Teoría de la comunicación. Juan Carlos López Barajas
Читать онлайн книгу.o encierra el significado, el contenido. Los elementos hasta aquí expuestos y los siguientes pretenden responder en alguna medida a la pregunta que encabeza el acápite siguiente.
¿Cómo es la información?
De lo expuesto, se deduce que existe una dualidad de planos de existencia de la información, uno como entidad subjetiva que se genera en la mente de las personas y otro, con una existencia objetiva, en el cual se percibe la información cuando se plasma en algún soporte o se trasmite en un proceso de comunicación. Entre los diferentes planos existe una interrelación dialéctica. La relación indisoluble que se establece entre la información, el conocimiento, el pensamiento y el lenguaje se explica a partir de comprender que la información es la forma de liberar el conocimiento que genera el pensamiento humano. Dicha liberación se produce mediante el lenguaje —oral, escrito, gesticular, etcétera—, un sistema de señales y símbolos que se comunican de alguna manera.
De acuerdo con esto, puede considerarse que la información transita por dos estados o momentos: el primero, cuando la mente humana asimila, procesa e interpreta, es decir, la transforma en conocimiento, el cual según Páez Urdaneta consiste en un conjunto de «estructuras informacionales que, al internalizarse, se integran a los sistemas de relacionamiento simbólico de más alto nivel y permanencia », y el segundo, cuando se registra en forma documental, que actúa como fuente de información mediante el lenguaje. «Una fuente de información no es más que cualquier objeto o sujeto que genere, contenga, suministre o transfiera otra fuente de información». (Morales, M., y Barquín J. P., 1995).
La información condiciona la generación y la gestión del nuevo conocimiento y posibilita la formalización de este último. En esto, reside el sentido pragmático de la información, es decir, en su materialización en noticias, informes de investigación, objetos u otros que permitan la generación y comunicación del conocimiento. A modo de generalización, la siguiente definición puede sintetizar lo abordado anteriormente: «La información puede entenderse como la significación que adquieren los datos como resultados de un proceso consciente e intencional de adecuación de tres elementos: los datos del entorno, los propósitos y el contexto de aplicación, así como la estructura de conocimiento del sujeto».
¿Dónde hallar la información, cómo acceder a ella y cuándo está disponible?
En un corto período de tiempo, el mundo desarrollado se ha propuesto lograr la globalización del acceso a los enormes volúmenes de información existentes en medios cada vez más complejos, con capacidades ascendentes de almacenamiento y en soportes cada vez más reducidos. La proliferación de redes de transmisión de datos e información y de bases de datos con acceso en línea (ubicadas en cualquier lugar, localizables mediante internet) permite el hallazgo de otras redes y centros de información de diferentes tipos en cualquier momento. Esta situación ha cambiado radicalmente la concepción de los servicios bibliotecarios, ha provocado el surgimiento de nuevas empresas y tipos de servicios de información cada vez más competentes. Se ha sustituido la concepción de miedo a que la información en las colecciones impresas esté incompleta, por la de acceso amplio y el trabajo bajo el enfoque de biblioteca virtual: la que utiliza los sistemas automatizados de acceso a bases de datos remotas, que gerencian distintos servicios especializados de información, con la participación de una serie de vehículos telemáticos y de herramientas electrónicas útiles para la recuperación de información, en ella la localización y el acceso se producen a partir de cualquier entidad de información en dependencia de sus recursos humanos, tecnológicos y financieros.
Aunque no es determinante, se requiere de una infraestructura tecnológica sólida y moderna. El desempeño de los recursos humanos y su capacidad de gestión es el más importante de los recursos para el logro del cumplimiento de las metas y los objetivos propuestos en las organizaciones. Los grandes volúmenes de información que se generan cada día, su dispersión y las capacidades limitadas del ser humano para acceder, consultar, procesar y analizar la información disponible, en tiempo, espacio y condiciones específicas, determinan la permanencia del profesional de información como un agente intermediario esencial en la relación que se establece entre esta y el usuario.
