Milton Friedman: la vigencia de sus contribuciones. Rolf Lüders

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Milton Friedman: la vigencia de sus contribuciones - Rolf Lüders


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también tenemos olas de lo “económicamente correcto” en nuestra profesión. Durante mi vida, ninguna fue más fuerte que la ola keynesiana que se extendió por la profesión en los años 1940 y 1950. De seguro había muchos disidentes a esta ola. Había un montón quejándose y discutiendo en tranquilos cónclaves. Pero hubo pocos que marchaban al frente, convirtiéndose a sí mismos en objetivos públicos, mientras expusieron sus puntos de vista discrepantes. Y de estos, Milton fue, sin duda, el primero y el más importante.

      Milton se mantuvo firme durante toda su larga y solitaria vigilia como el principal profeta del monetarismo en un mundo keynesiano. Si ese papel hubiese sido fácil de jugar, la lista de los profetas sería mucho más larga. Pero no fue nada fácil. Eso significaba aislarse en gran parte de la profesión económica. Eso significaba ser pensado, o referido y, a menudo, tratado como un bicho raro o un chiflado. Sinceramente, creo que esta es la forma en que todo habría terminado si Milton, además de ser valiente, no hubiese estado tan acertado y fuera tan francamente convincente al presentar su evidencia y su caso. Creo que es justo decir que este calvario en particular había sido superado en el momento en que Milton recibió su Premio Nobel en 1976.

      Pero como cualquier lector de las columnas de Milton en la revista Newsweek, o de Capitalismo y Libertad o Libertad de elegir, suyo y de Rose, sabe, se puede construir fácilmente una extensa lista de temas en los que él, o que él y Rose, “se hicieron vulnerables”. De estos, la legalización de las drogas fue tal vez el más atrevido; y el servicio militar voluntario el que produjo la victoria más rápida y resonante.

      Pero quiero detenerme un momento en el sistema de bonos educativos, porque revela un aspecto poco publicitado y poco apreciado del pensar de los Friedman. Permítanme simplemente citar de “Dos personas con suerte”:

      La tendencia a que nuestra sociedad sea cada vez más estratificada.... para simplificar, los calificados y altamente educados frente a los no calificados y con poca educación, amenaza la estabilidad social de nuestra sociedad. La mejora radical en la calidad de la educación es la única fuerza importante que parece actualmente disponible para contrarrestar la [esta] tendencia. (p. 349)

      Cuanto más hemos aprendido acerca de nuestro sistema educativo, más crece nuestra confianza en que un sistema de bonos sin restricciones llevaría a una enorme mejora en la educación a disposición de nuestros niños, especialmente los de las familias más desfavorecidas. (p. 348)

      Desde mi perspectiva, Milton y Rose están aquí tratando de resolver uno de los problemas más profundos de toda la sociedad proporcionando esperanza y motivación para aquellos en los estratos socioeconómicos más bajos. La verdad que ellos abrazan –de lo que puedo dar fe, basado en más de medio siglo de trabajo y observación en los países en desarrollo– es que verdaderas oportunidades para los hijos es una forma de pegamento maravillosa para mantener unida a la sociedad, y una potente vacuna contra el descontento y malestar social. La economía de mercado, la genuina oportunidad y el avance basado en el mérito en un entorno competitivo se refuerzan mutuamente. Juntos nos dan la mejor receta para el futuro de una economía libre en una sociedad libre.

      Estamos muy agradecidos por todo lo que nos has dado, Milton. El mundo, y muy especialmente nuestro mundo aquí en la Universidad de Chicago, simplemente no van a ser lo mismo sin ti.

      ANEXO

      Pongamos las cosas en claro sobre Chile

       La siguiente es una carta de Arnold C. Harberger, director del Departamento de Economía de la Universidad de Chicago, a Stig Ramel, presidente de la Fundación Nobel, con respecto a los cuestionamientos que algunos sectores levantaron con motivo del otorgamiento del Premio Nobel de Economía a Milton Friedman. La carta fue publicada en el Wall Street Journal del 10 de diciembre de 1976, junto con un editorial sobre el mismo tema que apareció en otro lugar del mismo diario.

