Principios del entrenamiento de la fuerza y del acondicionamiento físico NSCA (Color). G. Gregory Haff

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Principios del entrenamiento de la fuerza y del acondicionamiento físico NSCA (Color) - G. Gregory Haff


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descanso. Los tipos de entrenamiento con períodos cortos de descanso obtuvieron las mayores concentraciones séricas en comparación con los protocolos con descansos más largos y un total de trabajo similar; sin embargo, en la actualidad no está claro cómo las diversas formas moleculares (p. ej., agregados y variantes de corte y empalme) o los tipos de GH resultan afectados.

       Respuestas de la hormona del crecimiento en las mujeres

      Durante el ciclo menstrual, las mujeres presentan concentraciones sanguíneas de GH 22 kDa más elevadas que los hombres debido a la mayor frecuencia y amplitud de secreción. Las concentraciones y respuestas hormonales al ejercicio varían según la fase del ciclo menstrual (29), aunque no estén claros los mecanismos de dicha variación. Kraemer (114, 117) halló que, al comienzo de la fase folicular del ciclo menstrual, las mujeres presentan concentraciones de GH 22 kDa significativamente más altas que los hombres. Además, con el uso de un protocolo de ejercicio resistido intensivo, caracterizado por largos períodos de descanso (3 minutos) y grandes cargas (5RM), las concentraciones de GH 22 kDa no aumentaron por encima de las concentraciones en reposo. Sin embargo, cuando se usó un protocolo de ejercicio resistido moderado (10RM) y cortos períodos de descanso (1 minuto), se observaron aumentos significativos de los valores séricos de GH 22 kDa. Los patrones de respuestas hormonales a las distintas rutinas de ejercicio resistido tal vez varíen durante el curso del ciclo menstrual debido a alteraciones en los niveles en reposo (114, 117); además, la anticoncepción hormonal (p. ej., píldoras anticonceptivas que contienen estrógenos) parece aumentar la respuesta de la GH 22 kDa al ejercicio resistido (127). No obstante, los patrones de respuesta de hombres y mujeres al mismo protocolo de ejercicio resistido son parecidos cuando se comparan las sesiones (p. ej., los descansos cortos causan una mayor elevación de GH 22 kDa en comparación con las sesiones con largos períodos de descanso) (114).

      Los estudios muestran que la GH bioactiva también está compuesta de muchos tamaños moleculares distintos basados en los tamaños moleculares que se ligan entre sí (p. ej., dos monómeros unidos forman un dímero de 44 kDa, y así sucesivamente mientras se vayan agregando monómeros de GH) (128). Lo interesante es que, en las mujeres, la GH bioactiva se ha visto alterada por el entrenamiento resistido. Parece que las concentraciones en reposo se elevan mientras se producen pequeños cambios en la variante de GH 22 kDa (125). Además, las concentraciones de GH bioactiva no son tan altas en las mujeres mayores como en las mujeres jóvenes, y el ejercicio resistido con pesas es un estímulo más potente para la GH bioactiva que el ejercicio aeróbico de fondo (65). Los estudios iniciales mostraron que los anticonceptivos también tienen efectos mínimos sobre las formas de GH bioactiva. Además, se observaron altas concentraciones de GH bioactiva en mujeres que tienen más fuerza, lo cual también sugiere la importancia de las formas de agregados de GH (123). Estas nuevas revelaciones sobre la hormona del crecimiento muestran la complejidad potencial del sistema endocrino y que tenemos mucho más que aprender sobre estas importantes señales para los tejidos.

      Los efectos de la periodización del entrenamiento resistido en el curso del ciclo menstrual todavía tienen que ser objeto de examen y se necesitan más estudios de investigación para dilucidar cualquier mecanismo de adaptación neuroendocrino asociado a la función sexual (43). En la actualidad, las reducidas concentraciones de testosterona y las distintas concentraciones hormonales en reposo de la mujer durante el curso del ciclo menstrual parecen ser las diferencias neuroendocrinas más llamativas respecto a los hombres.

