El bullerengue colombiano entre el peinao y el despeluque. Martha Ospina Espitia
Читать онлайн книгу.estética en el arte) y prosaica (prácticas de producción y recepción estética en la vida cotidiana). Tal perspectiva aporta al estudio del bullerengue como práctica viva en el acontecer cotidiano que es susceptible de pensarse como matriz social y como tema de producciones artísticas (poética) que circula por los escenarios, susceptible de ser examinada como matriz social u obra de arte con sus propias reglas de configuración.
El bullerengue es una actividad estética que se produce en el cotidiano y, por lo tanto, está constituida por realidades matriciales que son expresión de las representaciones configuradas social e individualmente, produciendo identidades. Es constituido como efecto de estrategias de configuración de identidades y, en este sentido, puede ser su instrumento estratégico de intercambio. El estudio de los intercambios sensibles que le dan forma conduce a examinar las relaciones de los sujetos entre sí y con el entorno, los recursos que emplean y los intercambios que se dan, bien sean estos “palabras o dinero, materia o energía, poder o flujos, cuerpos o artefactos, emociones o ideas” (Mandoki 2006b, 18). Dichos intercambios estéticos8 en el bullerengue pueden ser económicos (bienes y trabajo), semióticos (de mensajes, discursos, signos o enunciados), libidinales (de deseos, flujos y placeres sexuales) y estéticos (de efectos sensibles) (Mandoki 2006b, 18).
La sensibilidad es percibida fenomenológicamente por el sujeto como capacidad suya y, por extensión o analogía, como una capacidad del otro a través de actos concretos en el intercambio estético. En tales actos hay una actitud o talante que Mandoki denomina dramática y hay modos de comunicarla que denomina retórica. Estos modos son retóricos y no simplemente enunciativos porque pretenden provocar efectos sensibles en el interlocutor, trátese de persuadirlo, controlarlo o valorarlo. En su matriz de sensibilidades, Mandoki combina dos coordenadas9 que conforman el intercambio estético. La coordenada horizontal corresponde a la retórica: “brío del talante de la actitud; acto de influir el pensamiento y la conducta del auditorio: es el enunciado persuasivo” (Mandoki 2006b, 20); allí se encuentran las formas de registro sígnico: léxico, acústico, somático y escópico. La coordenada vertical es la dramática, “actitud o talante; acciones de la vida cotidiana que producen efecto sensible en el individuo: nivel energético”; allí se encuentran las formas de registro simbólico: proxémica, cinética, enfática y fluxón (Mandoki 2006b, 20) (anexo 3).
La matriz para el estudio de las sensibilidades sociales de Mandoki inspira y aporta a nuestro protocolo de análisis, cuyo objetivo es captar la dinámica sensible e intersensible de las representaciones sociales de sujetos que participan de la práctica del bullerengue, como vía para comprender la dinámica de la configuración de subjetividades de las personas que se identifican como bullerengueros. Esto implica un despliegue metodológico que incluye la interacción con lo que hacen los sujetos en su ámbito de experienciación y, por lo tanto, su interacción con nuestras propias representaciones sociales y nuestra configuración sensible.
En las intersensibilidades se ponen en juego las maneras del sentir personal y colectivo, así como los sentidos que se le otorgan a dichos sentires y que, a su vez, generan las representaciones de sí mismo y las colectivas (sociales y culturales). El estudio de las manifestaciones de las sensibilidades personales y colectivas en el bullerengue es posible si entendemos que ellas se concretan en expresiones corporales, intercorporales o relacionales susceptibles de ser observadas (gestos, movimientos, intenciones, organización temporal/espacial de las acciones, uso expresivo de los elementos, proxemia, roles y agenciamientos) en la manera como lo expresan o nombran, lo que dicen de la experiencia de hacer bullerengue10 (tipo y forma del lenguaje empleado, expresiones verbales, expresiones gestuales, corporales o sonoras al hablar, la manera como describen y delimitan el hacer, lo que hacen relevante, lo que particularizan como agradable o desagradable de su práctica o entorno) y, particularmente, en la forma como lo significan y le dan sentido, manifiesta en los énfasis y dinámicas expresivas y relacionales que aparecen (emociones, críticas, reconocimientos, roles, agenciamientos, conflictos, arreglos, propuestas, etc.). Esta consideración respalda el diseño de nuestro Protocolo de análisis (anexo 4).
