La transición española. Eduardo Valencia Hernán

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La  transición española - Eduardo Valencia Hernán


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presidente de la Generalitat en los fosos del castillo de Montjüic en Barcelona el 15 de octubre de 1940, previa deportación a España a petición del propio gobierno franquista. Companys fue detenido en el pueblo de La Baule (Bretaña francesa) el 13 de agosto de 1940 por agentes de la Gestapo acompañados de agentes franquistas. Este, al desmoronarse el frente francés, no quiso huir hacia el sur de Francia debido a que su hijo Lluís, enfermo mental, había desaparecido de la clínica psiquiátrica en donde residía, cerca de París, por lo que decidió esperar noticias de él. Posteriormente, Companys fue trasladado a la prisión de La Santé en París, tomando días después dirección hacia la frontera española. En Madrid, fue encarcelado e incomunicado en la Dirección General de Seguridad (DGS), llegando finalmente a Montjüic el 3 de octubre. El 14 del mismo mes fue juzgado y condenado a muerte en un breve consejo de guerra —de escasamente una hora— por su adhesión a la rebelión militar. La condena a muerte fue ejecutada el día después en el Foso de Santa Eulália en el mismo castillo de Montjüic. Una semana después, llegó a Barcelona el jerarca y jefe de la Gestapo, Heinrich Himmler, siendo recibido con todos los honores por las autoridades franquistas22. Uno de los miembros del Consell, Carles Pi i Sunyer, continuó la tarea del gobierno, presidiendo en Londres otro Consell Nacional de Catalunya (CNC) constituido el 29 de julio de 1940 con apreciables diferencias con el anterior, siendo su principal estrategia el enlace de la representatividad de Cataluña con los aliados y con los diferentes grupos de exiliados repartidos entre Europa y América. Este Consell dio por finalizada la etapa estatutaria emprendiendo el camino hacia la consecución de la autodeterminación en Cataluña, medida que no fue del agrado del PSUC ni tampoco de la dirección de ERC, aunque en el interior del principado tuviese el soporte del Front Nacional de Catalunya (FNC) a pesar de que la comunicación con ellos era prácticamente inexistente desde la ocupación de Francia. A partir de entonces, se entabló de facto una rivalidad política entre la Generalitat y el nuevo Consell, ya que al asumir Josep Irla la Presidencia de la Generalitat en el exilio tras la muerte de Lluís Companys, el nuevo presidente desautorizó el Consell de Londres e intentó reorganizar las fuerzas políticas mediante un Consejo Asesor de la Presidencia que jamás llegó a reunirse23, aunque esta decisión provocase la disolución del Consell en 1942. Cabe señalar que, por entonces, el FNC, fundado en París en abril de 1940, ya ejercía su influencia sobre el Consell de Londres a través de su alianza con este, dando un nuevo ímpetu a la lucha política y armada antifranquista en Cataluña, haciendo llegar los mensajes y órdenes a los contactos en el interior de España, a veces a través de los guerrilleros venidos de Francia, los llamados maquis. Tiempo después, en el verano de 1944, se reconstituyó de nuevo un renovado Consell de Londres con siete nuevos representantes de las comunidades catalanas de Latinoamérica, seis de los grupos catalanistas y Joan Cornudella, máximo dirigente del FNC. La propuesta más característica de este gobierno fue la de formular una solución política de ámbito estatal basada en una confederación republicana que como todos conocemos no fructificó. El 9 de enero de 1945, Josep Tarradellas, antiguo conseller del gobierno de la Generalitat con Lluís Companys, volvió desde el exilio suizo a la Francia libre para acceder, en junio de 1945, a la Secretaría General de ERC, no sin cierta oposición de la militancia, entre ellos Carles Pi i Sunyer. El nuevo líder republicano intentó organizar una alianza bajo el nombre de Solidaritat Catalana, de la que formaron parte: ERC; Lliga Catalana Republicana, representada por Felip de Solá i Cañizares; Estat Catalá (EC), representado por Antoni Figueras; Unió Democrática de Catalunya (UDC), representado por Àngel Morera; Acció Catalana Republicana (ACR), representado por Lluís Nicolau d’Olwer; Front de la Llibertat, representado por Josep Rovira y FNC, representado por Joan Cornudella. Este último había regresado a Cataluña en la clandestinidad en 1940 para intentar organizar en el interior el FNC, que era un partido de ideología marxista e independentista; sin embargo, después de tres años desistió del empeño. Con posterioridad, bajo la