Tratamiento del dolor en los 106 puntos tendinomusculares™ (Color) Flossing. Colette Bacchetta
Читать онлайн книгу.consecuencias serían algún tipo de desorden en el organismo permitió a los antiguos chinos precisar la relación entre la psique y el funcionamiento de cada órgano». Estas palabras hacen referencia al trabajo de G. Soulié de Morant. En este congreso también se precisaron las estrechas relaciones funcionales que existen entre el estómago y el corazón. Podríamos citar las antiguas obras ancestrales Su Wen 49 y LingShu 11. En la primera se indica que «el yang ming se ramifica al corazón» (yangmingluoshuyuxin). En el segundo, que trata básicamente sobre los meridianos distintivos, se explica que «el principal de zuyangming llega a la cara interna del muslo, circula al interior del abdomen, se une al estómago, se extiende por el bazo y sube para comunicarse con el corazón...». En este mismo congreso de profesionales se demostró que los trastornos neuropsíquicos y neurosensoriales pueden aparecer cuando llega al meridiano del estómago, corolario de la función principal del corazón, que es gobernar el espíritu.
Por otro lado, el doctor Bernard de Wurstemberger22 cita el importante aporte del estómago, receptáculo de las esencias y de los ritmos del universo, a los latidos del corazón. «Cardia, en griego, se aplica tanto al corazón como al estómago. Xu Li es, por lo tanto, el origen de la potencia de la animación de todos los vasos y de todos los meridianos».
La lectura del libro del doctor J. Choain, obra filosófica y científica, enriqueció mi reflexión inicial. Yo estaba especialmente interesada en desarrollar su investigación científica sobre la función circulatoria, en el reflejo de la vida y del movimiento. En este documento, el esquema del doctor Thorris Van Borre coloca el aparato circulatorio en el centro del pentagrama, núcleo de otros cuatro aparatos, uniendo así las funciones de relación y de nutrición. A este respecto, el doctor Jean Choain23 explica que «bajo el ángulo de la permanencia de la forma, es el bazo el que se ocupa del centro y del ápice. Bajo el ángulo de la relación entre formas, lo que llamamos reactividad, el corazón ocupa este lugar». Explica esta dinámica en los siguientes términos: «el ritmo está en el corazón de la forma, la forma en el corazón del soplo, el soplo en el corazón del Oriente, el Oriente en el corazón del movimiento y el movimiento en el corazón del ritmo».
XU LI O LA UNIDAD DEL HOMBRE
Estos aportes convergen hacia la unidad del hombre, nutrido por el aliento del cielo y llevado por el soplo de la tierra. Ciertos puntos TM establecen una relación entre el estómago y el corazón, y se observan en el marco del método Pyé-Ko Kan-3® en el conjunto del cuerpo. Entre estos puntos TM, algunos son Shu. Se expresan según la relación Yin y Yang por la relación sangre-energía. Algunos son puntos estacionales de regulación energética situados en los doce meridianos. Armonizan las energías hereditarias y nutricionales, la regulación energética y la tranquilidad. Se pueden leer las particularidades de los puntos Shu: «La energía del cielo penetra en el mundo corporal a través de los puntos Shu»24.
Tras todo lo aprendido, me di cuenta de la importancia de los datos que nos aporta la medicina tradicional china y del papel crucial de Xu Li, que es uno de los elementos esenciales para el método Pyé-Ko Kan-3®. Además, esta energía del corazón insufla una dinámica a toda la organización de la circulación de los puntos TM que no paro de escuchar en mi práctica profesional diaria.
Mediante mis sensaciones manuales, soy capaz de medir la estrecha relación con el potencial energético de la persona. Para ello, sondeo todos los puntos TM del cuerpo mediante una palpación neutra y ligera y, sobre todo, realizo una observación táctil en conjunto de todo el trayecto global del vector Xu Li. La persona, en contacto con ella misma en lo más profundo de su ser, percibe el tiempo como suspendido, un eco de paz, una pulsación en la profundidad y la riqueza de su silencio interior, ese del vacío medio del corazón. Su inspiración y su espiración reguladas se asientan, y nutren su cuerpo y su espíritu.
