¿Cómo programar un curso? Guía para evaluar y autoevaluar el programa del curso. Andrei Fëdorov

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¿Cómo programar un curso? Guía para evaluar y autoevaluar el programa del curso - Andrei Fëdorov


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Es aquel en el que el profesor dedica 60% o más de las horas ante el grupo a impartir horas teoría. El propósito de este tipo de curso es “(...) la construcción de conocimiento a partir de desarrollos conceptuales, el análisis de casos e identificación de principios, entre otros. Este tipo de curso requiere horas de contacto de teoría a cargo del profesor” (Quesada, Cedeño y Zamora, 2001: 140).

      Se considera que la última afirmación de la cita pierde validez en los cursos no presenciales, donde el contacto con el profesor es virtual; además, se puede reflexionar sobre las responsabilidades que debe asumir el profesor bajo el rol de facilitador del proceso del aprendizaje.

      Curso por tutoría: “Es un curso teórico que se ofrece a un grupo de estudiantes muy reducido (a lo sumo 5 estudiantes), en el cual las actividades de aprendizaje tienen el carácter de estudio independiente. El docente tiene un papel de orientador del proceso” (Quesada, Cedeño y Zamora 2001: 141).

      Curso práctico: Es aquel en el cual el profesor dedica menos del 33% de las horas ante grupo a impartir de horas teoría. “Está orientado a la aplicación de conocimientos en un ámbito disciplinar determinado para desarrollar la madurez académica y profesional del estudiante. Este curso requiere pocas horas de teoría” (Quesada, Cedeño y Zamora 2001: 140).

      Curso teórico-práctico: Es aquel en el cual el profesor dedica entre el 33% y el 59% de las horas ante grupo a impartir de horas teoría. “Además de las características del curso teórico, tiene como finalidad emplear los conocimientos a afinar una habilidad o destreza para el análisis de situaciones concretas, simuladas o reales, el diseño de alternativas de acción y la posible ejecución de alguna de ellas” (Quesada, Cedeño y Zamora 2001: 140). Este tipo de curso demanda tanto horas de contacto con el profesor en las clases de teoría, como las horas de práctica y/o laboratorio.

      Seminario: “Está orientado a fomentar el trabajo en equipo y el aprendizaje autodirigido, ya que los participantes incorporan de manera equitativa los contenidos de la información que necesitan sobre un tema particular” (Quesada, Cedeño y Zamora 2001: 140-141). Este tipo de cursos se caracteriza por el papel protagónico de los aprendices, por la interacción y socialización de los conocimientos aportados por cada uno de los participantes. El docente, en este caso, asume un rol de facilitar el intercambio y la apropiación del conocimiento en forma horizontal.

      El Manual de normas y procedimientos para el cálculo de la carga del profesor en el Instituto Tecnológico de Costa Rica, citado anteriormente, reglamenta algunos elementos adicionales en los cursos de seminario. Ahí se indica que un Seminario es aquel curso en el cual el grupo investiga sobre algún tema, repartiéndose aspectos del mismo entre individuos o pequeños grupos. Tiene el doble propósito de profundizar en una temática específica y de enseñar- aprender a investigar. Al menos debe cumplir las siguientes condiciones: Los individuos o subgrupos, según corresponda, realizan investigación bibliográfica, de campo o laboratorio, sobre el aspecto que les corresponde. El grupo tiene reuniones periódicas en que se ponen en común los avances de los subgrupos y cuyo objetivo es el análisis crítico de los mismos. El profesor organiza, orienta, asesora y evalúa el trabajo de los subgrupos y del grupo en general; dirige las reuniones periódicas y atiende a los subgrupos para orientar y asesorar su trabajo tanto en la formulación del proyecto como en la ejecución y análisis de resultados. La temática general del seminario es aprobada por el consejo de departamento. Los trabajos realizados tienen carácter “acumulativo” en tanto se da continuidad a la temática y es retomada en períodos académicos sucesivos.

      Taller: se deriva de un curso teórico-práctico y su rasgo más particular consiste en la finalidad de buscar y resolver algún problema complejo particular, hasta llevarlo a incorporar a la realidad circundante. Se hace énfasis en el aprendizaje autodirigido y cooperativo.

