La transición española. Eduardo Valencia Hernán

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La  transición española - Eduardo Valencia Hernán


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Tarancón, el Santo Padre había intervenido en numerosas ocasiones en asuntos delicados contrarios a los del régimen. Véase como ejemplo la petición de suspender la pena capital para el anarquista Jordi Conill en 1962 pidiendo clemencia al propio Caudillo, o el protagonizado en 1965 por el abad de Montserrat, Aureli M. Escarré, que llegó incluso a exiliarse al extranjero en protesta contra la represión franquista, estando su sucesor Cassiá Mª Just en la misma línea reformista que el anterior.

      Sin duda, el punto de inflexión de esta actividad unitaria en Cataluña fue la constitución en 1969 de la CCFPC sobre la base de un programa que ofrecía una alternativa democrática a la dictadura y que era favorablemente aceptada por organizaciones tan diferentes a ella, efecto que condujo posteriormente a la creación de un proyecto superior de organización unitaria que llevaría por nombre la Asamblea de Cataluña.

      Esta plataforma fue concebida como un posible marco de diálogo, de confluencia y coordinación de esfuerzos, no solo de los partidos sino también de los movimientos sociopolíticos de oposición y de todas las organizaciones, entidades y personas interesadas en el cambio democrático prefigurado en el programa de alternativa de la propia Comisión.

      Por otra parte, la CCFPC buscó y mantuvo formas de relación bilateral y multilateral con partidos y grupos de la oposición que no estaban en ella, como la Federación Catalana del PSOE (FSC-PSOE), el Partit Socialista d’Alliberament Nacional (PSAN), los carlistas, los monárquicos, la Organización Comunista de España. Bandera Roja OCE (BR), el Partido Comunista de España (marxista-leninista) PCE (m-l), etc., a la vez que se esforzó por relacionarse y debatir con los partidos y grupos de la oposición democrática de las demás tierras de España. Con este fin, representantes de la CCFPC se desplazaron a Madrid, Valencia, Canarias, Baleares, Zaragoza, Galicia, País Vasco, Sevilla y otras partes de España para establecer relaciones con organismos unitarios o de coordinación de la oposición antifranquista, intentándose concluir en un pacto entre toda la oposición española para crear formas de coordinación a escala nacional.

      También fue a partir de ese momento cuando comenzó a tener protagonismo una nueva plataforma unitaria surgida de la famosa «tancada de Montserrat», fruto de las protestas realizadas contra el Proceso de Burgos, a finales de 1970. Era la llamada Asamblea de Intelectuales, una organización que llegó a tener una influencia muy intensa en la Asamblea a lo largo de su existencia, incluso su aportación llegó a ser decisiva en la propuesta del texto de la I Sesión de la A. C. referida a los cuatro puntos programáticos donde los apartados dirigidos a: las libertades, el acceso del pueblo al poder político y económico y, lo referente a la polémica sobre la vía al derecho de autodeterminación, provenía de ellos.

      Sorprendentemente, esta organización que estaba formada en gran parte por una amplia representación del elitismo cultural catalán y, pese a su carácter burgués, fue también solidaria con el movimiento obrero, ayudando económicamente en numerosas ocasiones a trabajadores que estaban en huelga o encarcelados.

      En definitiva, está demostrado por los argumentos hasta ahora presentados la importancia que tuvo la Asamblea en el desarrollo político y social de Cataluña y de España. Una afirmación que está avalada por diferentes razones históricas que acreditan a este organismo como el germen de muchas de las iniciativas políticas que continuaron tras su desaparición, incluso el desarrollo del propio Estatuto de Cataluña surgieron de las propuestas y conclusiones que cristalizaron dentro de esta plataforma unitaria en un teórico espíritu de diálogo abierto y no excluyente que era en esencia la premisa para participar en este organismo aunque a lo largo de este trabajo veremos que la realidad fue otra.

      Hasta la publicación de este trabajo de investigación, la única tesis doctoral sobre la Asamblea de Cataluña fue la realizada por Ricard Bernad.

      En sus escritos Bernad afirmaba que el catalanismo popular antifranquista definía a la Asamblea y que el PSUC ejercía su hegemonía sobre ella, mientras que la presencia de otros partidos provenientes de una raíz socialista estatal, como el Moviment Socialista de Catalunya (MSC) junto con la Federación Catalana del PSOE (FSC-PSOE), era testimonial y de escasa incidencia.


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