Luis Tejada y la lucha por una nueva cultura (1898-1924). Gilberto Loaiza Cano

Читать онлайн книгу.

Luis Tejada y la lucha por una nueva cultura (1898-1924) - Gilberto Loaiza Cano


Скачать книгу
de creación, fija una cronología general de la obra, precisa elementos distintivos de un estilo, de una personalidad creadora, separa géneros de escritura. En fin, cumple una labor que esboza la crítica literaria, el análisis de forma y contenido, la comprensión general de la obra según reiteraciones estilísticas y temáticas. “Donde no hay texto, no hay objeto para la investigación y el pensamiento en las ciencias humanas”, tal como afirma Mijaíl Bajtín en su Estética de la creación verbal.13 Estas tareas preliminares no suelen hacerlas los autores mismos, sobre todo si han muerto, y les corresponden a veces a albaceas voluntariosos, pero lo más posible e ideal es que las hagan los críticos, los historiadores, los filólogos, todos aquellos que necesiten dotar de fundamento documental sus juicios sobre obras, ideas, artistas, intelectuales. Decir algo acerca de una obra y su creador debería partir, como lo pide hoy una genuina historia intelectual, de situar al autor y su obra en las coordenadas discursivas de la época. Michel de Certeau habla del lugar social de producción;14 Michel Foucault se refiere a las condiciones de posibilidad de los enunciados;15 otros hablan del contexto discursivo. Todos, de alguna forma, establecen vínculos entre el escritor y su obra, entre un texto y otro texto de una misma obra, entre varias obras del mismo autor, entre ese autor y otros autores, entre esa obra y otras obras, entre una obra y el universo intelectual al que perteneció. Todas esas relaciones interpretativas son posibles y eficaces, si, claro, se cuenta con esa premisa obvia y a menudo despreciada de contar con una obra bien establecida.

      La visión retrospectiva, hoy forzosa, permite decir que este ejercicio biográfico fue relativamente cómodo para quien entonces era estudiante de una maestría en Historia en la Universidad Nacional de Colombia. Luis Tejada vivió poco y nunca salió del país, no colaboró con publicaciones extranjeras; esa vida trunca y su corta producción en los periódicos de la época fueron aliciente para emprender la tarea; aun así, la compilación de sus crónicas no fue sencilla. Las colecciones de prensa estaban dispersas, mal conservadas o despedazadas; por eso, su escritura en Barranquilla, entre 1918 y 1919, nos aparece todavía incompleta; por eso, también, tenemos pocos testimonios de su colaboración en la prensa de Manizales. A eso se añadieron las omisiones familiares en la conservación de alguna huella testimonial.

      En esta edición he decidido respetar la fórmula de citación de la primera edición. Es decir, he apelado al orden de la compilación ya mencionada que sirvió de fundamento a este estudio biográfico, por lo que, al citar la Obra completa de Luis Tejada, acudí a la siguiente convención: título del texto y fecha original, las iniciales oc, enseguida la indicación del tomo y el número de página. Ejemplo: El periodista, marzo 14 de 1922, oc, ii, p. 389.

      Cali, 2020

      1 Pienso, por ejemplo, en tres profesores universitarios que han dejado huella de biógrafos: Alberto Mayor Mora, Técnica y utopía (biografía intelectual y política de Alejandro López, 1876-1940), Eafit, Medellín, 2001; César Ayala Diago, su trilogía dedicada a Gilberto Alzate Avendaño, publicada por la fundación del mismo nombre: El porvenir del pasado, tomo i, 2007; Inventando al Mariscal, tomo ii, 2009; Democracia, bendita seas, tomo iii, 2013; y Andrés López Bermúdez, Jorge Zalamea, enlace de dos mundos. Quehacer literario y cosmopolitismo (1905-1969), Editorial Universidad del Rosario, Bogotá, 2014.

      2 John Galán Casanova, Luis Tejada, vida breve, crítica crónica, Panamericana, Bogotá, 2005.

      3 Herly Torres y Rodrigo Malaver, “El intertexto de lo urbano en Luis Tejada”, revista Folios, Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá, n.o 18, segundo semestre del 2003, pp. 69-88.

      4 La trascendencia política de lo efímero, Desde Abajo, Bogotá, 2006.

      5 Crónicas para leer en el tranvía, Comfama-Metro de Medellín, Medellín, 2008.

      6 Gilberto Loaiza Cano, “Luis Tejada (1898-1924)”, Pensamiento colombiano del siglo xx, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, 2013, pp. 437-461.

      7 Carlos Uribe Celis, Los años veinte en Colombia. Ideología y cultura, Aurora, Bogotá, 1985.

      8 María Tila Uribe, Los años escondidos. Sueños y rebeldías en la década del veinte, Cestra-Cerec, Bogotá, 1994.

      9 Diego Jaramillo, Las huellas del socialismo: los discursos socialistas en Colombia, 1919-1929, Universidad Autónoma de México-Universidad del Cauca, México D. F.-Popayán, 1997.

      10 Isidro Vanegas Useche, El socialismo mestizo. Acerca del socialismo temprano en Colombia, 1919-1924, Departamento de Sociología, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1999.

      11 Ricardo Arias Trujillo, Los Leopardos: una historia intelectual de los años 20, Universidad de los Andes, Bogotá, 2013.

      12 Santiago Castro-Gómez, Tejidos oníricos. Movilidad, capitalismo y biopolíticas en Bogotá (1910-1930), Instituto Pensar-Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, 2009.

      13 Mijaíl Bajtín, Estética de la creación verbal, Siglo XXI, México, 1985, p. 298.

      14 Michel de Certeau, L’écriture de l’histoire, Gallimard, París, 1978.

      15 Michel Foucault, L’archéologie du savoir, Gallimard, París, 1969.

      Figura 1. Luis Tejada en sus años de estudiante de la Escuela Normal de Institutores de Antioquia. Medellín, cerca de 1915.

      Fuente: Biblioteca Pública Piloto, Archivo fotográfico. Fotografía de Benjamín de la Calle Muñoz.

      Figura 2. Retrato al carboncillo por Ricardo Rendón, basado en foto de Luis Tejada de 1921 conservada en archivo de Melitón Rodríguez. Aquí sirvió de portada del suplemento dominical de El Espectador, del 19 octubre de 1924, en un homenaje póstumo.

      Figura 3. Foto del caricaturista Ricardo Rendón, tomada en Medellín hacia 1918.

      Fuente: Biblioteca Pública Piloto, Archivo fotográfico, Fotografía Rodríguez.

      Figura 4. Retrato al carboncillo sobre papel de José Vicente Combariza (José Mar), por Ramón Barba (1932), conservado en el archivo de la familia Combariza. El retrato fue utilizado como portada de una compilación de crónicas publicada en 1994 por la Gobernación de Boyacá.

      Figura 5. Isabel Cano y Benjamín Tejada, los padres del cronista; ambos representaban distinguidas familias de liberales radicales de Antioquia.

      Fuente: Biblioteca Pública Piloto, Archivo fotográfico, Fotografía Rodríguez.

Скачать книгу