Mi nombre es Kim West, soy una terapeuta certificada de niños y familia, y mamá de dos niñas. Mis clientes me conocen como “The Sleep Lady®”. Durante los últimos diez años me he dedicado a ayudar a miles de padres cansados a encontrar soluciones para los problemas de sueño de sus hijos, desde bebés en edad para dormir toda la noche pero que aún no lo logran, hasta niños que se resisten a sus siestas y otros más grandes que no se quedan en sus camas (o se escurren a la de sus padres por la noche). Mi método, al cual llamaré el “Método Sleep Lady®”, se basa en cambios por pasos en las horas de sueño, siestas y rutinas a mitad de la noche que no hayan funcionado para estas familias. Para los padres de bebés en particular, esta es una alternativa más amable que la de esperar a que los niños se cansen de llorar. En última instancia, los niños con los que trabajo desarrollan hábitos de sueño independientes y aprenden a dormir solos toda la noche, a sabiendas de que papá y mamá están cerca.

      Lo que hace exitoso al Método Sleep Lady® es que no es una solución que se aplica de la misma forma a todas las familias. Cuando trabajo con una familia, tomo en cuenta sus valores, estilo de vida y filosofía de crianza para no sugerir algo que incomode a los padres. Hacerlo sería contraproducente (debo hacer énfasis en esto): un plan que no puedan seguir está destinado a fracasar.

      Por otra parte, el Método Sleep Lady® no es una solución de la noche a la mañana. Esencialmente, le estás enseñando a tu hijo una nueva habilidad. Sé paciente y recuerda que aprender algo nuevo —ya sea caminar, manejar una cuchara, dejar los pañales o dormir toda la noche— lleva tiempo. Sin embargo, las familias con las que trabajo resuelven la mayoría de los problemas de sueño de sus hijos en dos semanas (situaciones como despertar temprano y las siestas pueden tomar un poco más de tiempo).

       Cómo usar este libro

      Para obtener los mejores resultados, te recomiendo que leas los primeros capítulos de este manual antes de crear tu plan (en la página 45), además del que corresponde a la edad de tu hijo de mi libro Good Night, Sleep Tight. Por favor, lee este manual de principio a fin antes de comenzar a ayudar a tu hijo a dormir mejor. Recuerda que el éxito que obtengas depende de la constancia, seguimiento y paciencia, al igual que del compromiso de parte de todas las personas que cuidan de tu pequeño, incluyendo tu pareja, los abuelos y la niñera.

      ¡Qué tengas muchas noches de dulces sueños!

      Kim West,

      trabajadora social clínica certificada, The Sleep Lady®

      Aviso legal: la información y consejos presentados en este libro han sido revisados por un pediatra calificado. Sin embargo, no deben sustituir el consejo de tu médico familiar o algún otro profesional de la salud capacitado. Es aconsejable que consultes a un profesional de la salud en relación a todos los temas que requieran atención médica o diagnóstico para tus hijos. Consulta a un doctor antes de administrar o comenzar cualquier tratamiento, como puede ser enseñarle a tu bebé o niño a dormir mejor.

       CAPÍTULO 1

       Antes de comenzar

      Creo firmemente que una comprensión sólida de los principios del sueño es la clave para que funcione un plan para ayudar a tu hijo a dormir mejor. Entiendo que quizás estés ansiosa por comenzar y que te tiente saltarte este capítulo, pero si no has leído Good Night, Sleep Tight, entonces este capítulo (y el próximo) son esenciales para tu éxito.

      Incluso si ya leíste Good Night, Sleep Tight, puedes omitir esta parte y leer únicamente los capítulos sobre consistencia y sobre cómo evitar refuerzos intermitentes en las páginas 6 y 7. Dado que todos necesitamos escuchar las cosas al menos tres veces antes de en verdad entenderlas, y considerando que quizá estés demasiado cansada últimamente como para recordar algo, es esencial que tomes tiempo para refrescar tu memoria sobre estos importantes conceptos.

      Información básica del sueño

      • Un horario regular es clave. Ir a la cama en la noche y despertar cada mañana a la misma hora es vital para los niños. Esta consistencia mantiene su reloj biológico (es decir, el ritmo circadiano) en orden, lo que garantiza que obtengan un sueño de calidad. Incluso los adultos deberían tener una rutina regular para acostarse y despertar. Está bien variar esta rutina los fines de semana, pero sólo por una hora.

      Si se pasa el horario natural de sueño de tu hijo —en otras palabras, su “ventana de sueño”—, su cuerpo comenzará a segregar hormonas, incluyendo cortisol, el cual actúa como una forma leve de adrenalina; esto puede hacer que esté demasiado tenso como para conciliar el sueño con facilidad (imagino que esto debe sentirse como estar exhausta y tratar de dormir después de haber tomado mucha cafeína). Eventualmente, después de que ambos hayan aguantado un largo rato de llanto, tu hijo finalmente se quedará dormido. “Por fin —

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