Organización industrial. Martin Peitz

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Organización industrial - Martin  Peitz


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En otras palabras, los costos promedio son crecientes. Las economías de escala son importantes en la formación de una industria: en particular, la presencia de economías de escala favorece una industria concentrada (como se mostró en el caso 1.1). Sin embargo, en un análisis de corto plazo, los costos fijos son irrelevantes y solamente los costos marginales son importantes para la toma de decisiones. Los costos marginales pueden ser constantes, crecientes, decrecientes o en forma de U. La formulación más simple consiste en suponer costos marginales de producción constantes. Haremos este supuesto en la mayoría de los modelos de este libro. Este supuesto, junto con la presencia de costos fijos, implica que las empresas están sujetas a economías de escala.

      Es posible que una empresa multiproducto baje los costos promedio de un producto particular si aumenta su rango de productos (o si aumenta la cantidad de otros productos que ya vende). En este caso, decimos que la empresa logra economías de alcance. En el caso opuesto, la empresa tiene deseconomías de alcance. Las causas de las deseconomías de escala y alcance pueden ser restricciones tecnológicas y administrativas. En particular, la producción multiproducto a gran escala requiere supervisión, lo que en sí mismo es costoso y además puede conducir a un comportamiento que no es maximizador de beneficios desde el punto de vista de la empresa.

       Costos fijos y costos irrecuperables

      Es posible que una empresa no solo tenga costos atribuibles a cada unidad de producción, sino que, adicionalmente, tenga costos que no dependen de su funcionamiento. Cuando ya está en operación, una empresa con frecuencia incurre en un costo fijo por periodo, que es independiente de los niveles de producción y que solamente depende de decisiones previas tales como la capacidad, el cubrimiento geográfico y el rango de producción. Estos costos fijos afectan el nivel de beneficios de la empresa, pero no afectan, por ejemplo, las decisiones sobre el precio, porque estas se guían por los cambios marginales. Los esquemas observados de fijación de precios que le añaden un margen de ganancia fijo a los costos totales medios (y que, por lo tanto, incluyen los costos fijos) no son maximizadores de beneficios y en consecuencia no se consideran en este libro.

      Además de los costos fijos, de vez en cuando las empresas incurren en costos iniciales. Esto ocurre, por ejemplo, cuando deciden entrar a un nuevo mercado geográfico o cuando expanden su línea de producción. Las empresas incurren en estos costos una vez y, con frecuencia, estos no pueden recuperarse completamente en caso de reversar su decisión. Los costos que no pueden recuperarse son los costos irrecuperables de la empresa. Con frecuencia, los costos irrecuperables son exógenos desde el punto de vista de la empresa. Por ejemplo, un vendedor que debe remodelar un punto de venta. También, a veces, el gobierno determina estos costos. Por ejemplo, cierta empresa puede necesitar una licencia que debe comprarle al gobierno y que no puede comercializar posteriormente. En otros casos, los costos irrecuperables están determinados por las decisiones de las empresas establecidas en el mercado. Por ejemplo, las empresas establecidas en el mercado pueden haber adquirido mucha reputación mediante publicidad y otras acciones de mercadeo. En este caso, es posible que una empresa tenga que realizar una campaña publicitaria para convencer a los consumidores de cambiar de producto. Los costos irrecuperables son importantes para explicar la formación de mercados imperfectamente competitivos. Sin embargo, podemos omitirlos en el análisis de corto plazo, ya que se supone que el número de empresas está dado. Solamente un análisis con un número endógeno de empresas puede hacer explícitos los efectos del nivel de los costos irrecuperables en la competencia (como lo veremos en el capítulo 4).