presidencia de Josep Pous i Pagès, formó parte del Consell Nacional de la Democracia Catalana desde 1945 hasta 1948 con Miquel Coll i Alentorn, Josep Beltri y Josep Pallach. Según Cornudella, este Consell era como un intento de representación de Cataluña a través de los consulados de países democráticos representando el pasado, el de una Cataluña antifascista24. La formación de esta nueva organización provocó: en primer lugar, la disolución del Consell de Londres el 14 de junio de 1945, aceptando sus representantes volver a las tesis estatutarias sin renunciar al derecho a la autodeterminación; en segundo lugar, se consolidó la hegemonía del llamado «círculo de París» presidido por Irla y compuesto por Carles Pi i Sunyer, Pompeu Fabra, Antoni Rovira i Virgili, Josep Carner25, Josep Xirau y Joan Comorera, ampliado más tarde por Manuel Serra i Moret, Pau Padró y Francesc Paniello; y en tercer lugar, se produjo la pérdida de peso político de las comunidades americanas dentro de ERC por la ampliación de nuevos partidos presentes en el nuevo gabinete, incorporándose en marzo de 1946 el Moviment Socialista de Catalunya (MSC), la Unió de Rabassaires (UdR) y EC. Así pues, en este contexto ideológico se fue formando la nueva militancia de ERC, de la católica UDC, y el nuevo nacionalismo catalán representado por el FNC. Mientras que en España la clase obrera y el pueblo en general sufrían el desencanto de una autarquía deprimente agravada con una fuerte hostilidad ejercida por el aparato represor franquista, en Cataluña, en mayo de 1945 se constituía la Aliança Nacional de Forces Democràtiques de Catalunya (ANFDC) a iniciativa de la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT) y del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). El documento fundacional se publicó en la nueva revista bilingüe Alianza que sorprendentemente no hacía referencia a la reivindicación del Estatuto de Cataluña de 1932. El manifiesto lo firmaron ERC, ACR, UDC, EC, UdR, CNT, POUM, PSOE, UGT, Joventuts Socialistes y Partit Catalá d’Esquerres. Esta alianza excluyó al PSUC y se enfrentó, a su vez, al gobierno de la Generalitat en el exilio. Pasados dos meses se constituyó en Barcelona, en clara oposición al FNC y por iniciativa del escritor y político, Josep Pous i Pagès, la Aliança de Partits Republicans Catalans formada por ACR, UDC, Unió Socialista de Catalunya y ERC. Esta asociación evolucionó meses después hacia la formación del Consell Nacional de la Democràcia Catalana, también llamado Comité Pous i Pagès (PiP), que en noviembre de 1945 formalizó su situación al volver su fundador desde el exilio. Este comité tuvo cierta similitud con la desaparecida Unió de Partits Republicans de Catalunya, de tendencia nacionalista de izquierdas26 y estuvo formado por ERC, ACR, UDC, Unió Catalanista, EC, FNC, UdR, MSC, Front de la Llibertat, Partit Republicá d’Esquerra, Front Universitari de Catalunya (FUC) y grupos de la CNT y de la UGT, mientras que la extrema izquierda quedó excluida. Sin embargo, el POUM, que no formaba parte inicialmente del comité, terminó integrándose en él, aceptando la alianza con los partidos de la derecha catalana. En efecto, esto hizo posible que la UDC, dirigida por Miquel Coll i Alentorn27, Joan Batista Roca i Cavall28, Pau Romeva, Maurici Serrahima29, y los jóvenes activistas, Josep Benet y Joan Saún, se integraran en el comité. En el otro lado del espectro político, la Confederación de Fuerzas Monárquicas30, creada por José María Gil Robles31, consejero de Juan de Borbón32, tuvo también contactos con el comité a través de los llamados «juanistas» catalanes, siendo Josep Pous el elemento coordinador hasta 1952, año de su muerte. En su programa, el PiP reconocía la Presidencia de la Generalitat en el exilio bajo la dirección de Josep Irla, aunque reclamaba la libertad de acción en Cataluña; mientras que, por otro lado, intentó una salida posibilista en una previsible victoria aliada, buscando contactos con la derecha opositora española: Lliga, monárquicos y carlistas. Posteriormente se incorporaron a esta organización el MSC y el FNC.

      15. Companys i Jover, Lluís, presidente de la Generalitat de Cataluña (1933-39), fusilado en Barcelona en 1940.

      16. Fabra, Pompeu, filólogo y presidente del Institut d’Estudis Catalans (1912-29).

      17. Pous i Pagès, Josep, escritor catalán (1873-1952).

      18. Pi i Sunyer, Carles, político catalán dirigente de ERC, alcalde de Barcelona, conseller de la Generalitat y presidente del Consell Nacional Catalá (1941) en el exilio.

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