Caída y ascenso de la democracia. David Stasavage

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Caída y ascenso de la democracia - David Stasavage


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un caso de democracia temprana en una región del mundo muy distinta y sobre la cual disponemos de mucha mejor evidencia etnográfica. En el año 1609, durante un viaje por el río San Lorenzo, el explorador francés Samuel de Champlain se encontró con un pueblo nativo que sería después conocido por los franceses como los “hurones”, un término que, en el francés de la época, se utilizaba referido a los rufianes. Los hurones se llamaban a sí mismos “wyandotes”. En los años siguientes, los misioneros jesuitas franceses viajaron al territorio de los hurones para intentar convertir a la población al cristianismo. Como resultado dejaron un extenso testimonio que describe a la sociedad hurona, incluido el modo en que se gobernaba a sí misma.36 Gracias a ello, sabemos más sobre la sociedad hurona en el momento del contacto europeo que sobre los iroqueses, sus vecinos del sur, más famosos. Respecto a los iroqueses –que se llamaban a sí mismos haudenosaunee, o ‘gente de la casa larga’–, los mejores relatos etnográficos datan de una época posterior a la introducción de las enfermedades y las armas de fuego europeas.

      FIGURA 2.1. Un mapa de Huronia

      El maíz era la principal fuente de alimento para los hurones, y el resto de las calorías las obtenían mediante la caza y la recolección. Su tipo de agricultura requería trasladar las aldeas cada veinte años, aproximadamente. La sociedad hurona se dividía en cuatro tribus distintas, con ocho clanes diferentes; cada aldea pertenecía a una sola tribu, pero en ella estaban representados múltiples clanes: es el mismo modelo transversal que vimos en las tribus de Atenas.

      Por encima del nivel de la aldea, cada tribu hurona tenía también un consejo compuesto por el jefe de una tribu y los de los clanes. Aunque el jefe de la tribu era el supuesto responsable, tenía poco poder coercitivo; no contaba en realidad con subordinados que utilizar con esa finalidad, y los jefes de los clanes mantenían un alto grado de independencia.

      El último nivel de la gobernanza hurona era el consejo de la confederación. Aquí también la autoridad central era débil y la norma era tomar las decisiones de forma consensuada. Cada tribu tenía derecho a acatar o no una decisión de la confederación, un principio de unanimidad que veremos en las democracias tempranas europeas, como la República Holandesa. La realidad subyacente era que el centro no disponía de medios de coerción independientes. El establecimiento de los hurones en una región relativamente compacta puede explicar que lograran mantener un sistema de democracia temprana no solo al nivel de las aldeas y las tribus, sino también al de toda la confederación. Habrían bastado varios días de viaje para asistir a las reuniones del consejo.

      La república mesoamericana de Tlaxcala

      La autocrática Triple Alianza azteca es el sistema de gobierno más conocido de la Mesoamérica del siglo xvi, pero no el único. Al lado de la capital azteca de Tenochtitlán se encontraba una sociedad organizada sobre los principios de la democracia temprana. Los europeos descubrieron Tlaxcala cuando Hernán Cortés entró en su territorio en 1519 y lo describió así:


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