La transición española. Eduardo Valencia Hernán
Читать онлайн книгу.de la oposición catalana. Estas luchas, junto con las de los estudiantes, profesionales y amplias masas del pueblo catalán, han efectuado una llamada de atención por la unidad de todas las fuerzas interesadas en presentar una alternativa democrática a la actual situación.»229
Según declaraciones de Antoni Gutiérrez parece ser que este conflicto aceleró la decisión de celebrar días después la I Sesión de la Asamblea de Cataluña, demostrando la influencia del movimiento obrero en la Asamblea: «Aquel era un momento político importante porque unía a la huelga de SEAT una expresión política unitaria del pueblo de Cataluña (…).»230
Efectivamente, el jueves 4 de noviembre de 1971 se reunió la Comisión Preparatoria de la Asamblea con un representante del comité de empresa de SEAT en el domicilio de Pere Fages, justificando la ligazón de esta organización con los movimientos obreros. Allí también se ofreció formar parte de la Presidencia de la I Sesión a Agustí de Semir, rechazándola este debido a su pasado franquista.
En esas fechas, también tuvo cierto alcance la polémica creada por los dirigentes de UDC y la CCFPC, donde se exigía a los primeros por escrito, mejorar la relación con los representantes preasamblearios en el marco del no-enfrentamiento231.
214. Mientras Batista afirma en su libro que fue el domingo 23 de mayo de 1971, en BATISTA, Antoni, op. cit., p. 92. Colomer afirma erróneamente ser el 25 de mayo, en COLOMER, Josep Mª, op. cit., p. 37.
215. AHGCB, «Notas informativas catalanismo», Caja 188, Carpeta 1564 II. También en «Notas sobre situación político social de Cataluña», 1969-73, Caja 189.
216. BATISTA, Antoni, op. cit., p. 93.
217. ARROYO, Francesc, «Antoni Gutiérrez Díaz: L’Assemblea en el record», L’Avenç, n.º 208, 1996, p. 7.
218. ARAGAY, Francesc de Borja, «UDC i l’Assemblea de Catalunya», L’Avenç, n.º 208, 1996, p. 13.
219. PARRAS, Francisco, entrevista realizada sobre la Asamblea de Cataluña, mayo del 2005.
220. BATISTA, Antoni, op. cit., p. 95.
221. MHC, ASSEMBLEA, op. cit., p. 23.
222. MHC, ASSEMBLEA, op. cit., pp. 20-24.
223. Treball, agosto-septiembre 1971.
224. FRC, AJR, «Comisión Coordinadora de Forces Polítiques de Catalunya», Carpeta 104/28, 1-9-1971. Ver también Treball, «Pel camí de L’Assemblea de Catalunya»,octubre 1971..
225. Nikita Sergeevic Kruschov, primer secretario de la Unión Soviética (1953) y jefe del gobierno en (1958). En 1964 fue destituido de todos sus cargos.
226. Samaranch Torelló, Juan Antonio, presidente del COI (1980- 2001)
227. FRC, AJR, «Comissió Coordinadora de Forces Polítiques de Catalunya», Carpeta 104/29, 1-10-1971.
228. COLOMER, Josep Mª, op. cit., p. 40. Balfour propone el 1 de noviembre como la fecha del fallecimiento del trabajador Antonio Ruiz, en BALFOUR, Sebastián, op. cit., p. 191.
229. Treball, diciembre de 1971.
230. GUTIÉRREZ DÍAZ, Antoni, «La fundació de L’Assemblea de Catalunya», L’Avenç, n.º 43, 1981, p. 34.
231. FRC, AJR, «Comissió Coordinadora de Forces Polítiques de Catalunya», Carpeta 104/30, 25-10-1971.
Constitución de la Asamblea de Cataluña
Al finalizar 1971 la imagen proyectada por el régimen a través de los medios de comunicación que controlaba mostraba una apacible situación política basada en el continuismo, el control y la opresión. Sin embargo, la realidad no era tan simple como se quería hacer ver desde el poder, ya que, cada vez más, la oposición antifranquista se hacía notar en la calle, en las fábricas, en la Universidad, etc., dejando en evidencia a todo el aparato propagandístico y policial dedicado exclusivamente en su represión y control.
En Cataluña, después de meses de un continuo trabajo clandestino de oposición sordo pero efectivo, por fin se empezó a ver el fruto tan deseado durante años formalizado mediante la realización de la I Sesión de la Asamblea de Cataluña.
Los trabajos principales y el comunicado final ya estaban pactados desde hacía meses, tan solo faltaba tener éxito en la convocatoria. Como era lógico, este esfuerzo de la oposición no se hizo público salvo en un entorno muy restringido por lo que pasó desapercibido para la prensa catalana que estaba inmersa en otros menesteres más populares, véanse como ejemplo, el «engaño» cometido a la prensa por el escalador y estrella de la televisión de aquellos días, César Pérez de Tudela, al no conseguir conquistar las cimas del Aconcagüa ni el Tirich Mir —afirmando este todo lo contrario— o la victoria del boxeador Pedro Carrasco en el Campeonato del Mundo por descalificación de su contrincante norteamericano, Mando Ramos. Solo el artículo dedicado al cantante Raimon escrito por Ana María Moix, con fotos de la fotógrafa «Colita», rompía esa monotonía informativa.
El 19 de noviembre de 1971, Franco inauguró la X Legislatura en las Cortes Españolas con los acostumbrados mensajes a la Nación contrarios a cualquier esperanza de cambio:
«Es necesario —decía el Generalísimo— la unidad y la continuidad como elementos preciosos para la convivencia y el progreso (…). En nuestro sistema lo único que no cabe son los partidos políticos ni nada que conduzca a ellos (…). A la democracia formal oponemos la democracia práctica, una democracia a través de cauces naturales (…). A las Cortes le corresponden juicios y valoraciones sobre la acción del gobierno en razón a la propia misión principal que les compete.»232
Sin embargo, cuando estas palabras salían de la boca del Caudillo, ya hacía casi dos semanas, concretamente el domingo 7 de noviembre de 1971, que en pleno centro de Barcelona había tenido lugar la I Sesión de la Asamblea de Cataluña en la iglesia de Sant Agustí Vell, sita en la calle Hospital del Distrito V.
Aquella vez, la policía, que estaba atenta a otros menesteres más importantes, como era el seguimiento y la seguridad del príncipe Juan Carlos, que participaba en una regata con el yate Dragón, no detectó: ni la extraña concentración de ciudadanos en una céntrica iglesia parroquial ni tampoco la reunión efectuada el día anterior entre una delegación de la Comisión Preparatoria con el rector de la iglesia, aceptando este último la reunión que se celebraría después de la última misa del domingo.
Efectivamente, aquel acto tan solemne fue presidido por Josep Andreu Abelló, aunque según Antoni Gutiérrez este nunca llegó a presidirlo, ya que, formalmente nunca hubo un presidente en la Asamblea; sin embargo, fue Abelló quien abrió y cerró el evento, teniendo al cineasta Pere Portabella de maestro de ceremonias233. También asistieron otros conocidos intelectuales