Poesía digital. Oreto Doménech i Masià

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Poesía digital - Oreto Doménech i Masià


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portátiles desde los últimos cinco años. Encontramos, en esta clase de soportes, obras de ficción interactiva o hipermedias colaborativos muy reseñables, más abundantes y más cercanos, pongamos por caso, al mundo del videojuego, pero también algunas obras de poesía digital.

      Dreaming Methods30, la factoría creativa que Andy Campbell comenzó en el año 1999, ha emprendido hace poco el camino de la creación de obras de literatura digital para dispositivos móviles. Este escritor, en colaboración con otros escritores y con algunos artistas digitales, ya ha diseñado una serie de relatos interactivos multimedia que podemos leer en nuestro dispositivo móvil, teléfono o tableta táctil. La obra colaborativa con más difusión de esta propuesta creativa es Inanimate Alice31, una narración enfocada al público juvenil que dispone ya de la traducción del original a diversas lenguas y que va acompañada de una propuesta didáctica muy interesante completamente pensada para las nuevas generaciones de aprendices. Otro proyecto de ficción interactiva que hay que tener en cuenta es The Silent History32 que nos narra la historia de una generación de criaturas nacidas con la misteriosa particularidad de que no hablan, la generación de los “silentes”. Esta historia se nos cuenta, por medio de una trama con capítulos geolocalizados en mapas reales que se va enriqueciendo y va aumentando semanalment con nuevas expansiones narrativas elaboradas por los lectores a medida que transcurre la ficción: se trata, por tanto, de una ficción interactiva colaborativa. Pero una de las primeras obras de narrativa hipermedia que pudimos leer en tableta táctil es Strange Rain33 (2010), de Erik Loyer34, un escritor digital que hace tiempo que explora la imagen, el sonido y el movimiento en ficciones interactivas táctiles. Especialmente destacable es esta novela breve para iPad, una narración fragmentada, un monólogo interior expresado en fragmentos de pensamiento y en la lluvia que cae sobre la cabeza del protagonista y sobre nuestras cabezas, si lo queremos, al leerla.

      A caballo entre la poesía y la narrativa electrónicas para dispositivos móviles encontramos la obra de Aya Karpinska35 Shadows never sleep36. Aunque la autora la considera una obra de “zoom narrative” es el efecto de la obra fragmentada y el dispositivo móvil en el que la leemos, acompañada de las imágenes de las sombras, lo que la convierte en una especie de híbrido genérico. Karpinska interconecta las narraciones y los cuentos tradicionales (estructuras formales repetitivas que varían) y, por tanto, la literatura infantil (con todo lo que implica esta en lo que se refiere al juego: rimas, repeticiones, aliteraciones fonéticas y gráficas...) con el medio digital portátil y táctil, resultando así esta interesante obra literaria, un poco inquietante y cercana al misterio. Karpinska, en otras obras, “deconstruye el espacio de la escritura37” y también lo hace en esta, cosa que provoca en el lector un evidente efecto de percepción poética.

      En el caso de la poesía electrónica y de los dispositivos móviles, cabe destacar el fuerte vínculo que se evidencia entre las obras más relevantes al alcance y la corriente poética relacionada con la poesía visual y sonora presente desde las vanguardias. Así P.o.E.M.M. (Poetry for Excitable Mobile Media38) un proyecto de Jason Edward Lewis y Bruno Nadeau aúna la creación poética con la experimentación sobre la literatura digital y su relación con el arte, ya que las obras poéticas que lo componen se muestran en los dispositivos táctiles pero también en instalaciones artísticas. Las obras son, en cierta manera, colaborativas, ya que diversos escritores digitales han contribuido en ellas, pero quieren ser, sobre todo, un ejercicio de lectura capaz de abrir un proceso de reflexión (y de manipulación, de observación, de debate...) en los lectores.

      Uno de los autores de poesía digital que hace más tiempo que se dedica a la creación de obras para dispositivos móviles es el austríaco Jörg Piringer, con una relevante y bastante difundida obra y con una voluntad didáctica y divulgativa evidentes. Jörg Piringer39 se dedica a la poesía visual y sonora, es miembro del Instituto para la Investigació Transacústica (Institute for Transacoustic Research40) y miembro de la Orquesta Vegetal (The Vegetable Orchestra/Das erste Wiener Gemüseorchester41). Sus proyectos son múltiples y variados y van desde la performance poética hasta la creación de apps de poesía sonora y visual, pasando por la elaboración de programas relacionados con la música y los samplers de sonidos, útiles para los poetas sonoros.

