Mercados y bienestar. Varios autores

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Mercados y bienestar - Varios autores


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solo tiene valor porque en él está objetivado o materializado trabajo abstractamente humano” (Marx, 1975, vol. 1, p. 47). Con este trabajo abstractamente humano se obtendría la conmensurabilidad económica de las mercancías: “Las mercancías que contienen iguales cantidades de trabajo o que se pueden producir en el mismo tiempo de trabajo tienen la misma magnitud de valor” (Marx, 1975, vol. 1, p. 49).

      Por tanto, la mercancía se piensa como referida a una dualidad en el carácter de los trabajos; el trabajo concreto se refiere a la actividad concreta que la genera, mientras que el trabajo abstracto se refiere a la magnitud común y social entre los bienes, aquello que por ser homogéneo permite la conmensurabilidad económica entre bienes diferentes, y en tal sentido constituiría la esfera social de asociada a los bienes. Esta dualidad de los espacios del valor es la que define la existencia de la mercancía, una vez como cosa y la otra como cuota de algo social:

      Ese producto [en cuanto valor] ya no es una mesa o casa o hilo […]. Todas sus propiedades sensibles se han esfumado. Ya tampoco es un producto del trabajo del ebanista o del albañil o del hilandero o de cualquier otro trabajo productivo determinado. Con el carácter útil de los productos del trabajo se desvanece el carácter útil de los trabajos representados en ellos, por ende, se desvanecen también las diversas formas concretas de esos trabajos; estos dejan de distinguirse, reduciéndose en su totalidad a trabajo humano indiferenciado, a trabajo abstractamente humano. (Marx, 1975, vol. 1, p. 47).

      4. UNA CONCEPCIÓN DE LA DIFERENCIA ENTRE EL TRABAJO CONCRETO Y EL TRABAJO ABSTRACTO

      Marx escribe: “Esas cosas [los productos del trabajo] tan solo nos hacen presente que en su producción se empleó fuerza humana de trabajo, se acumuló trabajo humano. En cuanto cristalizaciones de esa sustancia social común a ellas, son valores” (Marx, 1975, vol. 1, p. 47). Y también:

      (El trabajo general) es como si toda la fuerza de trabajo de la sociedad [...] representase para estos efectos una inmensa fuerza de trabajo [...]. Lo que subsiste del trabajo (tras hacer abstracción de su carácter útil) [...] es el ser un gasto de fuerza de trabajo humano, gasto de cerebro, músculo, nervio, mano, etc., humanos y en este sentido uno y otro son trabajo humano. (Marx, 1975, vol. 1, p. 54).

      En resumen: el trabajo abstracto, el contenido del valor absoluto de los bienes, es una característica o propiedad de estos en cuanto que en ellos se incorporó una cantidad de trabajo abstracto, entendiendo por este una cualidad intrínseca de los trabajos concretos, un aspecto general de estos, en tanto que cualquier trabajo productivo reúne una característica común: es una cuota de gastos de energía humana7.

      5. UNA CONCEPCIÓN DEL DINERO

      Al postularse que el trabajo abstracto es el verdadero “contenido” del valor, el carácter social de la mercancía, se descarta que el dinero lo sea: “el valor y la magnitud del valor no derivan de su forma de expresión [en dinero] en cuanto valores de cambio” (Marx, 1975, vol. 1, p. 74). Esta posición hace que el dinero quede relegado a ser una entidad secundaria respecto al trabajo abstracto: “En cuanto medida del valor, el dinero es la forma de manifestación necesaria de la medida del valor inmanente a las mercancías […]” (Marx, 1975, vol. 1, p. 115). Al afirmar esto, se piensa que el trabajo mismo es inmanente como sustancia del valor, pero no se expresa en sus propias unidades (horas de trabajo), sino en unidades de dinero; este va entonces a concebirse como el lenguaje común para la manifestación social de los valores previamente postulados, y así se subraya la preeminencia del trabajo abstracto sobre la magnitud monetaria misma.

