El Player. Raul Zaldivar

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El Player - Raul Zaldivar


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obstante, en la vida tenemos historias de hombres y mujeres que, en lugar de claudicar durante su jornada por el desierto o desiertos en sus vidas, permitieron que las experiencias a las que fueron sometidos fortalecieran su fe y convicciones. El desierto o desiertos —metafóricamente hablando— son las experiencias que ponen a prueba la fe y el carácter de una persona que ha recibido una visión de Dios para su vida.

      En esta lección será objeto de estudio los siguientes puntos: (1) el desierto pone a prueba la confianza del player,; (2) el desierto desarrolla la madurez del player; y (3) el desierto pule las habilidades del player.

      Objetivos de la lección

      Al finalizar esta lección el participante podrá:

       Definir con sus propias palabras qué es un desierto.

       Explicar la importancia de los desiertos en la vida del player.

       Enumerar los resultados de los desiertos en la vida del player.

      1. EL DESIERTO PONE A PRUEBA LA CONFIANZA

      DEL PLAYER

      Dios ha dotado al ser humano con la capacidad y el deseo de emprender grandes empresas y proyectos que dan significado a su vida. Un player que tiene el privilegio de explotar su potencial y hacer uso de sus habilidades en pro del cumplimiento de sus sueños, es un ser humano que va a sentirse realizado. Ahora bien, los sueños no se cumplen de la noche a la mañana, hay un tiempo de espera, de prueba, batallas y lecciones de vida que providencialmente han sido diseñadas por Dios para ejercitar nuestra confianza en el llamado que nos ha hecho y en su fidelidad para cumplir en nuestras vidas todo lo que ha prometido. Cuando un player está pasando por un desierto, evidentemente, su confianza en Dios está siendo puesta a prueba a través de dos elementos a considerar:

       El paso del tiempo

      La habilidad que un player desarrolla para ejercitar la paciencia mientras espera y su capacidad para mantenerse motivado son cruciales si pretende aprobar los exámenes de prueba que le plantean los tiempos de espera. Esperar en Dios requiere tanta fe como lo exige tomar una iniciativa. La espera es necesaria porque los proyectos que Dios lleva a cabo a través de la vida de un player sobrepasan su capacidad, inteligencia y recursos. Así que Dios usualmente se toma su tiempo para preparar al player y todo el engranaje necesario, providenciando las circunstancias, las oportunidades y las personas precisas para que, en el momento indicado, el player tome los pasos de fe necesarios para escribir una historia de éxito.

       Las circunstancias que están en su contra

      Lo seres humanos solo tienen dos opciones a la hora de enfrentar las adversidades: intimidarse o actuar con valentía. Durante los desiertos, Dios permite circunstancias imposibles de resolver —o que están fuera de control del player— con la intención de que este aprenda a depender del poder de Dios y, al mismo tiempo, desarrolle un espíritu de superación y conquista. La clásica historia de los 12 espías en el libro de Números nos presenta este paradigma: por un lado, observamos la actitud pesimista e incrédula por parte de los diez espías que desanimaron al pueblo de Israel y, por otro lado, estaban Josué y Caleb, que con su fe y confianza en el poder de Dios estaban listos para derrotar a los gigantes. Todos conocemos el trágico desenlace de aquella historia en el desierto, toda una generación tuvo que perecer para que el pueblo de Dios tuviera la oportunidad de pelear las batallas que los llevaría a conquistar la tierra prometida, pero de aquella generación incrédula sobrevivieron dos hombre que, ni el paso de los años ni el tiempo en el desierto, les había robado las ganas de conquistar la tierra que un día Dios les había prometido.