      La publicidad generada por el Premio Nobel de Economía de este año contiene frecuente referencia a una supuesta “asociación” de Milton Friedman con el actual gobierno de Chile. Debo señalar al respecto que el Sr. Friedman fue a Chile en gran medida debido a mi insistencia. Yo estuve con él durante los seis días que duró esta, realizada en marzo de 1975, siendo la única visita que él ha realizado a Chile3. Además, mi nombre ha sido vinculado con el suyo en muchas de las declaraciones e inexactitudes derivadas de esa visita. Por consiguiente, me gustaría tratar de aclarar las cosas.

      Fuimos a Chile bajo el auspicio de una fundación privada de ese país, para dictar conferencias públicas sobre nuestra evaluación de la crítica situación económica entonces prevaleciente. No estábamos allí como consultores del gobierno y ninguno de nosotros ha tenido jamás alguna conexión oficial con el actual gobierno de Chile.

      Nuestra visita a Chile no hizo, no representa ningún tipo de aprobación del actual gobierno chileno y, mucho menos, de la represión a la libertad individual y al establecimiento de restricciones al debate público.

      El Sr. Friedman dejó su posición muy clara en su momento al rechazar dos ofertas de títulos honoríficos de universidades chilenas, precisamente porque sentía que la aceptación de tales honores de estas universidades, que reciben fondos del gobierno, podría interpretarse en el sentido de aprobación política.

      El Sr. Friedman dejó de manifiesto su inquietud por el contexto político al dictar una conferencia sobre “La fragilidad de la libertad”, tanto en la Universidad Católica de Chile como en la Universidad de Chile. Él describió al actual Gobierno de Chile como uno que fue negando y restringiendo la libertad en muchos e importantes aspectos, y expresó la esperanza de que en un futuro próximo los chilenos una vez más puedan disfrutar de la plenitud de la libertad política e intelectual.

      En resumen, el Sr. Friedman, un viejo libertario, se comportó de una manera plenamente coherente con sus ideales declarados y su filosofía, tanto en sus acciones y pronunciamientos formulados en Chile como en sus posteriores declaraciones sobre el tema. Si bien mi vinculación con el actual gobierno chileno ha recibido menos atención, no es ningún secreto mi negativa a trabajar como consultor para este, lo que sí había hecho libre y voluntariamente en anteriores períodos (1959, 1965 a 1969) para otros gobiernos chilenos.

      Como muchos otros, el Sr. Friedman y yo estamos profundamente perturbados por la ruptura de la larga tradición de democracia y libertad en Chile. Nos oponemos profundamente a regímenes autoritarios, ya sean de derecha o de izquierda. Es por eso que hemos mantenido siempre una distancia entre nosotros y el gobierno de Chile, al tiempo que hemos condenado en repetidas ocasiones, en público y en privado, sus medidas represivas.

      Al mismo tiempo, no sentimos que debamos disculparnos por nuestras actividades en Chile. Creemos que ahora, como lo hicimos cuando visitamos Chile, el restablecimiento de la libertad política es imposible sin una recuperación de la salud económica. Como dijimos en nuestras conferencias públicas, no hay camino fácil hacia ese resultado, pero existen caminos mejores y peores, y el análisis económico científico tiene mucho que aportar a una sabia elección.

      Nuestra relación con Chile deriva de un contrato entre la Universidad de Chicago y la Universidad Católica de Chile para los años 1956-1964, financiado por la USAID, bajo el cual muchos estudiantes chilenos estudiaron en Chicago y profesores de esta institución visitaron Chile. Da la casualidad que el Sr. Friedman no formó parte activa en ese programa, aunque, por supuesto, los estudiantes chilenos, al igual que el resto de nuestros estudiantes, tomaron sus cursos. La complejidad del tema chileno se refleja en las diferentes formas en que nuestros ex alumnos han reaccionado a los acontecimientos de los últimos años. Algunos –entre ellos algunos que también habían servido a gobiernos chilenos anteriores– aceptaron cargos de responsabilidad en el gobierno actual. Otros, incluyendo también algunos funcionarios de gobiernos anteriores, no han estado dispuestos a hacerlo. Algunos de estos están de acuerdo, algunos se oponen al actual régimen. Uno de ellos, que era un alto funcionario del gobierno de Allende, se encuentra en exilio político; otros simplemente optan por permanecer fuera de Chile, sin atribuir ninguna motivación política para su decisión.

      Estas diferentes reacciones son parte de una trágica cadena de acontecimientos que han dividido y polarizado


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