para transmitir un mensaje. El acto de informar implica cierta comunicación, al menos unilateralmente y, siempre que sea posible, existirá una información de retorno, que, como se verá más adelante, indicará al emisor que su mensaje ha sido entendido y, en el mejor de los casos, inducirá a un diálogo.
Existe también una comunicación íntimamente ligada a los aspectos espirituales y sociales de la persona. En muchos casos, la comunión espiritual entre dos individuos permite que se omitan los códigos y los signos. De esta comunicación afectiva parte también la comunicación social: el intercambio convivencial. Esta clase de comunicación es indispensable para cualquier modo de vida y para todo trabajo en común.
Comunicación es un proceso de transmisión por parte de un emisor, a través de un medio, de estímulos sensoriales con contenido (explícito o implícito) a un receptor, con el fin de informar, motivar o influir. sobre el mismo. |
De todo lo dicho en líneas anteriores, proponemos una definición de comunicación lo suficientemente amplia para contener en ella todas las formas comunicativas posibles, resumiendo las teorías más importantes, pero a su vez lo estrictamente ajustada para ceñir su campo conceptual a lo que se pretende en este libro:
Elementos que intervienen en la comunicación
Las teorías y posiciones científicas sobre la información y comunicación —base de las actuales investigaciones sobre comunicación— han sido concretadas por diversos especialistas.1 Todas las teorías sobre comunicación que van apareciendo sucesivamente a lo largo de los años se expresan y aclaran en explícitos diagramas. En las líneas subsiguientes analizaremos y comentaremos, desde una perspectiva organizativa, algunos de ellos.
El diagrama de Laswell (1965), citado por Romero Rubio (1975), y que posteriormente fue modificado por Nixon (1970), presenta un esquema que se podría denominar clásico en los modelos de comunicación. Establece el sujeto emisor bajo la forma de quién dice (fase 1), delimita el contenido, el qué (fase 2), el por qué (fase 3), el para quién (fase 4), y las consecuencias (fase 5).
Paralelamente a este esquema de razonamiento, se diría que aristotélico, la comunicación sigue un diseño circular quién-qué-quién, con lo que parece que se establece un proceso que comienza y termina en el individuo y que precisa del mismo modo un medio. Finalmente, las intenciones del emisor y las condiciones del receptor marcan y caracterizan la comunicación.
Este último punto no debe escaparse a un mínimo estudio del diagrama: la intencionalidad del emisor (aunque se podría argüir que la intencionalidad existe siempre bajo muy diversas formas) y las condiciones del receptor no hacen sino confirmar la estructura sujeto-objeto-sujeto de Laswell.
Desde el punto de vista de esta investigación, este esquema ilustra de una forma clara lo que pueden dar en llamarse las cuestiones elementales del proceso de la comunicación:
1. El quién, que no es más que el sujeto emisor, el que transmite la información, consciente o inconscientemente.
2. El qué, que, en la mayoría de los autores, coincide con el mensaje, con el contenido intrínseco de la comunicación.
3. El por qué o componente causal del proceso.
4. El para quién, que puede ser catalogado, con matices, como receptor. Las reservas pueden venir dadas por la involuntariedad de la recepción por una parte y por las barreras a la comunicación. En ciertos casos, el destinatario final del mensaje no es quien realmente lo recibe.
5. El con qué efectos, que está en estrecha relación con la intencionalidad de la emisión del mensaje.
La figura 1.3 trata de sintetizar numerosas definiciones de comunicación, e intenta explicar el proceso de comunicación como el camino que sigue el mensaje y la reacción que provoca en el receptor, que le lleva a emitir una señal de recepción, la cual conformará a su vez un nuevo mensaje de «recibido» en forma de asentimiento, expresión no verbal, reacción orgánica o cualquier otro tipo de respuesta, es decir: lo que se va a entender como información de retorno.2
Sintetizando la opinión de varios autores, la información de retorno es un mecanismo de impacto-respuesta, y que tiene una serie de características (tabla 1.2).
El diagrama se completa con la aparición de nuevos conceptos, como son los de canal y ruido. El canal conforma el medio utilizado para transmitir esa información. Como puede comprobarse en la figura 1.5, Romero Rubio (1975) establece los sentidos corporales del ser humano, pero esta catalogación es puesta en duda porque el canal puede ser considerado también como el medio físico utilizado para llevar a cabo el proceso completo de comunicación.
Desde el punto de vista organizativo, el canal que se utilice en cada momento por los individuos va a ser determinante en las relaciones comunicativas que se establezcan. No será lo mismo una empresa con profusión de mensajes escritos, formales y codificados, que otra que lleve a cabo otros elementos menos formales para comunicarse (instrucciones verbales, llamadas telefónicas, etcétera). Existirán, por tanto, dos tipos de canales por los que fluye la comunicación en cualquiera de las organizaciones humanas:
a. Por una parte, nos encontramos con los canales físicos de comunicación, que son aquellos soportes pensados para transmitir la información directamente a los individuos. Desde un punto de vista organizativo, y como se verá reflejado en capítulos posteriores, los canales físicos permiten transmitir y asegurar un mínimo de información para todos los integrantes de la organización (memorandos, revistas, tablones de anuncios y otros).
b. Por otra parte, existirán los canales personales de comunicación, que están pensados para favorecer la información general de la organización. Aparece el término información en cascada, que presupone una red vertical de información en las organizaciones del tipo superior-subordinado.3
Desde los diversos elementos de la comunicación aparecen ruidos que dificultan o incluso pueden aislar el proceso. Dichos ruidos pueden afectar al elemento emisor y sus concomitantes tanto como al receptor, y no solo de forma abrupta (como es el caso de no percibir el mensaje en absoluto), sino también como distorsiones, malentendidos y desvíos de contenido, provocados por las partículas ambientales antes referidas.
La figura 1.5 explica las diferentes partes de las que constan los elementos de la comunicación. No se trata de un diagrama de proceso, es más bien una representación de las características de los elementos más importantes de la comunicación, a juicio de su autor.
El emisor o fuente, que puede coincidir o estar encarnado en individuos o entes diferentes, posee unas habilidades comunicativas, un saber hacer o unas aptitudes para la comunicación determinadas, un sistema de estímulos hacia el proceso comunicativo (actitudes), un conocimiento del contenido de la información, un lenguaje, un metalenguaje y una codificación utilizada, así como la inmersión en un sistema social y en una cultura que también intervienen en el proceso e influyen en la naturaleza misma del mensaje y en las reacciones