Uganda. vvaa
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a los gorilas, el tiempo de observación está estrictamente limitado a una hora.
Tarifas
Esta guía se refiere exclusivamente a las tarifas de entrada para los extranjeros que no residen en Uganda (Foreign Non Residents, «extranjeros no residentes»). Los expatriados y los emigrantes provenientes de África oriental disfrutan de tarifas más ventajosas. Los niños menores de quince años se benefician de un descuento.
Para las personas que viajan con una agencia, estos honorarios están normalmente incluidos en el servicio.
Flora y fauna
Uganda está asentada sobre dos biomas (bosque higrófilo y sabana) que le confieren una riqueza excepcional de fauna y flora. En las páginas siguientes, presentamos algunos de los animales emblemáticos y varias plantas características de la «perla de África».
El tejedor, arquitecto de nidos
Poco más grandes que los gorriones, de los que son parientes cercanos, los tejedores (weavers) se distinguen por su brillante plumaje. Son muy abundantes en el país, donde se han contado unas cuarenta especies diferentes. Además de sus colores arrebatadores, esta ave fascina por su talento como arquitecto de nidos que participan en la competencia de la seducción. Constructor incansable, el macho elabora un nido tras otro cuando llega la época de cría. Utiliza hierbas frescas y suaves y siempre empieza por el techo, al que le dedica una atención especial debido a las lluvias. Luego viene la instalación de un anillo vertical, cuya parte inferior sirve como percha durante la construcción. Después de reforzar las estructuras básicas, comienza a tejer siguiendo la forma del anillo: primero las paredes de lo que será la futura cámara de puesta, y luego una antecámara que protegerá a la pareja de los depredadores. Aunque frágil en apariencia, el nido en forma de bola es robusto y seguro. Una vez terminado, se somete a la evaluación de la hembra. Si el nido le agrada, se instala allí; de lo contrario, el macho deberá comenzar una nueva construcción. Después de la puesta, el caballero va a cortejar a otra dama para la que inicia un nuevo proceso de seducción.
Cara a cara
A continuación exponemos algunos consejos sobre cómo actuar si se encuentra con un animal en la sabana o en el trayecto que separa su tienda del baño. Antes que nada, cabe decir que esto es una buena noticia: debe saber que usted no es una presa natural de la bestia y que no hay ninguna razón, a priori, para que el encuentro acabe en un baño de sangre. Como regla general, se recomienda encarecidamente no separar a un cachorro de su madre o a un individuo del rebaño. Hacer que el animal sienta que su espacio se está reduciendo es también la mejor manera para que se vuelva contra usted. Aparte de estos dos consejos básicos, las reacciones que se deben adoptar varían en función de los mamíferos (los que pueden suponer una amenaza en cualquier caso).
Frente a un elefante
Generalmente, el elefante es un animal pacífico que busca más imponer su autoridad que involucrarse en una lucha real. Si carga contra usted con un aire amenazador, no se asuste: quédese quieto y se detendrá a unos pocos metros de distancia. Sin embargo, tenga cuidado con las hembras si van acompañadas de sus crías (esto se aplica a la mayoría de los mamíferos y especialmente a las leonas). En cualquier caso, tenga en cuenta la diferencia entre una carga de farol (cabeza levantada, barritos, batir de orejas) y una carga real (cabeza gacha, orejas pegadas hacia atrás, velocidad de carrera máxima).
Frente a un búfalo
Estos mamíferos inconstantes e impredecibles, dotados de mala visión pero con un excelente sentido del olfato, son absolutamente poco fiables. Más bien pacíficos en apariencia, pueden decidir cargar sin motivo aparente y sin ni siquiera provocación (la simple sensación de que algo se les acerca sigilosamente puede ser suficiente para excitarlos repentinamente). Por tanto, cuando se trata de este animal se recomienda encarecidamente mantener las distancias. Si la carga ocurriera por accidente, si puede suba al árbol más cercano a toda velocidad o salte a un lado para esquivarla en el último momento. Esta solución puede parecer rocambolesca, pero es la única que funciona en campo abierto; asegúrese de esperar hasta el último segundo antes de saltar: hay muchas posibilidades de que el búfalo desista.
Frente a un hipopótamo
A pesar de sus orejas pequeñas y temblorosas y de su enorme sonrisa que le da ese aire jovial, el hipopótamo, que uno imagina torpe y patoso, es el animal más peligroso de África, o al menos el que causa más muertes humanas. Su enorme boca cuadrada oculta grandes colmillos capaces de cortar una piragua por la mitad; y aunque este mastodonte parece corto de piernas, esto no le impide moverse, en el agua o en tierra, a una velocidad sorprendente (¡impresionante escena!). Por tanto, mantenga una buena distancia entre usted y este animal, que no duda en cargar a cualquiera que entre en su perímetro. Si ve un pequeño par de orejas desde su canoa, golpee varias veces el casco de su embarcación: estas vibraciones deberían bastar para que el resto del grupo emerja del agua, lo que le permitirá calibrar la situación. Y acto seguido, pase lo más lejos posible del grupo. En tierra, no se ponga nunca entre un hipopótamo y el agua.
Frente a un león o una hiena
La regla de oro es no huir nunca y darle la espalda: el animal lo verá inmediatamente como una presa y se lanzará nueve de cada diez veces en su persecución. Así que manténgase lo más calmado posible y tenga confianza. Si el animal se muestra agresivo, sea agresivo también: aplauda, grite, levante los brazos e incluso avance unos pasos (como lo haría con un perro callejero demasiado pesado). Si el animal comienza a cargar, corra hacia él haciendo el mayor ruido posible. Esto puede parecer una locura, pero sigue siendo la forma más eficaz de repeler a un depredador. En el caso del león, por ejemplo, se trata de desafío y confianza en uno mismo: si se siente seguro, el animal lo sentirá y le considerará superior. Además, normalmente huirá antes de que llegue a su posición, y si acaba encarándose, se alejará a toda prisa.
Algunas referencias bibliográficas