      En los juegos olímpicos de Montreal en el año 1976 el mundo vio algo que nunca antes había visto en la historia de las olimpiadas: a una gimnasta hacer el perfecto 10, a partir de ese momento, en cualquier parte del mundo que uno pregunte por el nombre de esa atleta, la gente simplemente dirá Nadia Comaneci. Aunque el nombre de la atleta es universalmente conocido y su proeza es admirada, muy pocos conocen el desierto que esta mujer tuvo que pasar antes de hacer historia. El entrenador rumano Bela Karolyi se encontró un buen día a Nadia en una escuela pública de Rumanía. En ese entonces ella solo tenía 6 años de edad. A partir de ese momento, la tomó bajo un proceso de mentoría donde controlaba incluso lo que iba a comer. La sometió a una disciplina de entrenamiento extenuante que le impidió hacer lo que usualmente los niños de esa edad hacen. En palabras bien sencillas: Karolyi la hizo pasar por un desierto, pero con una promesa de redención. Para el año de 1974 ya era campeona mundial juvenil, en 1975 había dado una exhibición en Noruega y en 1976 había ganado la copa América en Nueva York. Ese mismo año trascendió a la inmortalidad de las olimpiadas al haber obtenido 7 máximas puntuaciones (10) y las respectivas medallas de oro.

      2. EL DESIERTO DESARROLLA LA MADUREZ

      DEL PLAYER

      La madurez en la vida de un player es un proyecto que lleva tiempo y para el cual no existen atajos. Durante procesos de espera, sufrimiento, oposición, prueba o cualquier otra situación de adversidad, el player va a encontrarse en circunstancias donde va a tener la oportunidad de fortalecer las áreas de su personalidad que son vitales a la hora de llevar a cabo la visión que Dios le ha dado y asumir con responsabilidad el papel que le corresponde. El desierto entrena la vida de un player para que pueda desarrollar la madurez espiritual necesaria y sepa cómo dominar las emociones y los apetitos que pueden llevarlo por el camino equivocado, o enredarlo en distracciones que lo hagan desperdiciar su tiempo en esfuerzos infructuosos. Una de las evidencias de madurez y fe más importantes en la vida de un player es su disposición, independientemente de las circunstancias y estado de ánimo, a dar lo mejor de sí, ya que sabe lo que está en juego.

      El player que ha desarrollado madurez a través de los desiertos, en primer lugar, tiene la capacidad de definir aquello por lo que está dispuesto a dar su vida. Experiencias como la entrega y la renuncia son catalizadoras de una vida madura, productiva y significativa. Mientras que el player no descubra aquello por lo que está dispuesto a morir, entonces no sabrá cómo vivir. En segundo lugar, sabe que hay momentos en que, para llevar a cabo la visión que Dios le ha dado, debe sacrificar su comodidad. Algunas veces el ministerio exige que se sacrifique la comodidad para servir a otros.El imperativo de trascender en lo que se está haciendo, en la mayoría de los casos, tiene un alto precio. Ningún ser humano se convierte en un gran hombre, o en una gran mujer tomando el camino más fácil.

      El desierto es también una escuela refinadora en la que un individuo tiene la oportunidad de convertirse en una mejor persona. Cuando el desierto es la consecuencia de una vida desordenada y el resultado de malas decisiones, las experiencias negativas que sufren las personas tienen el potencial de resucitar la vida de alguien por el cual nadie daba un centavo. La historia del actor Robert Downey Jr. es un vivo paradigma de lo que estamos hablando. Comenzó su carrera siendo un niño prodigioso bajo la dirección de su padre, quien también lo inició en el camino de las drogas; maduró entre la marihuana y el alcohol. En una entrevista el actor dijo: “cuando mi padre y yo consumíamos drogas juntos, era como si él intentase expresar su amor por mí de la única manera que sabía”. En 1992 interpretó el papel protagonista de la película Chaplin que le dio una nominación al Oscar, y lo puso en el radar de los directores como uno de los actores emergentes de su época. No obstante, en 1996 comenzaron los problemas: fue arrestado por conducir desnudo bajo el efecto de las drogas y con una pistola en la guantera de su automóvil. Además, era responsable de una serie de infracciones como la violación de su libertad condicional, allanar la casa de sus vecinos y drogarse en lugares públicos. Todo esto lo llevó a tocar fondo, pasando una temporada de 16 meses en la cárcel. En una de sus entrevistas a los medios dijo la siguiente frase: “Es como tener un arma en la boca y el dedo en el gatillo; sabes que en cualquier momento se va a disparar pero te gusta el sabor del metal”. Al salir de la cárcel las puertas literalmente se le cerraron frente a su cara, ya que para la gente él era un ex-recluso disfuncional con demasiados problemas emocionales... hasta que alguien le tendió la mano.

      La oportunidad y su participación en una famosa serie durante dos temporadas


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