       La hipótesis de la maximización de beneficios

      Supongamos que una empresa con un solo producto tiene beneficios π(q) que dependen de la cantidad vendida. Por simplicidad, consideremos que es una empresa uniproducto. Entonces, sus beneficios son sus ingresos qP(q), donde P(⋅) se refiere a la demanda inversa de la empresa, menos sus costos C(q). Estos costos C son los costos económicos en los que incurre la empresa. Por lo tanto, los beneficios de una empresa que dependen de la cantidad propia producida son π(q) = qP(q) − C(q). Esta formulación ignora cualquier otra variable que pueda afectar los beneficios. En este libro analizamos algunas de estas variables, como, por ejemplo, la publicidad, la investigación y el desarrollo (I&D), y otras más que afectan la demanda inversa o los costos. Adicionalmente, en un contexto de mercado, debemos tener en cuenta que las decisiones de los competidores afectan los beneficios.

      Suponemos que las empresas son maximizadoras de beneficios. Esto no quiere decir que el comportamiento maximizador de beneficios sea siempre la mejor aproximación al comportamiento observado de mercado, pero sin duda proporciona el estándar natural para el análisis del comportamiento de la empresa. Dado que lo que más nos concierne son las empresas con poder de mercado (y, por lo tanto, las empresas grandes), estamos seguros de que en general la maximización de beneficios es un buen supuesto de comportamiento. Si estamos interesados en la política de la competencia, el comportamiento de maximización de beneficios es justamente el punto de referencia que utilizan las autoridades de la competencia.[6]

      La maximización de beneficios puede verse como el objetivo natural de los propietarios de una empresa. Sin embargo, los propietarios pueden tener una función objetivo que no solamente incluya los beneficios, sino otros objetivos (o restricciones adicionales). Un ejemplo sería el propietario de una empresa de medios de comunicación a quien no solamente le interesa el éxito financiero, sino que también tiene una visión (o política) particular del mundo que quiere promover. Otro ejemplo sería el de un propietario que también está interesado en la participación de mercado o en los ingresos totales por razones personales (esta puede ser la función objetivo implícita de una empresa maximizadora de beneficios que tenga en cuenta los efectos dinámicos). Un ejemplo más sería el de un propietario con objetivos no económicos, como darle empleo a su comunidad o con un interés particular en el bienestar de parte o la totalidad de sus clientes. Si bien es claro que existen algunos ejemplos reales que documentan esta desviación de los objetivos de maximización de beneficios de los propietarios, de todos modos consideramos que la maximización de beneficios es el punto de partida natural de cualquier análisis de la industria y, por lo tanto, mantenemos la hipótesis de maximización de beneficios a lo largo del libro.

      Si tenemos en cuenta que la mayoría de las grandes empresas no son administradas por sus propietarios, debemos contestar una pregunta adicional: ¿La maximización de beneficios es una función objetivo razonable de las empresas incluso si los propietarios tienen este objetivo? A continuación, abordaremos esta pregunta. En este caso nuestra respuesta será menos firme.

      En este libro, consideramos en general que las empresas son entidades individuales de toma de decisiones que maximizan sus beneficios; esto también ocurre en la literatura de la organización industrial. Aunque en general esta es una abstracción útil, puede ser inapropiada. Una razón para ello es que los directivos de las empresas que no son administradas por sus propietarios pueden tener objetivos diferentes a los de sus propietarios. Los directivos pueden tener incentivos no monetarios tales como construir un gran conglomerado. Un buen ejemplo son las decisiones de fusión, que pueden explicarse en parte por los incentivos monetarios y no monetarios que tienen los directivos para incrementar la influencia de la empresa, algo que no necesariamente es del interés de los propietarios. Otra razón está en que quienes toman muchas decisiones son los mandos medios y no los directivos. Y los incentivos de los administradores de mando medio pueden ser distintos a los de los directivos. Es posible que el administrador de mando medio no actúe en el interés de la totalidad de la empresa. De todos modos, esta delegación de poder puede ser deseable por varias razones, en particular debido a los problemas de información asimétrica dentro de la empresa y al limitado alcance administrativo de los directivos. Otra razón para el efecto de la organización de la empresa en sus decisiones es el hecho de que haya información


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