Luz Nocturna. Amy Blankenship

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Luz Nocturna - Amy Blankenship


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lanzó un suspiro de frustración, “Bueno, ya que estamos tan cerca, bien podríamos regresar al club”.

      â€œEsta noche me he divertido tanto llevándolos a ustedes dos idiotas por toda la ciudad” dijo una voz detrás de ellos. “Que tengo que insistir en que se quedes a cenar”.

      Kat y Trevor se dieron la vuelta y se congelaron cuando vieron al vampiro que habían estado siguiendo junto con otros cinco.

      â€œEl hijo de puta sabía que lo seguíamos”, gruñó Trevor mientras levantaba el arma y la estabilizaba.

      Con paredes por tres lados y los vampiros delante de ellos, Kat sabía que ella y Trevor tendrían que luchar para salir de aquí. Se agachó cuando los vampiros se acercaron rápidamente a ellos. Uno con el pelo rojo fuego saltó esperando poder caer directamente sobre ellos y derribarlos.

      Kat inmediatamente se levantó y se enfrentó al vampiro a medio salto. Sus uñas largas ahora parecían garras, aunque no había habido ningún cambio. Se estrellaron contra el suelo con el vampiro de espaldas debajo de ella.

      El chupasangre apretó su muñeca derecha tan fuerte, que ella sintió que los huesos se comenzaban a moler unos a otros dolorosamente. Tratando de soportar el dolor descomunal, sacudió su muñeca hacia abajo, metiendo la daga en la muñeca del vampiro como revancha. Libre de nuevo, Kat no perdió tiempo en meter su mano derecha en el pecho del monstruo y sacar su corazón.

      Trevor apuntó y disparó contra el vampiro que habían estado siguiendo durante toda la noche. La bala le dio a la criatura en la garganta y, por un momento sólo miró a Trevor con una expresión de incredulidad, luego empezó a gritar y agarrarse su propia garganta. El grito se interrumpió abruptamente cuando el ácido liberado de la bala alcanzó las cuerdas vocales del vampiro.

      Trevor no vio realmente lo que sucedió después, ya que fue atacado inmediatamente por otro vampiro. Su cuerpo fue lanzado contra la pared del callejón por la que se deslizó hasta el suelo. Su 9mm voló mientras intentaba no contar las estrellas que veía frente a sus ojos. El otro vampiro se acercaba cuando Trevor sintió algo en su pierna. Mirando hacia abajo, vio la cabeza del vampiro al que acababa de disparar y la agarró.

      Tomando la cabeza decapitada por el cabello, Trevor lanzó esa cosa que todavía no terminaba de desintegrarse hacia el chupasangre que se aproximaba. La criatura lo esquivó y le gruñó, lista para atacar. Algo brillante resplandeció en sus ojos y Trevor vio una larga daga que salía de su pecho. Girando la cabeza, Trevor vio a Kat de pie, parecía un desastre.

      â€œÂ¡Cuidado!” Gritó Trevor.

      Kat levantó su otra daga y gritó de asombro cuando el vampiro tomó su mano y la arqueó hacia abajo, llevando la daga directamente a la parte interna de su muslo. El dolor solo le dio la fuerza para quitarse al vampiro de encima. Rápidamente tropezó sobre Trevor y logró sacar la daga de su muslo. Sintió el líquido caliente salir rápidamente y recorrer su pierna.

      Trevor sabía que había que hacer algo. Ambos estaban heridos ahora. Podía sentir el dolor en las costillas y el hombro y le resultaba difícil respirar. Mirando a Kat, que estaba de pie frente a él, pensó en su siguiente movimiento.

      Necesitaba transformarse en algo lo suficientemente grande y fuerte como para luchar contra ellos y sobrevivir. La desventaja era que si cambiaba, revelaría su verdadera naturaleza a Kat. Su raza nunca se había llevado bien con las otras tribus de cambiantes debido a su diversidad. Podían mezclarse con cualquiera de los clanes y desaparecer sin dejar rastro, a veces durante décadas a la vez. Ellos eran las armas perfectas en una guerra.

