Milton Friedman: la vigencia de sus contribuciones. Rolf Lüders

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Milton Friedman: la vigencia de sus contribuciones - Rolf Lüders


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otra parte, en las últimas tres o cuatro décadas el desarrollo de la tecnología para extraer información a partir de antecedentes empíricos experimenta un inusitado crecimiento tanto en la capacidad de manejo de datos como en el instrumental analítico-cuantitativo para explorar estos antecedentes y extraer información oculta y valiosa.

      Estos desarrollos se traducen también en nuevos y posiblemente crecientes desafíos en materia de comunicación social, encareciendo en particular aquella con la audiencia menos especializada, un fenómeno que no es exclusivo de la economía, pero que esta disciplina llega a experimentar en un período más reciente. Tal dificultad es real, y una manera de apreciarlo es observando el surgimiento de nuevas industrias que proveen información especializada. Aun así, cuesta más que antes poder estar al tanto de los desarrollos en todos los frentes para tener una visión amplia, y en este sentido se ha tornado más engorroso llegar a ser y luego mantenerse como economista integral.

      La economía se ha desarrollado y extendido en su aplicación. Como método de análisis no posee un campo propio, monopolizado por ventajas garantizadas a priori, en que, similar a gremios medievales, constituya la única disciplina con capacidad para realizar determinados estudios, interpretaciones o pronósticos. De este modo, no hay garantía de que el día de mañana esta disciplina no se vea desplazada, o al menos restringida por un imperialismo sustentado en algún otro método. A modo de ejemplo y sin intención de apostar, en algún futuro la disciplina podrá verse desafiada, eventualmente por la biología, la psicología u otra. Pero el resultado puede también ser el contrario y la economía podría incorporar elementos que surjan en otros ámbitos. Tal vez algunos desarrollos de la psicología podrán terminar integrados a la primera, tal como en el pasado la economía absorbió el desarrollo del subjetivismo y que dio forma a lo que hoy conocemos como teoría de demanda. Podría adelantarse, al menos como conjetura, que los términos en que dicha competencia se irá resolviendo serán precisamente aquellos planteados por F/53, o sea, confrontando predicciones teóricas con evidencia empírica, sobreviviendo aquel enfoque que logre las interpretaciones y predicciones más ajustadas, simples y fructíferas.

      Economía, ¿una o varias?

      Aunque un tanto implícito, en las secciones previas está presente la idea de que existe una economía, punto de vista que al lector le podrá merecer dudas; al menos es un aspecto que requiere mayor explicación, el objetivo de la presente sección. De partida y como en casi todo ordenamiento, corresponde reconocer que es materia opinable y que es posible imaginar clasificaciones en que coexistan múltiples disciplinas, en el extremo tantas como individuos se autoidentifiquen como economistas. En esta nota, sin embargo, se intenta argumentar a favor de la noción de que pensar en una disciplina única es, a la larga más provechoso, tanto para entender la evolución de la economía como también sus proyecciones.

      A favor de la noción de disciplina única se podrá citar testigos como, a similitud de los contenidos de programas de estudio conducentes al grado de doctor en las principales universidades del mundo, la convergencia en libros de texto y en la orientación y contenido de sus revistas científicas principales. Aunque tal evidencia refleje la presencia de gran heterogeneidad en temas, enfoques y técnicas, también muestra la aceptación implícita o explícita de una raíz común: la adscripción en sus rasgos esenciales a un método común. Sin embargo, es necesario agregar que para evaluar estos elementos en un contexto dado, es también preciso tomar en cuenta que el núcleo de la economía es específico al tiempo y que los estándares mínimos exigidos van variando a lo largo de las décadas, aunque sin perjuicio de una continuidad básica. De modo que un aspecto a considerar es que las comparaciones debieran ser tiempo-específicas, donde, y en ocasiones, la ventana correspondiente podrá ser amplia.