      6. UNA CONCEPCIÓN DE LA “GÉNESIS” DEL DINERO

      Si el valor de las mercancías se explica por la actividad productiva de los productores, y el dinero es la expresión necesaria del valor inmanente, ¿cómo se explica la presencia del dinero en el espacio de los valores de cambio? La repuesta es afirmar que el dinero es el objeto que representa para los productores las cuotas del trabajo social, y este se genera en el seno de la división del trabajo mercantil, gracias al proceso de exclusión del seno de las mercancías de una de ellas, con el fin de representar en la cantidad de un bien material, por ejemplo, un gramo de oro, el trabajo abstracto contenido en todas las mercancías. Esta génesis está desarrollada en la secuencia de las Formas de valor en el capítulo I de El capital, donde se afirma que los productores se acuerdan “por instinto” en colocar una mercancía particular como la mercancía dinero y excluir a las otras de este papel. “El dinero no nace de una convención, así como tampoco nace de una convención el Estado. Nace naturalmente del cambio y en el cambio es su producto” (Marx, 1971, vol. 1, p. 93). El punto importante es darse cuenta de que en esta versión del valor el Estado, como soberanía política, no participa de la génesis del dinero, pues ella es puesta como un mero resultado del mismo mundo mercantil, como si los agentes productores lograran, por instinto, un acuerdo sobre la representación del valor en un bien también producido en la división del trabajo.

      En resumen: si la división de los trabajos genera bienes para ser cambiados, esta producción pone de inmediato los bienes en el espacio de los trabajos abstractos (o sociales), y como tales estos bienes van a ser portadores de valores absolutos, los cuales, mediante una mercancía dineraria que sirve de expresión y de intermediario de los valores dados, van a ser los sustentos de una circulación de trabajos abstractos que puede resumirse en la fórmula M-D-M, mercancía-dinero-mercancía. En este enfoque, las transacciones comerciales se representan como unas circulaciones de los valores dados, con lo cual se obtienen dos corolarios: 1) las mercancías se cambian por dinero porque ellas son encarnaciones de trabajos; 2) la ley de equivalencia en los intercambios se hace aparecer en la identidad entre la cantidad de trabajos abstractos que se cede y el que se recibe.

      B. SEGUNDO ENFOQUE: EL VALOR ABSOLUTO ES UNA CANTIDAD DE DINERO

      En este segundo enfoque la economía comercial simple se describe como el proceso de socialización de la diversidad de trabajos privados, en cuanto reciben una valoración monetaria en los mercados. Los componentes del segundo enfoque, en el que el dinero es en realidad la verdadera “sustancia” del valor absoluto, son los siguientes:

      1. UNA CONCEPCIÓN DE LA PRODUCCIÓN A PARTIR DEL TRABAJO PRIVADO DESCENTRALIZADO

      La mercancía es valor de cambio en la medida en que en ella se ha incorporado cierto tiempo de trabajo […]. Sin embargo, tal como es en forma inmediata, es solo el tiempo de trabajo individual materializado en un contenido particular, pero no tiempo de trabajo general. Por consiguiente, no es valor de cambio, sino que debe devenir tal. (Marx, 1980a, p. 26)[8].

      Esto indica que la actividad que genera la mercancía no es de inmediato trabajo general o abstracto, sino que se trata meramente de trabajo o actividad privada, y en este sentido, el trabajo abstracto, ahora en el sentido de trabajo socializado o social que sirve de contenido del valor, es un resultado y no una premisa de la existencia de la mercancía.

      2. LA DUALIDAD DEL TRABAJO NO ES ENTRE TRABAJO CONCRETO Y TRABAJO ABSTRACTO, SINO ENTRE TRABAJO PRIVADO Y TRABAJO SOCIALIZADO

      El tiempo de trabajo social solo existe, por así decirlo, en forma latente en estas mercancías, y solo se revela en el proceso de intercambio. No se parte del trabajo de los individuos en calidad de trabajo comunitario, sino a la inversa, de trabajos particulares de individuos privados, los cuales solo en el proceso de intercambio y por supresión del carácter originario se revelan como


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