      Debido a esto, cualquier animal que él eligiera sería siempre diez veces más fuerte que ese animal en particular. En su forma humana las mismas reglas se aplicaban, pero no les había ayudado mucho hasta ahora. Sin embargo, si él no cambiaba, sus traseros estaban perdidos.

      De pronto Kat dejó caer su arma y se inclinó. Debido a sus lesiones, el cambio fue segundos más lento de lo normal. Su cuerpo se movió hasta que estuvo de cuatro patas. La ropa se cayó de su cuerpo y un bello abrigo de piel manchado negro tomó su lugar.

      Uno de los vampiros restantes atacó y Kat se levantó sobre sus patas traseras, bloqueándolo con algún tipo de llave de lucha libre. Sus garras se clavaron en los hombros de la criatura y descubrió ante ella sus largos dientes. Sin pensarlo dos veces, Trevor eligió ese momento para el cambio.

      Los dos restantes vampiros siseaban enojados cuando el ser humano que estaban a punto de atrapar se transformó en un oso Kodiak. Trevor lanzó una de sus gigantes garras sobre el que estaba más cerca y de un zarpazo le arrancó la mitad del cuerpo, dejando caer las piernas sin vida. Sabiendo que el vampiro no estaba muerto, Trevor se acercó a él y aplastó su cabeza con sus poderosas mandíbulas.

      Se levantó para ir a ayudar a Kat cuando los dos últimos vampiros lo atacaron con toda su fuerza. Trevor retrocedió unos pasos antes de rugir en voz alta y lanzar a uno de ellos, tirándolo por el callejón. Volvió a rugir cuando el último vampiro hundió sus dientes en su omoplato. Oyó el grito de jaguar de Kat, sintió como el muro de ladrillo caía en el costado de su sien y cayó luego del impacto.

      *****

      Quinn y Warren habían peinado toda la zona en un radio de cinco millas desde el club.

      â€œNo hay nada alrededor”, dijo Quinn tratando de dejar de lado su frustración. Algo no estaba bien... podía sentirlo en el aire.

      Warren oyó la tensión en la voz de Quinn. “Después de la pelea en el almacén, no estoy tan sorprendido.” Su teléfono zumbó causando que ambos hombres saltaran y se dieran cuenta de lo tensos que estaban. Sacó el celular del bolsillo de sus jeans.

      â€œHola”, contestó Warren y luego asintió con su cabeza después de un momento. “Está bien, vamos a comprobarlo”. Colgó y guardó el teléfono en el bolsillo. “Era Nick, parece que encontraron un túnel debajo de la iglesia”.

      â€œDeberíamos ir a verlo”, dijo Quinn tratando de ignorar el hecho de que su piel estaba llena de adrenalina y no tenía ni idea de dónde había venido.

      El grito característico de un jaguar atravesó la tranquila noche haciendo que ambos hombres se congelaran de repente. Volvieron sus cabezas en dirección al sonido antes de mirarse.

      -¡Kat! -exclamaron al unísono.

      Warren inmediatamente sacó el teléfono celular de su bolsillo y lo puso en una funda elástica alrededor de su tobillo.

      No vacilaron ni un instante y en segundos los dos hombres se habían transformado y corrían por la calle. La gente gritó y corrió para alejarse de los enormes gatos, causando una gran conmoción. Quinn tomó la delantera y corrió hacia el tráfico causando que un auto frenara en seco. El auto detrás de él se estrelló contra el primero golpeándolo por detrás, creando una reacción en cadena.

      Warren saltó el capó del primer auto y miró para asegurarse de que la gente estuviera bien antes de continuar siguiendo a Quinn por la carretera.

      El conductor del auto estaba temblando por lo que acababa de suceder y tomó su teléfono celular.

      *****

      Jason estaba mucho más que aburrido. Nada había sucedido realmente en los últimos días y con Tabby y Envy fuera de la ciudad, se estaba volviendo loco.

      Cuando sonó el teléfono, casi se muere del susto y contestó rápidamente.

      â€œEstación de guardabosques,” Jason dijo con voz de aburrimiento.


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