La transición española. Eduardo Valencia Hernán

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La  transición española - Eduardo Valencia Hernán


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el intento frustrado de Narcís de Carreras y de Ventosa de reconstruir de nuevo la Lliga Catalana44.

      La década de los años cincuenta fue un periodo transitorio que culminó con el llamado Plan de Estabilización en manos de los gobiernos tecnócratas de Franco. El crecimiento demográfico en Cataluña había aumentado considerablemente, acercándose a los cuatro millones de habitantes, debido a la importante inmigración recibida desde las regiones de España menos industrializadas y de marcado carácter agrícola. Esta nueva mano de obra se concentró en los principales núcleos industriales cercanos a Barcelona, efecto que comportaría a la larga grandes cambios estructurales.

      La posición del gobierno ante estos movimientos migratorios fue contradictoria, pues, si bien se formularon ciertas hipótesis favorables a romper el llamado círculo identitario catalán, esto no ha podido ser demostrado, ya que por el contrario eran las mismas autoridades franquistas las que rechazaban ese flujo migratorio, devolviendo en muchos casos a los emigrantes a su lugar de origen. No obstante, algo estaba cambiando en la actitud aislacionista del régimen, pues desde julio de 1951 el nuevo gobierno de Franco se esforzaba en liberar poco a poco el comercio exterior, finalizando de esta forma el periodo autárquico del estraperlo y del mercado negro que culminó en 1953 con la aceptación de ayudas económicas externas a cambio de tener en el territorio nacional bases militares norteamericanas.

      Mientras tanto, en Cataluña iba creciendo una cierta conflictividad laboral aumentada por el boicot popular tras la subida del precio de los billetes en los tranvías en Barcelona, siendo este acto la máxima expresión de protesta desde el final de la Guerra Civil y que culmino con una huelga general el 12 de marzo de 1951 que exigía la liberación de los detenidos en las protestas populares que llegaron a tener un seguimiento de más de trescientos mil trabajadores contando no solo en Barcelona, sino también Tarrasa, Badalona, Mataró y Manresa.

      A raíz de estos actos reivindicativos surgieron dentro del movimiento obrero que había participado en la protesta, diferentes grupos activistas de ferviente carisma cristiano, destacando entre ellos las Hermandades Obreras de Acción Católica (HOAC) y la Juventud Obrera Católica (JOC) que llegó incluso a aliarse con el PSUC en la lucha antifranquista.


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