      Esta dimensión social y colectiva, el afán de poner al alcance la creación digital, está presente en toda la trayectoria creativa de Piringer. De hecho la performance pública42 es una de las prácticas poéticas que Piringer suele llevar a cabo, cosa que muestra la estrecha conexión de algunas formas de la literatura digital con el arte (o el net.art) y el espectáculo (o el audiovisual). Su activismo poético lo lleva, además, a la creación de herramientas digitales43 al servicio de la poesía sonora o de la música concreta de la cual también participa en la Orquesta Vegetal44. Una mención especial merece la app Ünimator45 con la cual podemos crear nuestros propios poemas visuales con movimiento y sonido sin tener que conocer ninguna tecnología, de una manera puramente intuitiva solo con el manejo de nuestra tableta digital o teléfono inteligente.

      abcdefghijklmnopqrstuvwxyz46 y konsonant47, son dos poemas digitales para teléfono móvil y tableta digital que juegan con el movimiento, el sonido, la forma y la medida de las letras, dejando al lector la libertad máxima para manipular la obra y, así, producir nuestros propios experimentos de poesía visual-tipográfica y sonora.

      En abcdefghijklmnopqrstuvwxyz las letras del alfabeto se mueven por la pantalla según la fuerza de la gravedad, como si fueran vehículos, como pájaros o como grillos. Mientras se mueven, cada una de ellas suena con el sonido que le es propio, pero con una intensidad y un ritmo diferentes de acuerdo con el personaje que representan: las letras-vehículo se mueven con un repetitivo sonido de motor antiguo y cuando chocan entre ellas desaparecen; los grillos corren rápidos y temblorosos, como insectos, y no “cantan” hasta que se encuentran; los pájaros suenan sin parar mientras vuelan y se unen en bandadas y las letras caen según las leyes de la gravedad atendiendo a su peso y a su velocidad, aunque podemos hacer que se paren o circulen más deprisa moviendo nuestro dispositivo móvil. En cualquier caso, podemos luchar contra las letras del alfabeto y eliminarlas con bombas y flechas o capturarlas con nuestros dedos y llevarlas donde queramos. Además, podemos controlar la intensidad del sonido y las marcas que dejan las letras sobre nuestra pantalla, con fondo blanco. Podemos fotografiarlas si queremos y, por tanto, nos es posible dibujar con ellas, así como jugar con sus sonidos de manera constante. La mezcla de sonidos depende de nuestra elección de las letras y de la manipulación a la que las sometemos. La tipografía en abcdefghijklmnopqrstuvwxyz está viva, pero siempre la podemos controlar de alguna manera.

      konsonant, en cambio, es un poema visual con un gran peso de la música (Jörg Piringer lo califica de “juguete sonoro”), una mayor elaboración en los movimientos y, por tanto, una mayor limitación de nuestro campo de acción como lectores. Consta de cuatro posibilidades de manipulación de algunas letras: la primera consiste en trazar caminos por donde transitan la M, la N y la O que suenan según la intensidad y la forma de nuestro trazo y, si se encuentran, se desdibujan y suenan de manera diferente, más nasales; la segunda nos permite eliminar las letras que surgen de una nube creadora de letras con nuestras “armas” que son las H, X y Z; la tercera posibilidad nos permite construir máquinas y mecanismos con la C, F, H, J, L y M para gestionar la constante fabricación de letras por parte de la nube-creadora y la última posibilidad nos muestra un circuito en red en el cual podemos trazar diferentes itinerarios por las diversas R (R, r, R, r, R, r) marcando en los nodos que se entrecruzan las alteraciones que deseemos en el movimiento, como por ejemplo el sonido, la velocidad, la repetición, un efecto sorpresa, etc. A estas cuatro variantes hemos de añadirles la posibilidad de escuchar como banda sonora y, por tanto, “sampleados”48 los sonidos que nuestro juego va produciendo con las consonantes: las quince pistas musicales creadas por Piringer que, además, nos anima a compartir con él nuestras propias mezclas.

      Sin duda, estas dos obras de poesía digital táctil (poesía visual, tipográfica, sonora, juego sonoro) son sobre todo juegos: nos permiten manipular, destruir, recomenzar tantas veces como nos plazca, grabar imagen y sonido,


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