       Adaptaciones al entrenamiento de la hormona del crecimiento

      Parece que las concentraciones de GH se deben medir durante períodos de tiempo más largos (2-24 horas) para comprobar si se producen cambios con el entrenamiento resistido. El área situada debajo de la curva temporal, que comprende diversos efectos pulsátiles, revela si se han producido cambios en la liberación de la GH. Las respuestas de la GH al entrenamiento resistido no han sido objeto de muchos estudios, aunque la observación de concentraciones normales de GH 22 kDa en halterófilos de elite sugiere que hay pocos cambios. Es probable que las diferencias en los mecanismos de retroalimentación, los cambios en la sensibilidad de los receptores hormonales, la potenciación del IGF, las variaciones diurnas y las concentraciones de ejercicio máximo medien en las adaptaciones de la GH al entrenamiento resistido. Las tendencias típicas en los cambios relacionados con el entrenamiento parecen ser una reducción de la respuesta de la GH 22 kDa a un esfuerzo absoluto y a las alteraciones de las características pulsátiles de la GH 22 kDa. La reducción de las respuestas inducidas por el ejercicio de la GH 22 kDa tal vez manifiesten interacciones potenciales con otras formas de peso molecular. Las respuestas individuales durante un período de nueve meses fueron muy variables, sin cambios significativos a lo largo del tiempo en un grupo de halterófilos de elite (observaciones de un estudio sin publicar). Esto probablemente signifique que se estaban produciendo mayores cantidades de agregados como la GH; la forma GH 22 kDa se está volviendo menos importante a medida que prosigue el estudio de la hipófisis, dado que la mayor parte de la GH se encuentra en forma de agregados o compuestos. Es esta un área que es y seguirá siendo objeto de estudio en el futuro. Como ya ha quedado claro, los datos iniciales indican que en las concentraciones en reposo y en algunas formas de peso molecular de la GH de las mujeres también influye el entrenamiento resistido a largo plazo (125). En la actualidad parece que las respuestas de la GH 22 kDa inducidas por el ejercicio son lo que cambia con el entrenamiento, siendo pocos los cambios en las concentraciones en reposo, excepto por las pequeñas subidas y bajadas durante el ciclo menstrual. En el caso de la GH bioactiva, en contraste con la GH en su forma monomérica de 22 kDa, son las concentraciones en reposo las que tal vez experimenten los mayores cambios, con las sutiles alteraciones de algunas fracciones bioactivas de peso molecular más alto que 22 kDa (125). Sin embargo, todavía estamos lejos de comprender el modo en que la GH cambia con el entrenamiento resistido a largo plazo.

       Factores de crecimiento insulinoides

      Pequeños polipéptidos, denominados factores de crecimiento insulinoides (IGF) o somatomedinas, median en algunos de los efectos de la GH 22 kDa (27, 37, 45). Se ha postulado que una superfamilia de IGF podría ser un importante biomarcador de la salud y el rendimiento (145, 150). El factor de crecimiento insulinoide tipo I es un aminoácido polipéptido de 70 nucleótidos, y el factor de crecimiento insulinoide tipo II es un aminoácido polipéptido de 67 nucleótidos; la función de este último es menos clara. De nuevo, existe una familia de péptidos con proteínas transportadoras. El hígado secreta IGF después de que la GH 22 kDa estimule los hepatocitos para sintetizar IGF. Además de la GH, otros factores como la hormona tiroidea y la testosterona también intervienen en la regulación de la síntesis del IGF (193-196). Como otras hormonas polipeptídicas, estos dos factores del crecimiento se sintetizan como moléculas precursoras mayores, que luego experimentan un procesamiento para formar las otras variantes de las mismas hormonas activas. Los factores de crecimiento insulinoides viajan por la sangre unidos a proteínas transportadoras; en el tejido de destino, los IGF se disocian de la proteína transportadora e interactúan con los receptores (1, 175, 176). Los niveles sanguíneos de IGF se suelen medir como el nivel total (de compuestos y libres) o concentraciones de IGF libre.

      Se han identificado al menos seis proteínas transportadoras distintas en la sangre circulante que regulan el IGF disponible para la interacción con receptores: proteínas transportadoras de IGF-I 1 a 6, siendo la respuesta al ejercicio de las proteínas transportadas 1 y 3 lo más estudiado. Cada proteína transportadora responde independientemente al esfuerzo del ejercicio y tiene sus propias acciones biológicas.

      Las proteínas transportadoras son factores importantes en los mecanismos fisiológicos y de transporte de IGF (22, 23, 49). El factor de crecimiento insulinoide estimula la secreción de sus propias proteínas transportadoras dentro de las mismas células musculares, con lo cual modula la sensibilidad de la célula al IGF (140). Las proteínas transportadoras de IGF en la sangre circulante desempeñan un papel importante en la restricción del acceso de los péptidos IGF a los receptores, y en ellas influyen las concentraciones de GH 22 kDa. Otros factores, como el estado nutricional y los niveles de insulina, también han demostrado ser importantes mecanismos de transmisión para la liberación de IGF. La influencia de la nutrición sobre el transporte, producción y control


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