      En el polo opuesto también se encuentran múltiples rasgos que pudieran llevar a más de alguien, sobre todo a no economistas, a pensar en disciplinas de diverso tipo. Así, una podrá ser ortodoxa y otra heterodoxa, una o tal vez varias responder a la variante neoclásica, mientras otras podrán clasificarse como clásicos, posiblemente marxistas. Mucho se insiste en diferencias, reales o imaginarias, de keynesianos y monetaristas, de walrasianos y marshallianos, etc., etc. Todo esto sin perjuicio de austríacos, ambientalistas, economistas históricos, además de una gama de variantes, algunas de carácter más local. Así, por ejemplo, en Latinoamérica a mediados del siglo XX, el llamado estructuralismo se postulaba como la economía apropiada para la región, negando validez a la economía a secas, lo que algunos, siguiendo la moda de la época, denominaban como enfoque neoclásico (ver Hachette, 2011). Otros insisten en diferenciar lo que denominan economía neoliberal de otra que le otorgaría al Estado un rol más definitorio. En fin, estos ejemplos solo constituyen un botón de muestra.

      Un caso ilustrativo lo constituye Historia Económica, campo en que tradicionalmente se exploran temas del pasado con el método de la historia, método que insiste en una profunda y exhaustiva exploración de todas las fuentes relevantes, llegando de este modo a configurar una interpretación del fenómeno bajo estudio. Hace poco más de medio siglo, sin embargo, surge la así llamada Nueva Historia Económica, también denominada Cliometría, un enfoque que incorpora explícitamente el método económico en la exploración de fenómenos del pasado. En los departamentos de economía más conocidos se observa hoy día un desplazamiento de lo que arriba se denomina enfoque tradicional, pero ello conjuntamente con la presencia de una vigorosa exploración de temas históricos con el método económico, recurriendo para ello a instrumental de última generación y produciendo trabajos interesantes y novedosos, incluyendo algunos que se canalizan a través de revistas disciplinarias y de primer nivel. El caso, precisamente, subraya el rol del método en la organización de la producción de ciencia.

      Sin embargo, no se trata aquí de una sustitución de métodos para la generación de un mismo producto. Lo que se encuentra en este caso es un producto nuevo, “historia” producida con método económico (historia entre comillas, por cuanto es por construcción algo distinto al producto de la historia tradicional). El resultado, entonces, es una situación en que ambos productos están disponibles, tanto Nueva Historia Económica como también aquella producida con el método histórico. Sin embargo, mientras la primera tiende a generarse en departamentos de economía, la variante que aquí se denomina como más tradicional tiende a desaparecer de tales organizaciones. El caso se trae a colación precisamente por cuanto ilustra el rol del método como elemento unificador, lo que va dando forma a la disciplina. Pero conviene insistir en lo señalado arriba. En este caso el ejemplo no ilustra la sustitución de un producto antiguo por otro nuevo y más potente; todo lo contrario, la historia económica desarrollada con su método de antaño sigue gozando de buena salud, sin perjuicio de que temporalmente su adscripción académica sea menos nítida que en el pasado reciente.

      Cabe pensar que esta innovación, a la larga, inducirá al historiador interesado a contar con el mínimo de conocimiento para aprovechar debidamente los resultados que alcance el análisis del pasado con el instrumental de la economía, donde estos antecedentes pasarán a constituir otra fuente más que tal historia consultará. A la inversa, el economista interesado en explorar un problema o asunto histórico y con el fin de ir reuniendo la evidencia previa de la que habla F/53, para así elegir la hipótesis más apropiada, tiene y tendrá en la historia una fuente importante para llegar a conocer del tema.

      El desarrollo de la incorporación intensiva del método económico al examen de asuntos que se asocian con el pasado tiende a su vez a acotar la presencia de cursos de historia económica en la docencia de programas avanzados de economía. La hipótesis subyacente es que la persona que cuente con conocimiento de economía, es decir, tenga la habilidad para manejar el método y las técnicas respectivas, podrá aventurarse a producir tanto en este como en otros campos.26

      Volviendo al tema central –¿es la economía una sola?, ¿son varias las disciplinas?–, cabe señalar que efectivamente se utilizan categorías como las mencionadas arriba: economía neoliberal, marxista, verde, etc., lo cual, por lo demás, se potencia con una práctica difundida: el deporte de clasificar y colocar “cartelitos”, respondiendo así a la propensión de clasificar y ordenar. Pero también debiera subrayarse que a menudo tales ordenamientos y clasificaciones se refieren más bien a economistas, o sea, a personas, y no necesariamente a


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