      Seminario-taller: es una amalgama de los rasgos de los dos anteriores.

      Práctica supervisada: “Ofrece al estudiante la oportunidad tanto de iniciarse en su ámbito profesional, a través de la integración de la teoría y la práctica, como de interactuar con la realidad social. Esta experiencia es asesorada y evaluada por un docente” (Quesada, Cedeño y Zamora 2001: 141).

      Curso laboratorio: “Se caracteriza por verificar conocimientos mediante la realización de prácticas de habilidades y destrezas, cuyo desarrollo requiere la utilización de un espacio, materiales específicos, instrumentos y equipos especializados u otras condiciones especiales (. )” (Quesada, Cedeño y Zamora 2001: 141).

      Trabajo de campo: “Tiene como propósito integrar las competencias que posee el estudiante para aplicar o crear conocimiento en el área de su especialidad. Se realiza en un contexto o escenario particular. La realización del trabajo de campo, en un área específica de conocimiento, posibilita la coordinación entre varios cursos y entre varios docentes, lo que contribuye a reducir gastos de operación” (Quesada, Cedeño y Zamora, 2001: 141-142).

      Curso electivo (según la Gaceta del ITCR N° 24: 7): Aquel curso que forma parte del plan de estudios, cuyos créditos son computables como requisito de graduación y equivalentes entre sí para efecto del cumplimiento con el plan de estudios.

      Curso optativo: Aquel cuyos créditos no son computables como requisito de graduación y que, por consiguiente, el estudiante no está obligado a tomar ni el Departamento a impartir.

      Como se desprende de las descripciones anteriores, los tipos de cursos poseen características diferentes respecto a la organización del proceso educativo, el rol de los actores del proceso, contacto con la realidad de su especialidad, etc. Para los efectos de esta guía, es importante destacar la relación de coherencia entre el tipo de curso, la modalidad del programa, el área del conocimiento, relación con las competencias profesionales declaradas en el perfil del egresado y los objetivos del curso. No es un elemento aislado; más bien posee un carácter decisivo, ya que incide en la selección de contenidos, el cronograma, la metodología de la enseñanza y el aprendizaje y las formas de evaluación del curso (Fig. 3.).

      1.9. Indicar el número de créditos

      Según la definición del Consejo Nacional de Rectores de Costa Rica (CONARE), un crédito es una unidad valorativa del trabajo del estudiante que equivale a tres horas reloj semanales de trabajo, durante 15 semanas, aplicadas a una actividad que ha sido supervisada, evaluada y aprobada por el profesor. El cálculo de los créditos debe hacerse con el mayor cuidado, en cuanto deben reflejar el esfuerzo y el tiempo real que el estudiante deberá emplear para que se den. Se debe considerar horas teoría (en el aula y extraclase), horas laboratorio o prácticas (en el aula y extraclase), investigación, consulta bibliográfica, visita a campo, trabajo y reuniones en grupos, etc.

      Por ejemplo, cuando un plan de estudio de una carrera otorga a un curso cuatro créditos, esto significa 12 horas de trabajo total por semana del estudiante durante 15 semanas. Para calcular el número de créditos de un curso que no es de 15 semanas, se aplica la siguiente formula:

      La asignación de créditos tiene lugar a la hora del diseño del plan de estudios y, por lo tanto, se debe aceptar lo que estipula el plan (y entonces tomarlo en consideración para planificar la cantidad, profundidad y amplitud de los trabajos de los estudiantes, de acuerdo con la remuneración en créditos establecida). En el caso contrario, es necesario hacer una propuesta justificada del cambio de creditaje del curso y las modificaciones respectivas a la totalidad del plan de estudios de la carrera.

      Cabe anotar que, según la opinión de los expertos en el diseño curricular (por ejemplo, de acuerdo con lo declarado por la M.Sc. Marta Quesada, 26 de junio del 2002 en el TEC, en el taller de Diseño curricular del CEDA), ninguna actividad educativa supervisada puede carecer de créditos. En torno a esta afirmación se prevé una gran discusión sobre los créditos por otorgar de los cursos culturales, deportivos y de formación humanística del ITCR.

      Además, se cita el Art. 36 del Reglamento de Régimen de la Enseñanza y el Aprendizaje del


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