Por consiguiente, el control del Xu Li es esencial para el método PyéKo Kan-3®, y en la formación debe ser objeto de un aprendizaje teórico y práctico profundo.
CAPÍTULO 4
Enfoque técnico y modo operativo
El huevo, tesoro de la concepción, 3-7, Colette Bacchetta (1996), sobre lienzo de lino, aguada, tinta, cera y cordel, 1,25 × 0,75 m.
Enfoque técnico y modo operativo
ENFOQUE TÉCNICO DEL MÉTODO PYÉ-KO KAN-3®
Para comprender el enfoque técnico del Pyé-Ko Kan-3®, es necesario recordar sus fundamentos. Este método, proceso de acompañamiento holístico, reflexoterapéutico y energético, se apoya en los conceptos de la acupuntura y de la medicina tradicional china, en su principio filosófico; no obstante, sin utilizar sus reglas de funcionamiento, sean cuales sean sus doctrinas de referencia.
Esta práctica táctil de tratamiento se aplica específicamente en los meridianos tendinomusculares, sus 106 puntos (TM), portadores de la energía ancestral, y los aportes de sus características. Los puntos TM se encarnan en la mesodermis, tejido de referencia en fisiopatología y acupuntura.
Los objetivos de este método son equilibrar, calmar y aliviar, mediante una palpación neutra y ligera, el punto TM, armonizar la fuerza vital en el plano físico, emocional y psíquico o, incluso, acompañar a la persona en su propia existencia.
EL HOMBRE CÓSMICO
Desde el origen del mundo, la interrelación dual del Yin y el Yang en su movimiento perpetuo, la luz y la sombra, el día y la noche, etc., se desarrolla mediante el paso sucesivo del uno al otro, entre mutación y equilibrio de fuerzas, generando una armonía tanto en el hombre como en el plano cósmico.
La concentración del Yin y el Yang produce las cuatro estaciones. Esta alternancia de energía está relacionada con el movimiento de la naturaleza. Estos ritmos y movimientos son repetición, oscilación y pulsación, al igual que los movimientos internos y externos del cuerpo humano.
Para los chinos, a partir del Yin y el Yang, la naturaleza se representa mediante las cinco formas elementales de la energía: madera, fuego, tierra, metal y agua.
Cada uno de estos elementos corresponde a una estación del año, a un acontecimiento climático, a una actividad visceral, y cada órgano se corresponde con un sentimiento, etc.
Debido a la bipolaridad del Yin y el Yang, el hombre, en su unidad, se inscribe en la dimensión del ternario Cielo-Hombre-Tierra. Su posición entre el plano telúrico y el plano cósmico se simboliza a través del eje vertical, trazado virtualmente por la geometría de la cruz. La existencia del hombre se representa mediante el eje horizontal que se refiere a los cuatro estados de la materia que determinan sus condiciones existenciales.
La permanencia de su relación con el espacio nace de las cuatro direcciones cardinales, la permanencia de su relación con el tiempo de las cuatro estaciones, las transformaciones mediante las fases lunares y las energías que generan: trascendente o vital, alimentaria, respiratoria comburante y genética o ancestral.
Entre verticalidad (espíritu, consciencia, alma) y horizontalidad (sustancia, reflexión, mental), el punto centro, producido por la unión de las ramas reunidas de la geometría de la cruz, sacraliza la quintaesencia, el quinto elemento. Contiene todos los potenciales de las energías del hombre. Permite la realización efectiva del espíritu en la materia y del espacio-tiempo, y la onda vibratoria de la materia en la célula. En el centro de la animación de los cuatro elementos de la naturaleza, está también, tal como lo describen los doctores J. Choain y A. Thooris Van Borre, «el aparato circulatorio que une las funciones de relación y nutrición».25
El hombre entre Cielo y Tierra, en su espíritu, su alma y su cuerpo, percibe y recibe los cuatro movimientos y las metamorfosis de la naturaleza de los cuatro elementos, fuego, agua, tierra y aire, citados por Empédocles, filósofo del siglo v a.C. y especialista en cosmogénesis.