Repensar la antropología mexicana del siglo XXI. Pablo Castro Domingo

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Repensar la antropología mexicana del siglo XXI - Pablo Castro Domingo


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servicios, las empresas, las redes sociales, las ciudades, el sector salud, el educativo, el turismo, la agricultura y ganadería, la minería, la economía informal, el deporte, las fronteras, los centros comer ciales, los medios de comunicación, las comunidades transnacio nales, las redes digitales y el ciberespacio. También son muy diversas las perspectivas teóricas que se vislumbran en los títulos de las tesis. Los sujetos de estudio son numerosos: aficionados, afrodescendientes, ancianos, antropólogos, campesinos, clase obrera, comerciantes, consumidores, discapacitados, empleadas domésticas, empresarios, estudiantes, indígenas, jóvenes, migrantes, niños, públicos, trabajadores informales, trabajadores sexuales, homosexuales, personas transgénero, entre muchos otros.

      Este periodo se caracteriza por la masificación de la profesión antropológica, no sólo en las licenciaturas, sino también en los posgrados. La antropología es una de las profesiones que tiene una mayor proporción de personas que estudian posgrados. De los 5,827 antropólogos graduados entre 2000 y 2017 más de 40% (43%) fueron de posgrado (26.7% de maestría y 16.3% de doctorado). Esta expansión notable de los graduados de maestría y doctorado, sumada al hecho de que siguen aumentado los graduados de licenciatura, es síntoma de una “crisis de éxito” de la antropología mexicana. La cantidad de antropólogos en el país ha crecido de manera exponencial, existen programas de formación en antropología en 19 de las 32 entidades federativas y se han consolidado numerosos programas de maestría y doctorado. Pero las agencias gubernamentales contratan pocos antropólogos, el empleo en el sector académico se ha estancado y pocos jóvenes egresados consiguen empleos que les permitan ganarse la vida de manera digna.

      UNA GENERACIÓN HETEROGÉNEA

      Existe una fuente muy valiosa para estudiar las características sociodemográficas y las condiciones laborales de los antropólogos mexicanos. Se trata de la Encuesta sobre la práctica profesional y las condiciones de trabajo de los antropólogos en México, diseñada y llevada a cabo por una comisión creada por el Colegio de Etnólogos y Antropólogos Sociales, A.C. (CEAS), llamada Comisión Intergeneracional para el Estudio de la Práctica de la Antropología (CIEPA).6 Esta encuesta fue respondida por vía electrónica por 615 personas del 16 de enero al 31 de marzo de 2016. No se trató de una muestra representativa, las personas que respondieron la Encuesta lo hicieron por autoselección. Por tanto, no pueden hacerse inferencias estadísticas para el conjunto de los profesionales de la antropología en México, sino sólo para el sector que respondió el cuestionario. Es razonable suponer que el mecanismo de autoselección y las vías por las que se difundió la Encuesta produjeron diversos sesgos que pueden haber provocado la sobrerrepresentación de algunos sectores del gremio y la subrepresentación de otros. Quizás estén sobrerrepresentados los colegas que son socios del CEAS o cercanos a ellos. Es probable que estén sobrerrepresentados quienes trabajan en instituciones académicas o se encuentran cercanos a las redes de las mismas, mientras que es probable que estén subrepresentados quienes trabajan en otros sectores (privado, público, organizaciones de la sociedad civil, trabajadores independientes) y los que viven en entidades federativas en las que hay pocos antropólogos. Pese a esas limitaciones, la Encuesta contiene información muy rica sobre las trayectorias escolares y laborales de los antropólogos en México, así como sobre las condiciones en las que ejercen su trabajo. En otro texto analicé con cierto detalle los resultados de la Encuesta (Reygadas, 2019a), aquí sólo haré énfasis en la situación de los antropólogos más jóvenes, los que nacieron de 1977 en adelante, tenían menos de 40 años al momento de aplicarse el cuestionario y se graduaron de licenciatura a partir del año 2000, es decir, los antropólogos graduados en el presente milenio. Para una com para ción con la situación laboral de los antropólogos en otros países pueden consultarse estudios sobre Argentina (CGARA, 2016; Perelman, 2016), Brasil (Fonseca, 2016; Grossi, 2004; Lins Ribeiro y Traja no Filho, 2004) y España (CPA, 2008; Valdés, 2012).

      PRESENCIA FEMENINA MAYORITARIA

      Es sabido que la antropología en México es una profesión con presencia femenina mayoritaria, lo cual fue confirmado por la Encuesta, ya que fue respondida por 365 mujeres (59.3% del total de respuestas) y 250 hombres (40.7%). Esta preponderancia femenina es todavía mayor en las generaciones más jóvenes: respondieron el cuestionario 352 personas menores de 40 años, de las cuales 224 son mujeres y 128 hombres, es decir, que las mujeres representaron casi dos terceras partes del total (63.6 por ciento).

      ORÍGENES SOCIALES MUY HETEROGÉNEOS

      Hasta hace pocas décadas la mayoría de los antropólogos provenían de familias de clase media o alta. En cambio, los nuevos antropólogos mexicanos tienen orígenes sociales muy diversos. La comparación de la escolaridad de los padres entre las diferentes generaciones de antropólogos aporta resultados muy interesantes y, hasta cierto punto, contraintuitivos. Dado que en los últimos 50 años se produjo una acelerada expansión de la educación superior en México, cabría esperar que los padres de las generaciones más jóvenes tuvieran una escolaridad mucho más alta que la de los padres de generaciones de mayor edad. Sin embargo, eso no ocurre así, tuvieron más años de estudios los padres de las generaciones mayores que los de las más jóvenes, como se muestra en el cuadro 2.

      CUADRO 2

      ESCOLARIDAD DEL PADRE POR GRUPOS DE EDAD DE LA PERSONA QUE RESPONDIÓ LA ENCUESTA (PORCENTAJES)

Edad encuestado Hasta 39 años 40 a 59 años 60 años o más
Escolaridad del padre
Hasta primaria 16.2 28.7 19.7
Secundaria 13.1 7.9 6.6
Media superior 14.5 21.8 9.8
Licenciatura 41.5 25.7 39.3
Posgrado 14.8 15.8 24.6
Total 100.0 100.0 100.0

      FUENTE: elaboración propia a partir de la Encuesta sobre la práctica profesional y las condiciones de trabajo de los antropólogos en México (CIEPA-CEAS, 2016).

      De manera sorprendente, el grupo de antropólogos mayores de 60 años son hijos de padres con una escolaridad mayor que los de generaciones más jóvenes: 63.9% de los padres de los antropólogos de 60 años y más estudiaron licenciatura y/o posgrado, mientras que sólo estudiaron esos niveles 41.5% de los padres de los antropólogos que tienen entre 40 y 59 años y 56.3% de los padres de los antropólogos menores de 39 años. Los padres de los antropólogos mayores de 60 años, es decir, personas que en la actualidad tendrían 80 años o mucho más, nacidos antes de 1940, tuvieron en promedio más años de escolaridad que los padres de los antropólogos de generaciones más jóvenes, quienes nacieron en décadas posteriores, en algunos casos hasta 30 o 40 años después, cuando había crecido mucho la educación superior en México. ¿Cómo explicar esta aparente contradicción? La hipótesis más probable es que antes, quienes


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