Renuncia por amor. Rebecca Winters

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Renuncia por amor - Rebecca Winters


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      Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.

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      Editado por Harlequin Ibérica.

      Una división de HarperCollins Ibérica, S.A.

      Núñez de Balboa, 56

      28001 Madrid

      © 2000 Rebecca Winters

      © 2020 Harlequin Ibérica, una división de HarperCollins Ibérica, S.A.

      Renuncia por amor, n.º 1591 - agosto 2020

      Título original: His Very Own Baby

      Publicada originalmente por Harlequin Enterprises, Ltd.

      Todos los derechos están reservados incluidos los de reproducción, total o parcial.

      Esta edición ha sido publicada con autorización de Harlequin Books S.A.

      Esta es una obra de ficción. Nombres, caracteres, lugares, y situaciones son producto de la imaginación del autor o son utilizados ficticiamente, y cualquier parecido con personas, vivas o muertas, establecimientos de negocios (comerciales), hechos o situaciones son pura coincidencia.

      ® Harlequin, Jazmín y logotipo Harlequin son marcas registradas propiedad de Harlequin Enterprises Limited.

      ® y ™ son marcas registradas por Harlequin Enterprises Limited y sus filiales, utilizadas con licencia.

      Las marcas que lleven ® están registradas en la Oficina Española de Patentes y Marcas y en otros países.

      Imagen de cubierta utilizada con permiso de Harlequin Enterprises Limited.

      Todos los derechos están reservados.

      I.S.B.N.:978-84-1348-713-7

      Conversión ebook: MT Color & Diseño, S.L.

      Índice

       Créditos

       Capítulo 1

       Capítulo 2

       Capítulo 3

       Capítulo 4

       Capítulo 5

       Capítulo 6

       Capítulo 7

       Capítulo 8

       Capítulo 9

       Capítulo 10

       Si te ha gustado este libro…

      Capítulo 1

      BLAIRE Regan salió del coche de alquiler y cerró la puerta. A aquellas horas de la mañana olía a lluvia. Pronto empezaría a caer. Estaba en el lugar de la excavación, a las afueras de Warwick, en el estado de Nueva York. Tras mirar a su alrededor se encontró con un par de estudiantes que salían de uno de los numerosos remolques.

      –Disculpad, ¿podríais decirme dónde puedo encontrar al profesor Alik Jarman? Me han dicho que es el geólogo especialista de este proyecto.

      Dos cabezas se giraron al mismo tiempo hacia ella. Averiguar el paradero exacto de Alik le había costado varios días y unas cuantas conferencias telefónicas a varias universidades del estado de Nueva York. Era siempre halagador que un joven la mirara con admiración, pero en aquel momento estaba tan nerviosa y asustada que no era capaz de apreciar la atención. Le temblaban tanto las piernas que era un milagro que siguiera en pie. Y más aún que pudiera caminar. El chico rubio sonrió y contestó:

      –Vive en un remolque por ahí, al fondo.

      Había llegado al lugar adecuado de milagro.

      –¿Eres estudiante del equipo del profesor Fawson, de la New York University, por casualidad? –preguntó el compañero con ojos azules brillantes.

      La razón por la que Blaire estaba allí no era de la incumbencia de nadie, pero tampoco podía culpar a aquellos chicos por intentar ligar. Estaban a primeros de octubre, las clases universitarias acababan de comenzar y, como era natural, creían que ella era una estudiante. Blaire podía ver al resto de sus compañeros trabajando a cierta distancia.

      –Me temo que no, pero gracias por vuestra ayuda.

      –De nada –contestó uno de ellos mientras Blaire volvía al coche para avanzar por el camino polvoriento hasta el final.

      Una gota cayó sobre el parabrisas, y luego otra. El aparcamiento no tardaría en convertirse en un barrizal. Cuanto más se acercaba al remolque de Alik, su hogar temporal, más se le aceleraba el pulso. Podía escuchar los latidos de su corazón resonando en sus oídos.

      Cuando realizaba trabajos de campo la jornada laboral de Alik comenzaba al amanecer, así que era perfectamente posible que no estuviera. Blaire había abandonado el Bluebird Inn, su hotel en Warwick, a las cinco y media de la madrugada esperando pillarlo antes de que se marchara a medir tierras, propiedades, y hacer mapas de recursos hidráulicos.

      Durante las clases de Introducción a la Geología que él había impartido como profesor invitado en la universidad de UCLA, San Diego, California, un año atrás, Blaire había aprendido que había un enorme abanico de disciplinas científicas relacionadas en el estudio de la tierra. Sin embargo, todas aquellas cortas charlas mantenidas antes y después de las clases jamás habían sido suficientes para Blaire. Tras llevarla Alik a casa un día por encontrarse enferma, Blaire se había enamorado profundamente del atractivo hombre del este.

      Y, según parecía, aquel breve rato en su coche tampoco había satisfecho las necesidades de él. Una vez que ella se recobró de su enfermedad él le sugirió que fueran a cenar a un restaurante con vistas al mar. Y, desde aquel momento, nunca más habían vuelto a separarse. Tras un breve pero romántico cortejo, en el que abundaron los paseos a lo largo de la playa, Blaire y Alik fijaron una fecha para su boda y después volaron a la ciudad de Nueva York a hablar con la familia de él.

      Y fue entonces cuando comenzó la historia de horror. Blaire no había tenido más alternativa que romper el compromiso. En realidad, jamás había imaginado que volvería a verlo, sobre todo después de todo lo que había sufrido. Sin embargo había ocurrido algo inimaginable, algo sobre lo que necesitaba hablarle. Si no lo hacía, jamás podría volver a vivir tranquila consigo misma.

      Al salir del coche, Blaire sintió que se le secaba la boca. Tenía que reunir coraje, caminar hasta el remolque y leer el cartel clavado en la puerta. No era de extrañar que Alik hubiera tenido que colgarlo para delimitar así sus horas de trabajo de las de descanso: las estudiantes de San Diego lo habían perseguido constantemente.

      ¿Tendría Alik relaciones


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