¿Cómo ha evolucionado el alcance de la gestión de la información como proceso consciente y planificado?
La necesidad de comunicación entre los hombres deriva fundamentalmente de su actividad en colectivo, esta generó el lenguaje. Más tarde, cuando el lenguaje escrito permitió registrar y almacenar el saber acumulado por la humanidad, surgieron las bibliotecas. La actividad informacional ha experimentado modificaciones significativas desde sus inicios. El almacenamiento, acceso y uso limitado de la información en los monasterios medievales entre los siglos III Y CV, se ha sustituido por modernos enfoques de trabajo, basados en la gestión del conocimiento y la inteligencia en las organizaciones como resultado del desarrollo impetuoso de las tecnologías en general y en particular las de la información y comunicación.
Durante años, las bibliotecas tuvieron como función principal facilitar a los usuarios el acceso a los libros y otros documentos mediante diferentes sistemas de recuperación y distribución. Angulo Marcial plantea el predominio de tres aspectos en la historia de las bibliotecas: «[...] desarrollo y custodia de las colecciones en propiedad; la representación físico-conceptual de los documentos en fichas impresas de tamaño estándar, conforme con normas de absoluta rigidez, y el acceso a las bases de datos». Estos enfoques han caducado en los últimos tiempos, producto, entre otros factores, del crecimiento alcanzado por la industria de la información, la cual «comprende no solo el procesamiento, almacenamiento y distribución de la información, sino también la producción de las tecnologías informáticas y de los servicios telemáticos necesarios para la distribución de la información a distancia». Este desarrollo es la base para la creación de nuevos servicios de información especializados, en la medida de las necesidades de los usuarios y clientes, con un alto valor agregado.
La posición alcanzada por el sector de la información es un factor clave para impulsar el desarrollo económico-social. Como consecuencia de su acción, la forma de vida en la sociedad moderna ha cambiado radicalmente. Su crecimiento, más rápido que el de otro cualquiera de la economía, ha propiciado un mayor uso de la información en la última década, tanto como recurso, que contribuye a la competitividad de las organizaciones en su lucha por la eficiencia y la calidad de los bienes y servicios que generan, así como desde la perspectiva de su empleo por los individuos, quienes la necesitan para su educación y desarrollo en su carácter de seres sociales. Estas condiciones son evidencias irrefutables de la existencia de la sociedad de la información y orientan el futuro próximo: la sociedad del conocimiento, la cual se define como «una forma de organización social y técnica de la producción y la gestión en la que se aprovecha la capacidad potencial de la productividad, que se deriva del fluir dinámico del conocimiento y de la información, a partir del uso de las nuevas tecnologías de la información».
Todo esto propicia y exige un cambio en los principios de funcionamiento y en los enfoques de trabajo de las entidades de información. No obstante, los servicios de estas organizaciones han sostenido, con frecuencia, una posición reactiva ante sus comunidades de usuarios. El grado de desarrollo adquirido, tanto en el contexto tecnológico como en el de la gestión, permite un perfeccionamiento de la comunicación y una mayor dinámica en el desempeño organizacional. Ambos, elementos claves para introducir un enfoque de trabajo de carácter empresarial —incluso para aquellas organizaciones sin fines de lucro, como es el caso de muchas bibliotecas y centros de información— y un accionar proactivo con respecto a sus usuarios o clientes finales en los sistemas de información.
En este punto es importante reconocer, que el trabajador de la información es el agente intermediario entre los proveedores, las fuentes de información, los usuarios y las tecnologías, y como tal, es el principal responsable del éxito que obtengan los usuarios en el proceso de búsqueda de información. En este sentido, se convierte en el principal gestor de su propio aprendizaje en el proceso educativo-comunicativo que ocurre en la gestión del conocimiento en los marcos de las organizaciones y las comunidades.
Si se revisa la literatura especializada