Decadencia. Adrian Andrade
Читать онлайн книгу.del General Farrell sobre Kurtis Falkner. Quizás haya sido impartido por el alto mando sin su consentimiento porque conociéndole bien, no era cualquier tonto para tener a alguien tan estúpido porque grosero era poco.
Warwick desconocía la ubicación del supuesto Cuartel de Comando Replicante, suponía que estaba en alguna parte de Washington, posiblemente cerca de la casa presidencial, ahí escondida por debajo de la tierra.
No era de extrañarse que los grandes líderes de la Nación se ocultaran de ese modo. Triste era la tardanza en responder tras asegurarse su sobrevivencia al lado de su familia y cualquier otro tonto relevante.
Estás limitaciones hacían de su trabajo un ambiente frustrante, hacer mucho con tan escaso a su disposición a sabiendas de los recursos disponibles.
A pesar de que su habitación se encontrara rodeando los cubículos y subiendo las escaleras hacia el lado derecho, solía dormir por unas cuantas horas en su oficina cuando de plano se encontraba exhausto.
Para nada despegaba su atención del monitor, cuya normalidad radicaba en cerciorarse de que los sistemas estuvieran en perfectas condiciones dado que un simple error podría costarles todo el trabajo invertido.
Y ni aquella rigurosa supervisión calmaba su intranquilidad. La razón de que Warwick siguiese en un conflicto consigo mismo se debía a lo ocurrido hace tres años.
Desconocía si su repentina decisión había sido la correcta bajo ese delicado contexto. La excusa consistió en la falta de confianza con su propio sector; si se corría la voz, las consecuencias hubieran sido fatales poniendo en absoluto peligro la subsistencia humana.
El problema actual al cual se encontraba amarrado era nada menos que el desinterés sobre su bienestar y la de su equipo. Siquiera confiaban en éste para acudir a lidiar la ausencia de información o reportarse sin filtros con el General.
Se desconocía que tanta de la información entregada a Kurtis llegaba al oído del General. Analizando su situación, muy poca o de plano nula.
—Comandante Hawthome —interrumpió Idelle—, le informo que el Escuadrón Beta viene en camino.
—No tenía idea de que habían salido.
—Está redactado en el reporte que le dejé en su escritorio.
—Apenas voy llegando, en resumen qué pasó.
—No me quisieron dar información de más a parte de lo reportado en el expediente.
—¿Y eso?
—La Teniente Wells prefiere tratarlo de manera personal con usted.
—¿Tanto para no hacerlo por radio?
—Fue muy insistente ¿quiere que vuelva a hablar con ella?
—No será necesario, gracias Idelle.
—Para servirle Comandante.
Idelle asintió en buena fe y lo dejó a solas como siempre habituaba.
Warwick se levantó de su asiento y dio unos pasos reflexionando sobre el retorno del Black-Ghost. Esta noticia era inquietante porque significaba que algo terrible había sucedido o estaba por suceder.
Tras tanta especulación decidió darle un descanso al tema y regresó a su asiento. Cerró los ojos con las intenciones de tomar un ligero descanso. Sin poderlo evitar, se quedó dormido.
Al paso de una hora fue despertado por la alarma que notificaba la aparición inoportuna de un fenómeno natural. Últimamente en cada mes sucedían varios fenómenos como terremotos y huracanes, pero en esta ocasión se trataba de un tornado de fase seis, lo cual ni siquiera sabían que podría desencadenarse.
Warwick salió disparado de su oficina para reunirse con los analistas y operativos para resolver la reciente situación. Los miembros habitaban ansiosos moviendo las hojas y registrando la base de datos para verificar la información.
Había bastante incertidumbre sobre el origen de un tornado en un perfecto pronóstico de cielo despejado. Después de tanto avance tecnológico, el clima seguía siendo impredecible al pronosticarse.
—¡Cómo demonios se formó un tornado de la nada! —reclamó Warwick.
—No tenemos idea —contestó Gale— sólo apareció.
—Digan lo que saben.
—El tornado es un tipo de arma biológica avanzada —comentó Leith—, el procesador señala que su formación está siendo transmitida y controlada desde una base acuática cuyas coordenadas me encuentro rastreando y decodificando porque hasta la propia señal está complejamente resguardada.
—Comandante —interrumpió Gale—. Acabo de calcular su trayectoria y va directo hacia el Black-Ghost.
—¡Debemos avisarles!
—Nuestras transmisiones han sido bloqueadas por algún tipo de virus que se filtró durante la investigación de la señal —reveló Jed.
—¡Es una distracción! —reveló Sharon.
—¿Pero de qué nos están distrayendo? —preguntó Myra.
—La pregunta correcta es quién nos está distrayendo —Kurtis hizo un acto de presencia mediante su indiferente registro de voz.
—¿Tiene algo importante por compartir representante Falkner?
—Es obvio —habló Kurtis con autoridad—. La Legión logró burlar su sistema.
—Sígame por favor.
Warwick y Kurtis se dirigieron hacia una esquina para discutir.
—¡Déjese de psicología barata y escúpalo!
—Relájese Comandante, no le vaya a dar un infarto, no es el primer humaliedroide que logra burlar el sistema, ya han existido otros, pero esta información es clasificada.
—¿Quiere ponerme a prueba?
—Se trata de enviarnos un mensaje.
Idelle quien casualmente iba pasando se quedó sorprendida al escuchar la última palabra de Kurtis.
—¿No comprendo?
—Debemos asumir que hay un traidor en el Escuadrón Beta.
—Los agentes abordo del Black-Ghost han estado en constantes operativos arriesgando su vida para que los acuse de traidores.
—Si fuera usted, me preocuparía por descubrir cuál fue el mensaje.
—En su posición, dejaría de besar tantos traseros.
—Detecto envidia Comandante ¿Será porque pronto su puesto será mío?
—Primero muerto.
—Fácil de arreglar y fácil de justificar.
—Le recuerdo representante Falkner que está frente a un superior.
—No por mucho Comandante Hawthome —expresó Kurtis— se lo aseguro.
Kurtis le dio la espalda y salió de la sala.
La conversación no se había desarrollado en secreto ya que el equipo se encontraba discutiendo las posibles teorías de la reciente situación.
—El reporte de la Teniente Wells decía que los tres forasteros fueron eliminados, quizá este incompleto —comentó Nathan.
—Deja eso —comentó Myra— ¿Cómo es que un humaliedroide logró burlar la computadora del Escuadrón Beta, sólo un ser supremo lo podría hacer?
—No es obvio —respondió Gale—, alguien de ellos cometió el error de no monitorear.
—Quizás no fue un error sino fue a propósito —reflexionó Keene.
—¡Entonces podría tratarse de un traidor! —exclamó Sharon.
—¡Sinceramente