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En síntesis, basamos nuestra toma de decisión metodológica para el estudio de la configuración de subjetividades en cinco pilares, cuya concepción, elaborada a partir de nuestro diálogo con los teóricos citados, guía el diseño metodológico que nos conduce a estudiar las dinámicas de las intersensibilidades que se producen en los performances del bullerengue:
Bullerengue: práctica cultural corpo-oral de configuración subjetiva. Experienciada en clave de clase, raza, nivel educativo, territorio y género, en su comprensión hay tensiones e interfluencias sensibles. Estas se encuentran entre la experiencia de las personas que la ponen en marcha desde el performance corporal y los contenidos memorísticos colectivos y de la historia oficial; las versiones académicas de su devenir y su ubicación dentro de los folclorismos; las estéticas promovidas por el consumo cultural y la moda; las versiones académicas de la formación danzaria y las apuestas artísticas escénicas.
Subjetividad: ámbito específico de los procesos de constitución de sí en las condiciones de la cultura. La subjetividad está configurada por las dinámicas de la experiencia del ser sí mismo en tensión con las dinámicas de la experiencia del ser y pertenecer a lo colectivo, a lo comunitario políticamente generado, donde son decisorios a la vez la experiencia de la clase social, la raza, el género, el nivel educativo, el territorio, etc., que se encuentran en la base de la configuración dinámica de las representaciones. La experiencia cambiante de la subjetividad es una experiencia sensible que se halla en relación directa con aquello que se siente, que se percibe a través de los sentidos, así como de los sentidos múltiples implícitos en cada acontecimiento vivido.
Performances: modelos de realidad social fluidos e indeterminados, donde las estructuras son transformables y transformadas. En ellos se evidencian las cualidades procesales de la vida sociocultural de las sociedades, donde las reglas del comportamiento social existentes dejan un margen de manipulación, apertura, alteración, un margen de indeterminación parcial que puede verse en los procesos de adaptación situacional. Los procesos y la experiencia son su materia determinante, al tiempo que son los conectores entre cuerpo, cerebro y cultura.
Representaciones: construcciones que hace la gente o los grupos acerca de los objetos o de realidades que los afectan y que están ligadas al interés y a la afectividad social. Son realidades constitutivas de la persona de cuya existencia encontramos evidencia en la vida cotidiana. Constituyen fenómenos complejos con totalidad significante que los seres humanos fabricamos para ubicarnos y orientar nuestras acciones respecto de otros seres humanos. La representación es social porque es producto de la co-construcción del mundo en la intersubjetividad y en la intersensibilidad. Es una construcción que expresa la subjetividad, la experiencia de los sujetos mismos y que va a construir a través de una interpretación de lo que es la realidad, generando el sentido que se da al mundo exterior en la construcción del objeto desde el discurso y desde otros elementos posibles de ser analizados, como la corporeidad sensible y las dinámicas de ella en los entornos y escenarios sociales y culturales.
Sensibilidad: condición de receptividad, de porosidad, de membrana que conecta y separa a la vez a un sujeto con su mundo. Las manifestaciones de las sensibilidades personales y colectivas se concretan en expresiones corporales, intercorporales o relacionales del sentir, susceptibles de observarse en la manera como los sujetos hacen, como expresan o nombran y como significan y dan sentido. Las sensibilidades e intersensibilidades, reconocidas como expresión del sentir aprendido, normado y situado políticamente, evidencian y configuran las representaciones sociales de sujetos que participan de la práctica social y son vía para comprender la dinámica de la configuración de subjetividades de los sujetos que se identifican como pertenecientes a un colectivo.
Notas
1 Islas no hace referencia al baile-danza como intencionalmente lo nombramos aquí, sino a la Danza como manifestación artística.
2 Esta es otra forma de nombrar la distancia que pretendemos establecer entre las formas de la danza